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Martina
Paso el día organizando mis tres grandes maletas, llevo muchos cambiados de ropa y calzado, las cosas de aseo son solo las principales, compraré cuando lleguemos, llevo mis libros y mi computador, cuando veo que tengo todo las cargo en el taxi que me llevará al aeropuerto.
Cuando llego me reúno con Camila que me espera sonriente, pero entonces alguien me detiene por atrás.
Isabella Salta a mis brazos y yo la apego fuerte a mi cuerpo.
—¡Pequeña, viniste!
Sebastián está detrás, siento un pequeño sollozo en mi cuello y miro a la niña.
—No llores, voy a volver.
—No quiero que te vallas.
La apego a mi cuerpo y la abrazo con fuerza.
Luego la dejo en el piso mientras que está vez me abraza Sebastián, susurra en mi oído alguna palabras.
—En poco tiempo te volviste alguien muy importante, por favor, promete volver.
Asiento con lágrimas en los ojos.
—Lo haré, lo prometo.
Me alejo de ellos hasta dónde está mi amiga que me mira con la boca abierta.
—¿Esa no es....?
—sí, una alumna y el su padre, pero no digas nada.
Ella hace una seña de cerrar la boca y sonrió, y no puedo evitar sentirme mal, no quiero dejarlos, pero necesito el dinero.
Así podre dejar la cafetería, por lo menos durante un tiempo.
El viaje se hace eterno y al llegar nos instalamos en un departamento y organizamos todas nuestras cosas.
......................
Día antes de regresar a Estados Unidos.
Mañana regresamos al colegio nuevamente, los tres meses habían sido perfectos, no me había hablado con nadie, solo me dedicaba a cumplir órdenes y me tomé unos días para ver a mi familia.
Mamá y papá estaban felices, Fran y su esposa se alegraron de verme, pero mis sobrinos no me soltaron en todo el día.
Habíamos recibido parte del pago por adelantado y decidí comprar algo antes de volver.
Había visto una cadena con un dije muy masculino, detrás tenía la palabra "Argentina" y llevaba un peluche con la bandera Argentina.
Ya deben saber para quiénes eran.
Por otro lado, antes de regresar al departamento, una pequeña bola de pelo se hizo presente en mi camino.
—Hola bebé.
Tomo el pequeño cachorro en mis brazos, no se ve sucio, ni débil, pero si tiene bastante hambre, es de color negro.
Miro a un lado de la canasta donde se encuentra, hay una carta.

Miro a un lado de la canasta donde se encuentra, hay una carta

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  Carta

Si la encontraste cuídala mucho, no puedo tenerla conmigo, te aseguro que será una perrita muy Bonita.
Tiene sus vacunas, solo debes darle un hogar y comida.
No sé si eres chica o chico, pero asegúrate de que no le falte nada.

Miro la cachorra, no puedo dejarla, la levanto con cuidado nuevamente y regreso mi camino al centro, me la llevaré conmigo a EEUU, pero necesito algo en que transportarla.
En una petshop encuentro lo que necesito, busco alimento en pasta para razas pequeñas, compro un contenedor multifuncional, para agua y comida y un bolsito que me permita llevarla conmigo durante el viaje.
Como es pequeña podré llevarla en el avión sin necesidad de meterla en una jaula.
Apenas llego al departamento la coloco en una orilla y le doy de comer.
—Creo que tengo el nombre perfecto, bella, como la chica de mi saga favorita.
Además era un nombre bonito que iba con ella, sin dudas es una cachorra hermosa.
Miro mi celular, mi vuelo sale a la 1 a.m. y Camila ya venía en camino.
—Hay que irnos si no queremos perder el vuelo.
Ambas cargamos todo y nos dirigimos al aeropuerto, está muy oscuro, pero se siente tranquilo.
Subo con mi pequeña bolita, de la cual Camila se percata cuando ya estamos en vuelo.
—¿Por qué no la he escuchado?
—Es obediente, no ladrón para que no la descubrieras.
Camila ríe y acaricia la cachorrita con cuidado.
—Estas loca, amiga.
Miro por la ventanilla y pienso que volveré a ver a Sebastián y Isabella, creo que estaba un poco asustada

traste cuídala mucho, no puedo tenerla conmigo, te aseguro que será una perrita muy Bonita.

Tiene sus vacunas, solo debes darle un hogar y comida.

No sé si eres chica o chico, pero asegúrate de que no le falte nada.

Miro la cachorra, no puedo dejarla, la levanto con cuidado nuevamente y regreso mi camino al centro, me la llevaré conmigo a EEUU, pero necesito algo en que transportarla.

En una petshop encuentro lo que necesito, busco alimento en pasta para razas pequeñas, compro un contenedor multifuncional, para agua y comida y un bolsito que me permita llevarla conmigo durante el viaje.

Como es pequeña podré llevarla en el avión sin necesidad de meterla en una jaula.

Apenas llego al departamento la coloco en una orilla y le doy de comer.

—Creo que tengo el nombre perfecto, bella, como la chica de mi saga favorita.

Además era un nombre bonito que iba con ella, sin dudas es una cachorra hermosa.

Miro mi celular, mi vuelo sale a la 1 a.m. y Camila ya venía en camino.

—Hay que irnos si no queremos perder el vuelo.

Ambas cargamos todo y nos dirigimos al aeropuerto, está muy oscuro, pero se siente tranquilo.

Subo con mi pequeña bolita, de la cual Camila se percata cuando ya estamos en vuelo.

—¿Por qué no la he escuchado?

—Es obediente, no ladró para que no la descubrieras.

Camila ríe y acaricia la cachorrita con cuidado.

—Estas loca, amiga.

Miro por la ventanilla y pienso que volveré a ver a Sebastián y Isabella, creo que estaba un poco asustada

Dulce Amor_By:Bianca IbañesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora