28

282 24 2
                                    

Martina
Abrí con cuidado la puerta de la habitación, evitando cualquier tipo de sonido, no fue hasta entonces que note algo...o alguien impidiendome salir de ella.
Mierda
Quise cerrarla de golpe, pero Sebastian me lo impidió con su pie.
-Hablemos, por favor.
-No.
-Lo prometiste, dijiste que escucharías.
La abrí con cuidado mientras le daba paso a la habitación, pude notar unas ojeras bajo sus ojos y su rostro de cansancio.
-Gracias al cielo ¿Tienes hambre? ¿estás bien?
-Solo habla.
Vi como se sentó en la cama y largo un suspiro.
-Tu pregunta, no he hecho nada malo como para preocuparme.
-¿Que hacías con ella?-pregunté sin saber si quería oír la respuesta
-Debía firmar unos papeles para la empresa.
-¿Y lo que te dijo?
-Dime Martina ¿En serio le crees?
-Dime tú.
-Solo Dios sabe porque dijo eso ¿no lo notaste?
-¿El que?
-¡Que llevaba horas esperándote a ti y a nuestra hija!no me importa ella.
Me quede de pie, casi sin respirar
Nuestra hija
Eso me había dado un vuelco en el pecho y estaba a punto de llorar.
Vi como Sebastián se acercó preocupado a donde yo estaba.
-No,no llores, no quería gritarte-dijo mientras acariciaba mi mejilla.
Su solo contacto me hizo olvidarme de todo y comencé a llorar.
-Ya,ya no llores que lloró yo..-intento calmarme, pero ni yo podía-escucha, no se por que lo dijo, pero nada es verdad, ella me llamó y solo fuimos a firmar los papeles, solo quiere enojarte, yo...
Salté a sus brazos abrazandolo con fuerza, al principio se quedo helado en su lugar, pero luego me levanto por las rodillas tipo novia y se sentó conmigo en la cama.
-Escucha mi amor, te amo, pero dime por que lloras, es muy tarde para ir a buscar un adivino.
Largué una pequeña risita y me aferre a su cuello.
-Dijiste algo, repítelo.
-¿Todo?
No,no-sonrei con su cara de espanto- cuándo me gritaste.
-Que te esperaba a ti y.......-vi como las piezas de su cerebro se unían poco a poco-oh, eso.
Note un brillo en su mirada mientras sonreía.
-Nuestra hija.
-¿Así lo crees?
-claro que si, muñeca.
Con el dorso de mi muñeca me sequé las lagrimas de la mejilla y pegué mis labios a los suyos.
Sebastian me soltó para que me sentara a horcajadas de el y lo abracé con fuerza.
Sebas comenzó a hablar entre besos.
-Te....extrañe......mucho.
Bajé mis besos a su cuello, pero no me dejo terminar con ello, me volteó empujándome a la cama.
-¿Problema arreglado?
Intenté controlar la respiración cuando sus dedos recorrían mi cintura.
-Como... te detengas...dios..si, arreglado.
Vi como sonreía mientras pegaba sus labios a los míos.
..............
Ya, no me maten, aquí tienen su capítulo

Dulce Amor_By:Bianca IbañesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora