Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-

Lo prometo

Narras tú

–Katie...estoy cansada– frunció su ceño.

–¿Qué?– preguntó sorprendida y suspiré.

–Ya sabes, ordenamos mis cosas y eso me dejó agotada, quiero dormir– me miró con el ceño fruncido y reí ganándome un leve golpe en el abdomen.

–Por un momento creí que hablabas en serio– metí mis manos en su camiseta.

–¿Quién dejaría pasar una oportunidad contigo? Solo los estúpidos– rió –No no, yo soy parte de ese grupo y nunca te dejaría con las ganas– se rió más fuerte y miró mis labios.

Se inclinó para besarlos y disfruté de la cálida sensación ante el contacto. Era un beso romántico y tierno, nuestros labios se movían sincrónicamente mientras yo acariciaba su suave piel.

–No quiero esto ahora– dijo sonriendo –Me encanta, pero necesito algo más...¡Ah!– cubrió su boca cuando presioné mi rodilla en sus pliegues para moverla circularmente.

–¿Así?– asintió comenzando a moverse también para crear mayor fricción –Oh Katie, ¿Estas desesperada?– se mordió el labio sin decir nada así que retiré mi rodilla y me miró frunciendo el ceño.

–¿Qué haces?– me giré para dejarla bajo mi cuerpo.

–Si te pregunto algo, debes responderme– giró sus ojos.

–Oh claro, como eres tan dominante– dijo riendo y levanté mis cejas –Si quieres que sea sumisa contigo, debes demostrarme que puedes dominarme– dijo desafiante –Porque ahora lo único que veo aquí es a una pasiva que le dará algo de placer a su activa y hará todo lo que ella le ordene– fruncí el ceño –¿No tengo razón?– estaba usando un tono burlesco.

–Estás entrando a un territorio peligroso, McGrath– lo pronuncié mal y mordió su labio.

–No lo creo– miré sus labios –Me estoy aburrien...– me incliné para besarla y así poder callarla. Presioné su entrepierna con mi rodilla y gimió sobre mi boca.

Desplacé mi mano hasta su pecho y lo apreté con algo de fuerza. Mordí su labio y cuando ella iba a profundizar el beso me alejé. Caminé hacia un mueble en específico y lo abrí, tomé el arnés y ella sonrió.

–¿Crees poder usarlo mejor que yo?– noté sus intenciones y no dije nada. Me quité toda la ropa y procedí a ponerme el juguete.

Volví con ella y de inmediato fue directo a mi boca. Enredó sus dedos en mi cabello y me besó con pasión. Como su pantalón ya estaba abierto, tomé el límite superior de la prenda y fui bajándola.

Corté el beso para poder terminar de quitarlo y acaricié sus piernas. La humedad era visible a través de la braga y mordí mi labio. Me acomodé y pasé mis dedos por encima de la tela. Llevé mi boca hasta la zona y dejé un delicado beso.

–_____...– dejé otro haciendo un poco más de presión. Pasé mi lengua y volví a acariciar la zona con mis labios. Katie llevó su mano a mi cabello para presionarme y moví mi cabeza para soltarme de su agarre. La miré frunciendo el ceño –Vas muy lento– se quejó y sonreí.

–Las manos sobre tu cabeza– rió.

–¿Por qué haría eso?– me miró desafiante.

–Porque si no lo haces iré aún más lento y no te dejaré tener ni un solo orgasmo– sonrió levemente y posicionó las manos sobre su cabeza.

Tomé la pequeña prenda entre mis manos y suavemente la bajé a la vez que acariciaba sus suaves piernas. Apreté sus muslos para luego separarlos y relamí mis labios. Sus labios y clítoris estaban hinchados y la humedad era notoria. Rocé mis dedos y su cuerpo sufrió un pequeño espasmo. Me arrodillé a orillas de la cama y la atraje tirando de sus piernas. Las acomodó doblándolas para apoyar sus pies en la cama y su entrada quedó exhibida ante mi rostro.