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Martina
Observo a Sebastián y me río, se ve sexy con el delantal, Sebastián está cocinando, no me permitió hacer nada, así que ayudo con los deberes de Isa.
—¿Volverás a dar clases?
—Si, mañana regreso.
En los últimos tres meses había extrañado tanto dar clases, pero había conseguido algo más de dinero y además me había contactado con mis padres.
Miro hacia la sala, Adelaida se había llevado a bella con ella y la estaba consintiendo.
—Tu madre acaba de robarse mi mascota.
Sebastián la mira y sonríe.
—creo que va a robarla.
La cena está lista un rato después, los cuatro nos sentamos y por primera vez después de años me sentía como en casa, ese calor que se produce cuando estas con tu familia y te olvidas de todo.
Las miradas cómplices entre sebas y yo eran muy obvias, pero ninguna demostraba algo fuera de lugar, solo eran de cariño.
—Muchísimas gracias por la invitación, debo irme.
Sebastián me toma de la mano y se acerca a donde estoy.
—no te vallas.
—Tengo que irme, sería una falta de respeto.
Me paro en puntas de pie y beso sus labios con dulzura.
—Está bien, nos vemos mañana a las 6 p.m. es una cita.
Sonrío y me vuelvo a mi departamento, me sorprendo al ver que está abierto, la música me hace saber quién es, Cami.
—Amiga, volviste.
Cami me abraza y me lleva con ella al sofá.
—Veamos películas tristes.
Me río, a ambas nos gustan esas películas, a pesar de que terminamos llorando a mares.
—¿Como te fue con el príncipe azul en la mañana?
Mis mejillas se encienden y ella lo nota, pone en pausa la película y se vuelve hacia mí.
—cuenta todo.
—Amm, el vino a buscarme y me explico algunas cosas, me dijo que me extrañaba, luego...luego me beso y...
—¿Y luego qué?
—Me deje llevar por el momento.
Los ojos de mi amiga se agrandan cada vez más y salta a abrazarme.
—No puedo creerlo.
Me río y le hago señal de que se calle y señaló a la cachorra en mis piernas.
—mañana tengo una cita
.................
Sebastián.
Me recuesto junto a Isa y me pierdo en mis pensamientos, sus labios, sus ojos, su cabello, su esencia, todo de ella me gusta, fue algo muy rápido para mí y debo admitir que me da algo de miedo pasar por lo mismo de antes, pero es la primera vez que quiero arriesgarme.
—Hasta mañana, papá
—Hasta mañana, hija.
Entro en mi habitación, es de color azul y tienen tonos grises, una cama matrimonial y un baño.
...........
Preparo el desayuno mientras mi madre ayuda a Isabella a prepararse, Adelaida vive a unos kilómetros de aquí, pero mi padre y mi hermano están de viaje, así que me acompañara por un tiempo.
Subo a mi hija al auto y abrochó el cinturón de seguridad. A las 8 en punto estamos en la escuela, la dejo en su aula y lo robo uno que otro beso a Martina.
—Nos vemos a la tarde.

Dulce Amor_By:Bianca IbañesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora