Sebastián
Los chicos ya habían llegado, Camilo y evaluna traían al postre y ricky y stefi algunas bebidas.
Apenas llegaron todos corrieron a ver a Isabella, algunos ya la conocían y otros solo la habían visto desde bebé.
Mi pequeña solo sonreía junto a Martina que también era atacada por todas las chicas del grupo.
Nos sentamos y comenzamos a hablar, llevábamos mucho tiempo sin hacerlo.
-¿Y bien?-preguntó Mau- ¿Cómo terminaron juntos?
Miro a Tini y tomo su mano por debajo de la mesa haciendo círculos con mi pulgar.
-Ella es maestra de Isa y simplemente nos enamoramos.
Un gran "awww" se escuchó en la sala y provocó que mi tini se sonrojara.
-Vivimos juntos y Isabella la llama mamá.
Vi como todos se giraron sorprendidos como si fueran exorcistas.
-No puedo creer que hayas asentado cabeza-dijo stefi.
Todos rieron y luego se acercaron a felicitarnos.
-Son una hermosa pareja- dijo Camila con bella en sus brazos- y me robaré a su mascota y hija.
Hace tiempo que no nos divertíamos así.
Sabía que el trabajo nos mantenía ocupado y no veíamos a nuestros amigos, pero poco a poco, la relación avanzaba, aprendíamos a convivir.
-¿Verdad o reto, Ricky?-dijo Evaluna
Sip cuándo Isabella se fue a dormir decidimos jugar esto.
-Verdad.
-¿Es cierto que eras un rompe corazones?
-Si, pero eso cambió cuándo conocí a stef.
Un amoroso "awww" inundó la sala.
-Tini-llamo la atención de mi novia-¿verdad o reto?
-Reto.
Miré a mi muñeca algo preocupado.
-Te reto a que le bailes a Sebastián.
Mis ojos estaban por salirse de su lugar cuándo aceptó y decidió prender la música.
Vi como se acercaba peligrosamente a dónde yo estaba, moviendo su cuerpo poco a poco.
Con cuidado hacía movimientos lentos para mí, solo podía verla a los ojos, estaba radiante.
Con cuidado se acercó a mi oído y decidí susurrar.
-No juegues con fuego.
Se separó poco a poco justo cuándo el tiempo se terminó.
-Te amo.
Dejó un beso en mis labios y volvió a sentarse en su lugar, mientras el juego seguía.
Una vez que se fueron, apenas cerro la puerta la acorrale contra la misma robándole un beso.
-Bailas bien ¿Quieres bailar?-estire mi mano.
Aceptó y prendí una melodía suave que inundó la casa.
-No hemos bailado así nunca.
-Tienes razón, bebé.
Nos movíamos despacio, como balanceandonos y nuestra miradas estaban fijas en el otro.
..........
Hoooooola
No estoy segura, mi mente es loca y cambia mucho, pero puede que a está historia le falten pocos capítulos, o, que le falten muchos
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Dulce Amor_By:Bianca Ibañes
RomanceMartina comenzó su carrera para maestra de primaria cuando tenía 17 años y ahora a sus 23 años ejerce como maestra en una escuela de la gran ciudad de Buenos Aires. a lo largo de su vida no había tenido más que dos novio, prefería concentrarse en su...