ASAHI FUTABA - Hatake Kakashi |Naruto|

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Uzumaki Naruto.

Los dos jóvenes se miraban con el ceño alzado como si se estuviera retando entre sí, ninguno de los dos se permitía parpadear, el rubio pequeño tenía los ojos llorosos de tanto aguantar y un tic en su frente e una vena que quería salirse pero aún se mantenía en pie en el juego. Las manos del menor formaban dos puños sosteniendo entre sus dedos los palillos de madera sobre la mesa y frente el un cuenco vacío que anteriormente contenía ramen, al igual que el de su contrincante que estaba frente a él.

El último tazón de ramen debería de ser de alguno de los dos y Uzumaki Naruto no permitiría que fuera de ella.

El enrulado que estaba a un lado de su novia miraba a ambos competidores con una gota gorda cayendo en su cabeza y una sonrisa avergonzada por la actitud de los dos. No entendía como todo había llegado a ese límite de competir por comida, sabía que la comida de Kaiyo es extraordinaria pero también tiene en cuenta que tanto Naruto como Futaba al volverse cercanos ese último tiempo hacia que se comportarán como si fueran niños y buscaran llamar la atención. Shisui se sorprendía un poco cuando la veía comportarse de forma infantil con aquel rubio, no descartaba que lo hiciera por el gusto de poner de mal humor al pequeño chillon que aunque no lo admitiera le gustaba estar cerca de la pelinegra.

Porque sí, no había pasado mucho para que Futaba decidiera por acercarse de apoco a Naruto, esperaba alguna llamada de atención por parte de las autoridades pero eso no sucedió hasta el momento, lo que le brindó bandera blanca para acercarse a grandes sancadas. Había empezado todo con Futaba regalándole doriyakys al pequeño rubio que se encontraba solo, cabizbajo, amacandose en la plaza de la aldea. Ese día Futaba no dijo nada, solo le dio el paquete con comida y se fue, antes brindándole una mirada indiferente. La siguiente vez ambos se encontraron en el pueblo, los dos quedaron estáticos mirándose luego se sacaron la lengua y decidieron seguir su camino, o eso pensó Naruto porque Futaba lo interceptó para regalarle una bolsa de Dangos que había comprado para su novio en un principió. Naruto lo tomo sin decir nada viendo como la pelinegra seguía su camino. El rubio disfruto de los dulces pensando en aquella rara chica. A los pocos días se volvieron a cruzar en el pueblo pero esa vez la chica traía varias bolsas de mercadería, el pequeño Naruto se acercó a ella y le tomo algunas sin decir nada la acompañó a su casa. Cuando llegaron Futaba le pregunto si había comido y el chico solo negó mirando hacia otro lado, como si no le importara pero sus mejillas se encendieron cuando su estómago trono de hambre frente a la femenina. Futaba habia reído y luego le pidió que se sentara en la mesa, sin ninguna pega Naruto lo hizo y sorprendentemente se mantuvo callado mientras miraba atentamente como la joven le preparaba comida y luego en silencio compartieron su primera comida de muchas, que aunque había sido sin ningún tipo de carne y lleno de verduras, que al rubio como a cualquier niño prefería esquivarlo, al probar la comida de la chica le brillaron los ojos.

Futaba se había ganado el corazón de Naruto llenando su  estómago de comida, sin ninguna duda.  

—¡Perdiste! — grita burlón el rubiecito mientras señala a la mayor quien a esa altura ya tenia un tic en su ojo izquierdo por los nervios que le causaba el pequeño chillon.

Naruto se estiró para agarrar lo último que quedaba de ramen en la olla que estaba en medio fe la mesa y verterlo en su cuenco mientras tarareaba contento.

—¿Kaiyo-san donde esta? —preguntó Shisui a su novia haciendo que quite la atención del niño.

—Mmm dijo que tenia que atender unas cosas en el hospital y luego ir a hablar con el Sandaime. Dejo la comida y se fue sin siquiera esperar a que venga el mocoso —respondió mirando de reojo como el atolondrado menor se atragantaba con el ramen que era hecho especialmente para quienes no consumían carne.