ASAHI FUTABA - Hatake Kakashi |Naruto|

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Lo mejor de mi.

—De verdad Taba-chan ya me estás dejando de lado por un crío, eso no me gusta nada.

Chillo Kento, mientras respondía a los ataques de la pelinegra, solo los bloqueaba o los esquivaba poniendo de los pelos a la chica que se exasperaba al no poder propinar un golpe al rubio. Ese entrenamiento no le estaba gustando nada, ya habia perdido contra Eiji quedando de bruces contra el suelo de madera ahora no podía contra su charlatán compañero. 

—Futaba-sama está siendo descuidada, ponga más atención en los movimientos de Kento-san —dijo uno de los viejos parte del consejo de los Asahi, que ese día supervisaba el entrenamiento de los tres chicos en uno de los dojos exclusivos de entrenamiento.

—Estas siendo muy lenta, sin el Nekogan no eres tan eficiente después de todo —esa vez hablo Eiji, quien estaba sentado en uno de los extremos tomando agua y con una toalla alrededor de su cuello después de haber luchado contra Kento y Futaba, y salir victorioso.

—No quiero que me cambies por ese mocoso sucio, neee~ Taba-chan.
Kento con agilidad esquivó el intento de patada en su costilla y el golpe que iba directo a su cara.

—Kento-san devuelve los golpes —indicó el anciano.

—Dime, ¿Piensas cambiarme por él, Taba-chan? —el rubio ignoró al mayor y siguió asechandola con sus palabras y voz de niño a la pelinegra ya irritada.

Frustrada en un acto infante Futaba salto sobre Kento y lo tomo de los pelos tironeandolos, haciendo que el rubio pegue alaridos chillones. Fue el único movimiento que no vio venir el rubio puesto que su atención estuvo en los pechos de la chica que se aproximaban hacia él ante el salto directo que dio. 

Eiji se llevó la palma a su frente suspirando.
Cuando el viejo del consejo quisó intervenir ante tal acto absurdo, Futaba con agilidad se escabulló sobre el cuerpo del rubio para con sus piernas tomarlo de su cuello haciendo que el chico se caiga con ella al suelo y  quede su cabeza entre sus muslos que le apretaba cada vez más quitándole la respiración.

Kento golpeaba con su palma el piso de madera pidiendo ayuda. Al ver que nadie se compadecía de el dobló su cabeza hacia un costado como un pudo para después morderle la parte interna del muslo a Futaba quien pego un gritito al sentir los dientes fuertemente incrustados en su piel desnuda al ocurrirsele llevar shorts deportivo para el entrenamiento. El varón al ver que está con descuido aflojo su agarre se safo del agarre.

Pero no todo quedó ahí, porque el chico se fue contra ella para agarrarla de su coleta desarreglada, Futaba no se quedó atrás y mientras ambos gritaban volvió a tomar los mechones rubios de su compañero tironeandolos con fuerza, provocando otros grititos chillones por parte del masculino.

Isamu al entrar al dojo quedó pasmado con una gota resbalando por su cabeza al encontrarse con tal escena. Su hija y Kento rodaban por el piso tironeandose de los pelos mientras gritaban sin sentido, y eso no era todo, detrás de ellos venía el anciano del consejo persiguiéndolos para tratar de frenarlos pero no le hacían caso. Un mal cálculo hizo que el anciano preocupado que les perseguía se termine cayendo al suelo con ellos, pero lejos de tomarlo en cuenta los jóvenes continuaron propinándose manotazos.

—Kento-san, princesa-
El hombre mayor no pudo terminar de hablar que un puño fue a parar a la cara de este.

Pero aún así, pese a ese altercado, no paraban de gritarse y comportarse como infantes. Ni siquiera ellos se entendían entre sí. No recordaban porque todo había comenzado, la realidad era que se estaban divirtiendo y de vez en cuando dejaban salir una carcajada. Incluso Eiji que era un simple espectador al ver como la mano de Futaba fue a parar al rostro del anciano, dejo salir una risa y el agua que tomaba se le salió un poco para afuera.