~One Shot~

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Un consejo

Ah...

Un suspiro lanzado al aire. Observaba el día lluvioso a mitad de la temporada primaveral. Era raro que pasara pero su madrina decía que a veces las lluvias se adelantaban. En ese momento se encontraba en la mansión Merlín. La nueva mansión construida a las afueras de Londres. Severus opto por vivir con la bruja, dejando la mansión Prince como residencia para el hijo mayor de Kreuz, junto a su familia. El día nublado no opacaba la belleza de las gardenias en el enorme jardín trasero. Lo cual la mansión estaba siempre rodeada de un aroma agradable. Tenía el hábito de visitar a sus padrinos durante las vacaciones de su trabajo (en el ministerio). Pero últimamente un sentimiento lo tenía con el corazon acongojado. Lo había arruinado y necesitaba mucho apoyo. Por ello iría con la persona indicada para el tema.

La bruja estaba sentada como siempre en su enorme silla. Con sus lentes puestos, era el claro aviso que no debía interrumpirla, pues estaba trabajando con los papeleos correspondientes de su labor como Merlina y embajadora de ambos mundos. Así como administrar las antiguas tierras ducales de su vieja mansión en el extranjero. Ni siquiera Snape se atrevía a irrumpirla.

— ¿Madrina?

— ¿Si?...

Dudo unos segundos al escuchar la respuesta de la bruja.

—Perdona por irrumpir tu trabajo, pero... necesito un poco de ayuda con algo.

La bruja despego su vista de los papeles para observar a su ahijado entrar a la oficina como un pequeño niño por ser reprendido. Eso era nuevo de ver en Draco. El joven chico no era de mostrarse vulnerable.

—No interrumpes. Pasa. ¿Qué necesitas? —analizo la expresión de su ahijado, no estaba actuando normalmente.

—Es...es lo de esa situación. Creo que lo arruine.

— ¡Oh!, eso —la bruja mayor dejo por completo su trabajo. Acercándose a su ahijado y tomándolo del brazo para poder salir de paseo por el jardín, aun con el día lluvioso.

Con una sombrilla levitando por sí sola, el par caminaba por el patio.

— ¿Me puedes explicar que hiciste?

Draco internamente admitía que Kreuz era una segunda madre para él. Había pedido consejo a su madre Narcissa. Pero sentía que debía preguntarle a su madrina al igual. Quien viera al par, juraría que tenían un amorío. Pero aquello era muy lejos de la realidad.

—La invite a comer algo en el almuerzo. Me quería confesar pero... creo que no lo hice como debía.

La risa de la bruja fue notoria, Draco la observo divirtiéndose con su situación. Había llegado para pedirle consejo no que fuera la burla. Sintió los cálidos dedos de su madrina frotando su cabello rubio. Como consolando su triste corazón. El pequeño príncipe Slytherin sufría los líos del amor, no era muy abierto emocionalmente pero hacia el intento. La clara piel de la joven serpiente no ayudaba con ocultar el sonrojo en su rostro.

—Al parecer los nervios te han ganado. Pero es normal con la persona que te gusta.

—Yo tengo una duda, madrina. ¿Cómo es que mi padrino se te declaro?

La bruja volvió a sonreír. Analizándolo mejor no fue una declaración, fueron varias declaraciones indirectas. Pero bien dice el dicho, del odio al amor un paso.

—Digamos que tu padrino, entre las discusiones que nos dábamos, hallamos el gusto de molestarnos uno del otro. Al grado de que disfrutábamos esos problemas y terminaron con platicas y actualmente el matrimonio.

—Sí que son un caso raro.

Scarlet hecho a reír con la respuesta. Desde el ventanal del segundo piso, un brujo con los cabellos oscuros recogidos en una coleta, observaba al par a mitad de la lluvia.

—Ese mocoso va a enfermar a la bruja.

—Sí, somos un caso raro —coincidió, Scarlet—. Lo que hayas hecho no fue malo. Mientras no la ofendas. Cada uno reacciona distinto al amor y con el hecho de que intentaste declararte ya es un paso grande.

— ¿Quién se declaró?

El par puso su atención al ver llegar a Snape, caminando tranquilamente bajo la lluvia, las gotas no lo tocaban debido al hechizo lanzado por el mago.

—Tu ahijado, vino por consejos de amor.

Severus enarco una ceja. Draco evito esa mirada de su padrino. El clásico mensaje de "¿no pudiste venir en un día soleado?

—Draco, pregunto cómo fue que te declaraste.

Ahora el mago era el sorprendido, enarcando ambas cejas. Una cuestión que no se esperaba.

— ¿Con declaración te refieres a cuando te bese apasionadamente en la biblioteca del colegio? O cuando te hice mía en el aula de pociones.

— ¡Severus Snape Prince Merlín!

Draco hecho a reír. Acababa de escuchar revelaciones fuertes. Mientras que Scarlet se lanzó sobre su marido para darle de manotazos. El matrimonio más bizarro que pudiera verse. Pero a la vez el dúo más poderoso en el mundo mágico. Eso quería llegar a ser, tener un matrimonio así, y la chica que pretendía era nada más que Granger. Sin duda que los magos oscuros tenían debilidad por las brujas de carácter fuerte.

No obtuvo un consejo tal cual. Pero el solo ejemplo de sus padrinos, era suficiente para retomar las energías y planificar algo mucho mejor para que Granger lo aceptara como su futuro marido. Porque Draco Malfoy no quería una relación pasajera. Quería tener a la bruja leona como la nueva señora Malfoy.

El hijo preferido «Dinastía Merlín»¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora