Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-

Kashy Kashy Kashy...

2...

Narras tú

-Unas semanas después-

–¡No! ¡Chris! ¡Lo vas a lamen...– me hundió en la piscina por algunos segundos y luego nadó rápido para alejarse.

Salí a la superficie para respirar, y lo busqué con la mirada.

–No quiero quedar viuda aún, sé considerada, estoy esperando un hijo– reí.

–No te preocupes, yo me hago cargo, no tengo problema con tener dos espos...¡Ah! ¡Mentira!– Katie me había jalado la oreja y me quejé –No me maltrates– reímos y la abracé. Me besó con la lengua y la miré sorprendida, ya que nuestros hijos estaban con nosotras bañándose –Esposa...controle sus hormonas– reímos y me separé para seguir a Chris.

–¡No! ¡Soy muy joven para morir!– salió de la piscina y Chyler rió.

–¿Por qué no vas tras...– le tiré agua en la cara –Estás muerta ¡Muerta!– comenzó a ahogarme y cuando logré escapar vi que nuestros hijos nos miraban sorprendidos.

–¿Por qué son tan violentas?– reí mirando a Liam.

–Así...así nos demostramos nuestro amor...pero ustedes no lo hagan– asintieron y fui a la orilla para salir y buscar a Chris.

Me sequé antes de entrar en casa y comencé a buscarlo. Revisé varias habitaciones y finalmente abrí un baño.

–¡Ah! ¡Chris!– cerré la puerta –¡¿Por qué no cierras la puerta?!– escuché su risa –Llevaba mucho tiempo sin ver uno, pero prefiero lo que tiene Katie entre las piernas– nos reímos.

–¿Dirías que Mel es una afortunada?– sonreí y decidí fastidiarlo.

–Oh, claro que no...sería una afortunada si estuviera conmigo– nos volvimos a reír y abrió la puerta.

–¿Paz?– suspiré asintiendo y tomé su mano –No me la lavé– salió corriendo.

–¡Chris! ¡Qué asco!–fui a lavar mi mano y luego salí corriendo tras él.

———

–Estoy tan cansada– dije quitándome la ropa para luego ponerme pijama. Bostecé acostándome ajunto a Katie, quien leía recostada en nuestra cama.

–Corriste y jugaste demasiado, ya no estás en edad de esas cosas– reí mirándola.

–¿Qué lees?– me miró.

–El jinete de bronce– sonreí acercándome a ella.

–Oh...¿Es bueno?– asintió.

–Lo he leído unas cuantas veces– sonreí.

–¿No quieres hacerme cariño mientras lees? Prometo callarme– se rió y llevó una mano a mi cabello –Te amo– susurré.

–Te amo– me acomodé a su lado y la abracé. Cerré mis ojos para disfrutar de sus caricias y luego de unos minutos me quedé profundamente dormida.

Desperté por sus besos en mi cuello y gemí levemente sin abrir los ojos aún.

–Nuestros hijos deben tener hambre– suspiré.

–Deberíamos enseñarles a cocinarse– susurré y se rió.

–Deb...– golpearon la puerta.

–¡Mamis!– pude reconocer la voz de Lena, Sky, Meigh, Harry, Conan y Liam –Tenemos hambreee– reí suspirando.

–¡Hoy no habrá desayuno!– abrieron la puerta.