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(Mi idea del Nekogan en multimedia)


El lugar de Futaba



Futaba observa sus manos sangrientas, les duelen, el dolor es casi insoportable. Cualquier niño estaría llorando suplicando que le dejaran, pero ella no es uno de esos. Suspira ahora poniendo atención a la roca de más de seis metros de ancho y diez de largo delante de ella.

"¿Todavia no puedes?" escucha a su padre detrás de ella.

La jovencita niega con su cabeza como respuesta.

Entonces, lo vuelve a intentar; cierra sus ojos, respirando hondo concentra todo su chakra en su cuerpo haciendolo ebullir. Vuelve a respirar hondo, se posiciona tirando su pie hacia atrás y otro hacia adelante. Respira hondo nuevamente.

Se una con las naturaleza; se una con la tierra a tus pies, se una con el aire que respiras, se una con tu entorno.

En sus mano comienza a acumularse chakra del mismo color de su Nekogan, el cual los que ya la conocen no le es extraño incluso ella se había acostumbrado a ver ese color que la hace diferente de los demás.

Se una con la naturaleza, se una con tu entorno. Converge con ella.

La chica extiende sus palmas hacia la roca dejándola apoyadas en ella y de su cuerpo empieza a ebullir chakra hacia sus palmas.

Pero otra vez pasa, sólo produce un leve cráter, el mismo que se encontraba del otro lado de la gigante roca demostrando su intentos fallidos. Futaba da un paso hacia atrás mirando el daño que ocasionó, si bien era lo bastante grande para cualquier persona no es lo que ella busca.

"No estas convergiendo Futaba" la reprende su padre "Muestrame tus manos"

La pelinegro se acerca al hombre y extiende sus brazos mostrando sus palmas. Estas se encuentran resecas, con heridas, algunas más profundas que otras, algunas todavía sangrando y otras más dolorosas.

"Tienes que entrenar más Futaba" le dice su padre con un tono serio como si estuviera descontento "Observa bien tus manos, ellas no parecen haber tenido el esfuerzo necesario. Ahora pon atencion en mis movimientos, no lo volveré a repetir"

Futaba cierra sus manos y las pone al costado de su cuerpo ¿Y entonces por qué duelen tanto?

El hombre de yukata camina hasta la roca apenas dos pasos lejos. Extiende una mano, cierra sus ojos y sólo eso, y el viento a su alrededor haciendo volar las hojas a su alrededor, bastan para que la piedra se rompiera en miles de pesados.

Los ojos de Futaba se agrandan pasmados. Mira las dos piedras de igual magnitud que estaban a los costados de esas; una la había roto Kento al medio y otra está rota apenas en tres pedazos proporcionables, ese había sido Eiji. Pero su padre realmente le parece impresionante, todos los pedazos parecen de igual proporciones con tajos perfectos.

Si el puede hacerle eso a una roca significa que a un cuerpo humano puede hacerlo estallar. La joven parpadea varias veces.

Nunca podría llegar a hacer eso.

Escucha a su padre suspirar y luego se da vuelta para poner su atención en ella con aires tranquilos como si no acaba de hacer tal cosa.

"Tienes que ser una con la naturaleza, el viento tienes que ser tu y tu tienes que ser el viento. Y así, vas a poder dominar el Fūton sólo como un Asahi lo hace" habla con sus ojos cerrados y sus brazos cruzados pasandolos por debajo de las mangas de la yukata "Futaba, eres mejor que tú hermano. Demuestralo. Demuestra que los Asahi somos dignos, no me avergüences como él"

ASAHI FUTABA - Hatake Kakashi |Naruto|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora