Completamente tuya

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Narras tú

–Avísales que está listo– dijo cuando terminó de preparar el desayuno y suspiré –Oh vamos, son tus mejores amigas, lo que vieron no cambiará nada– ya habían pasado unas cuantas horas desde lo sucedido.

–Está bien– me besó y caminé hacia la habitación de invitados. Golpeé la puerta y al no escuchar nada la abrí, ambas estaban durmiendo así que me lancé sobre ellas.

–¡_____!– se rieron y me hicieron un lugar para que me recostara entre ellas.

–El desayuno está listo– Melissa me abrazó por la espalda.

–¿En dónde comeremos?– reí.

–En la sala...lo siento– Chyler me miró extrañada –Ustedes no debieron ver eso, pero no puedo controlarme cuando se trata de Katie– mi amiga rió.

–_____...no me molesta en lo absoluto y sé que a Mel tampoco...solo tenemos pesadillas con ustedes follando, pero nada muy grave– reímos y se abrazó también a mí.

–Además...tengo mucho material nuevo para fastidiarte– me quejé.

–¿Van a ir a comer o no?– miramos hacia la puerta y Katie levantó sus cejas –¿Puedo unirme?– reímos y nos levantamos de la cama para abrazarla.

Nos separamos y fuimos a comer a la sala, no dejaron de molestarnos por la mesa y supimos que no se detendrían.

–––

–¿Te gusta esa?– dijo apuntándola, habíamos ido a un centro comercial ya que no quizo pedir las cosas por internet.

–Está bonita, me gusta– me sonrió.

–Las sillas son bonitas...y se ve resistente– reímos y seguimos caminando para ver lo que aún faltaba.

–¡Quiero esa!– dije apuntando la gran televisión que estaba allí.

–¿No es muy grande?– la miré.

–Me gustan las cosas grandes...– reímos y tomó mi mano.

–No tengo dudas sobre eso, cariño– le avisamos al vendedor que también llevaríamos la tele y fuimos al sector de las camas –Podríamos ir a comprar un sofá tántrico uno de estos días– fruncí mi ceño –El que estaba en ese cuarto de hotel– sonreí.

–Tenemos que comprarlo– seguimos comprando casi toda la mañana y volvimos a casa para que nos llevaran las cosas.

Nos ayudaron a reemplazar todo y luego pagamos mitad y mitad, aunque Katie insistió reiteradas veces en pagar todo ella. Miramos el lugar sonrientes y me abrazó.

–Ahora es nuestro hogar, _____– pasé mis brazos por sus hombros.

–Es mi hogar desde hace mucho– la besé suavemente –Pero cualquier lugar será mi hogar si tú estás allí conmigo– suspiré –Amor...– acarició mi cintura.

–¿Sí?– mordí mi labio.

–¿Tú de verdad planeas que nos casemos pronto?– sonrió.

–Quiero hacer las cosas bien...esperaré a que te sientas completamente lista y a que esta relación sea muy estable...pero sí, me gustaría estar comprometidas en los próximos meses o año– tomé un respiro.

–Me encantaría llevar tu apellido, McGrath– lo pronuncié mal y reímos.

–¿No te asusta pensar en el futuro?– asentí.

–Me asusta bastante, pero mi amor...quiero todo si es contigo– sus ojos se pusieron llorosos –Boda, viajes, mascotas, dramas, peleas, sexo, más traumas para mis amigas, charlas sin sentido, sexo– rió –paseos, sexo, ir de compras, envejecer, familia...sexo– sonreí y una lágrima escapó de sus ojos –Quiero hacer y tener todo eso, mucho más si es posible, pero contigo porque me das tanta paz y seguridad– me atrajo hacia ella para besarme dulcemente y la abracé con fuerza –Quiero desde lo más simple hasta lo complicado, pero solo contigo–.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora