Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-

Te tengo vigilada

Narras tú

–¿Cómo...cómo habrá conseguido mi número nuevo?– dije cortando la llamada y seguí conduciendo al hospital.

Cuando llegamos, acompañé a Katie adentro y saludé a la familia, ella ingresó a ver a su padre y escuché risas, así que supe que todo estaba bien.

–Solo fue un susto, pero tendrá que adoptar hábitos más saludables para que no pase de nuevo– me dijo mi suegra.

–Es que usted y Katie cocinan demasiado rico, yo comería todo el día– nos reímos y mi celular comenzó a sonar nuevamente. Suspiré y miré el número –Ya vengo– salí del hospital y marqué al número.

–Al fin te dignas a comunicarte conmigo– suspiré.

–¿Qué quieres?– dije cortante.

–Necesito dinero– reí.

–¿Algo más? ¿Te doy mi casa también?– dije sin creerlo –Me compré una isla ¿La paso a tu nombre? ¿Eso es lo que quieres?– miré a la entrada del hospital –No me llames más, por favor, no estoy de ánimos para más problemas– le corté y bloqueé el número.

Fui a una tienda cercana y compré algunas cosas para comer, junto a dos tés. Volví al hospital y Katie estaba sentada junto a su hermano, yo me senté sobre ella y me sonrieron mientras mi esposa me abrazó por la cintura.

–Ten– le di un té y besó mi mejilla.

–Muchas gracias, te amo– sonreí y le di la bolsa a Rory para que sacara algo de comer.

–Moría de hambre– dijo tomando las galletas –Te amo, cuñada– reí.

–También te amo– miré a Katie.

–¿Le respondiste el "te amo" a mi hermano y no a mí?– afirmó bien su té y me empujó para que me cayera de sus piernas –Siéntate sobre sus piernas– Rory y la madre de Katie se rieron y yo me quejé por mi trasero.

–Te amo– me miró y me levantó su dedo medio –No se enoje, esposa– me levanté –Es que no pienso bien sobre ti– sonrió.

–No me hables– reí y me senté sobre ella, abrazándome a su cuello para que no pudiera botarme.

–Eres mi silla– besó mi mejilla.

–Que no se repita– dijo levantando su ceja.

–Nunca más, te amo– sonrió y me besó.

–Te amo– acarició mi mejilla.

–Me dan diabetes, más que estas galletas– reímos.

———

Narra Lyra

–Hola...– escuché a mi lado y sonreí levemente al ver a Taelyn.

–Hola– suspiré –¿Cómo estás?– se sentó al otro lado del sofá y miró a Lena, que estaba en mis brazos.

–Más o menos...te extraño mucho– subió su vista a mí –Y duele saber que no me extrañas tanto, aunque me lo merezco– la miré confundida.

–¿Por qué asumes que no te extraño?– se mordió el labio.

–Porque...te vi con tu...¿Novia?– fruncí mi ceño.

–No tengo novia...¿En dónde me viste?– pregunté sin entender.

–En el parque de diversiones– pensé un momento y luego lo recordé.

–Oh...es una amiga– asintió no muy convencido y volvió a mirar a Lena.

–Están muy grandes– sonreí.