Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-

El trauma cada vez se hace más grande

Narras tú

–¿Quieres algo más?– pregunté tomando bruscamente el sobre con los papeles.

Ella me miró por unos instantes y asintió lentamente.

–¿Podemos hablar?– negué de inmediato y caminé hacia la puerta para abrirla.

–Vete– Katie me miró negando y suspiré –Fuera– volví a mirar a la mujer y asintió saliendo de casa, cerré la puerta y escuché un sollozo de Elizabeth, miré a Katie y fui a la cocina.

–¿Por qué no hablas con ella?– preguntó mi novia suavemente –Se ve claramente que ambas siguen afectadas por lo que ocurrió– negué tomando el sandwich –Mi amor...¿Alguna vez lo hablaron?– reí negando.

–No necesito hablar con ella– sentí sus manos en mis hombros.

–¿De verdad no lo necesitas?– la miré –Si no lo necesitaras no estarías así– suspiré.

–No la quiero de vuelta en mi vida– pasó su brazo por mis hombros.

–Perdonarla no significa tenerla de vuelta en tu vida, solo te daría tranquilidad– me abrazó –Podrías dejar de sentir ese dolor– me mordí el labio –Y claramente haría que el ambiente de trabajo sea menos tenso– suspiré.

–La extraño demasiado...pero ya no me hace falta– la miré –Melissa y Chyler llenaron ese espacio y lo rebalsaron con el amor que me dan– sonreí –Y tú hiciste que me olvidara por completo de...¿Cómo se llamaba?– reímos y acarició mi rostro.

–No te puedo obligar a que escuches lo que tienen para decirte...pero si quiere pedirte perdón podrías dejarla...hará que ella se sienta mejor, se ve que le duele todo lo que te hizo– tomó mi mentón –Y te permitirá seguir adelante– sonreí.

–Iré ahora...– besó mi mejilla –¿Me vas a consolar si me pongo a llorar?– asintió.

–Te haré soltar fluidos por otro lugar– reí levantándome y abrí el mueble para sacar una barra de chocolate, así que me miró extrañada.

–Es su favorito...o lo era– suspiré y luego caminé hacia la puerta principal. Tomé un profundo respiro y me preparé para la conversación. Abrí la puerta y su auto seguía allí, me acerqué a este y golpeé la ventana suavemente.

Levantó su vista y sus ojos estaban rojos mientras muchas lágrimas caían de estos. Me miró unos instantes y luego quitó el seguro.

Abrí la puerta y me senté de copiloto. Estuvimos varios minutos en silencio y supuse que no iba a hablar ella primero.

–¿Qué quieres decirme?– dije sonando algo fría.

–Lo...lo lamento tanto– limpió sus mejillas.

–Una simple disculpa no arreglará lo traicionada que me sentí, Lizz...Elizabeth– decidí mirar al frente para resistir las ganas de llorar.

–Sé aquello...pero no encuentro una forma de demostrarte lo arrepentida que estoy por todo lo que te hice...– sollozó –Te he extrañado tanto...y no hay ni un solo día en el que no me arrepienta de haberte hecho eso– miré mis manos.

–De Scarlett pude esperarlo...las parejas engañan, es algo común...sobre todo en este modo de vivir que tenemos, siempre estamos tan ocupadas actuando...– mi voz se quebró un poco –La amaba tanto, Elizabeth...Yo no tenía ojos para nadie más, me hubiera casado y formado una familia con ella sin siquiera pensarlo, porque estaba completamente enamorada...confiaba plenamente en ella, pero sabía que aquella posibilidad existía...solo que nunca imaginé que mi mejor amiga me haría eso– la miré –Si hubiera sido solo ella esto hubiera sido mucho más fácil, las parejas se superan...¿Pero tu mejor amiga? Eso es una puñalada mucho más severa– limpié las lágrimas que se me habían escapado.