Por favor Katie, te necesito

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Narras tú

Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante sus palabras y sus manos volvieron a mis caderas. Salió por completo y volvió a empujar hasta el fondo, por mi posición el roce era mucho mayor y gemí apoyando mi cabeza en su hombro.

–Cuatro días, eres muy débil– dijo tomándome del cuello –Han sido cuatro días y por poco me suplicas que te folle– mordió el lóbulo de mi oreja.

–Tienes que follarme darme todos los orgasmos que no me has dado estos días...por favor Katie, te necesito– besó la parte trasera de mi cuello y comenzó a moverse.

–Sé cuidadosa con lo que deseas...luego no podrás retractarte– presionó sus caderas enterrando el juguete hasta el fondo.

–No me retractaré, daddy– me dio una nalgada y luego me empujó, haciéndome apoyar la cara en la cama, subió mis piernas a esta y me hizo apoyar las rodillas.

–¿Te gusta que te de en cuatro?– me dio una nalgada y gemí.

–Me encanta– apretó mi trasero con sus manos y comenzó a embestirme con fuerza –¡Katie! ¡Ah mierda!– me dio otro golpe y cerré mis ojos.

Llevó una de sus manos a mis pliegues y los presionó con algo de fuerza. Gemí y mis músculos tuvieron un pequeño espasmo. Siguió embistiéndome brutalmente y mi trasero ya dolía un poco debido a las fuertes embestidas. Tuve un intenso orgasmo y salió de mí.

Me hizo girar y me dejó de espaldas. Tomó el vibrador que anteriormente usé en mí y lo prendió, me miró con una sonrisa y lo puso directamente sobre mi clítoris.

–¡Aaaaah!– la zona estaba demasiado sensible por el reciente orgasmo. Mordí mi labio e introdujo el vibrador lentamente, lo dejó un rato mientras me miraba y luego metió el dildo de golpe –¡Katie!– sentí las vibraciones en mi entrada y luego sentí la presión –¡Ah! ¿Qué haces? ¡Katie!– introdujo el vibrador también y cerré los ojos por el pequeño ardor.

–Te gusta jugar con el vibrador ¿Cierto?– sonreí –Ahora disfrútalo, cariño– comenzó a moverlo y mis piernas se tensaron un poco –Relájate amor, necesitas aprender a relajarte para lo que haremos más adelante– fruncí mi ceño confundida.

–¿Qué...qué haremos?– acarició mis piernas.

–No te gusta pensar en el futuro, así que no pienses en ello y disfruta el momento– volvió a mover sus caderas y acomodé mis manos, ya que estaban tras mi espalda.

Aumentó la intensidad del juguete y gemí sintiendo los espasmos del orgasmo.

–¡Katie! ¡Aaah! ¡Voy a correrme!– presionó mi clítoris con su mano libre y cuando tuve el orgasmo intensificó sus embestidas.

–Has que los vecinos recuerden mi nombre– dijo sonriéndome.

–¡Katie! ¡Aaaaah Katie!– noté que la cama chocaba contra la pared con cada embestida.

Quitó la mano de mis pliegues y tomó mi cuello mientras seguía chocando con fuerza contra mí. Me dio una bofetada y sonreí.

–¿Te gusta que sea así de ruda?– apretó mi cuello con más fuerza.

–¡Sí!– mi espalda se curvó mientras volvía a correrme –¡Aaaaah! ¡Katie!– apretó uno de mis pechos con fuerza y sacó el vibrador para ponerlo sobre mis pliegues –¡Mierda, Katie! ¡Me corro de nuevo!– mi vista ya se estaba nublando debido al placer y cerré los ojos. Los músculos de mi vientre se contrajeron con fuerza y eso solo hizo que Katie aumentara la potencia del vibrador –¡Katie! ¡Aaaah! ¡No no no no, para un segundo!– presionó el juguete contra mis pliegues –¡Katie!– hizo caso omiso a mi petición y todo mi cuerpo estaba sufriendo espasmos ante el nuevo orgasmo –¡Katie! ¡Detente!– mi garganta ya dolía por los gemidos y alejó el vibrador de mis pliegues.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora