Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-

¿Vamos a...?

Narras tú

–Mi amor, te dije que no dejes que Oisin lo lama– dije algo molesta y su enorme sonrisa se borró.

–La pediatra dijo que ya era seguro, además solo fueron sus pies, lo lavaré a penas terminemos de jugar– suspiré asintiendo y seguí mi camino a la cocina.

Tomé un vaso y lo llené con agua para luego tomar la pastilla que tenía en mi mano. Escuché que Katie le pidió a Lyra que le lavara los pies a Conan y vino a la cocina conmigo.

–¿Quieres hablar de cómo te sientes?– se acercó a mí y me abrazó –Nunca has sido tú la estricta y ahora regañas a Lyra y a mí cada diez minutos– puso sus manos en mis mejillas –¿Te sientes bien?– negué sintiendo mis ojos cristalizarse.

–Es que...– escuché el llanto de Harry y suspiré caminando hacia la habitación –Yo te amo, yo te amo– dije para calmarme y lo tomé de su cuna, que ya se encontraba en su habitación.

Me levanté la camiseta para darle de comer y fui a mi habitación para recostarme en la cama mientras acariciaba su cabello, que se había tornado un poco más oscuro. Sonreí cuando me miró y sentí ganas de llorar al darme cuenta de lo mal que había estado tratando a mi esposa e hija.

–Tus ojos son muy hermosos, son igualitos a los de tu mami– al paso de los minutos se volvió a quedar profundamente dormido. Lo llevé a su cuna y me quedé allí acariciando su cabello mientras lo veía dormir.

–Mami...– Lyra dijo despacio, ya que la había regañado innumerables veces por despertar a sus hermanos.

–¿Qué pasa, pequeña?– dije girándome para mirarla.

–¿Quieres ver una película con mami Katie y conmigo? Hace días no hacemos algo juntas– asentí y su sonrisa apareció.

–Sí, pequeña...¿Conan está despierto?– negó.

–Mami Katie lo hizo dormir, ya lo trae– sonreí y Katie justo entró con nuestro hijo dormido, en vez de dejarlo en su cuna lo dejó junto a Harry, ya que así dormían por más tiempo.

–¿Dijiste que sí?– asentí y me besó, fuimos a la sala y cuando Lyra iba a poner la película la detuve, ambas me miraron y mordí mi labio escogiendo las palabras para hablar.

–Sé que he estado de mal humor y enojada casi todo el tiempo...y no es por ustedes, lo están haciendo increíble– miré mis manos y comencé a jugar con ellas –Las amo y amo compartir mi tiempo con ustedes y los bebés...pero extraño tanto a Melissa y Chyler– limpié las lágrimas que ya habían escapado de mis ojos –Nuestros hijos ya tienen casi tres meses y nunca se han visto, cuando supe que estaríamos embarazadas a la vez me imaginé haciendo tantas cosas con ella y lo único que puedo hacer son videollamadas...– Lyra me abrazó mientras Katie tomó mi mano.

–Te entendemos, mi amor– con mi mano libre limpié las lágrimas.

–Estoy tan estresada...esto es un cambio radical de nuestra rutina y ver que ustedes se han adaptado tan rápido me hace sentir peor por no saber cómo hacerlo– una lágrima cayó en mi mano y noté que Lyra también estaba llorando –Lo intento, pero esto me supera– Katie me tomó del mentón para hacerme mirarla.

–También estoy cansada...me duele que mis padres no puedan estar aquí conmigo, si esto no estuviera pasando de seguro ya hubiéramos viajado para que los conozcan o ellos estarían aquí– asentí –Pero la mejor forma de superar esto es juntas, mi amor– suspiré asintiendo nuevamente –Tienes que poner de tu parte y acompañarnos en lo que hacemos, te extrañamos demasiado...podemos usar tu reserva de juegos– sonreí.

–Yo me aburro mucho, extraño hacer cosas juntas como cuando recién vine a vivir con ustedes...podríamos retomar nuestra noche de juegos– asentí besando la frente de mi hija.