CAPÍTULO 57: ¿LO AMO? (+18)

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Al regresar partimos el pastel, después me senté en la silla que estaba afuera, Matt se puso de rodillas frente a mí levantando solo un poco mi vestido mientras los demás se acomodan algunos metros lejos de nosotros, él quitó lentamente la liga con sus dientes, movió sus cejas lo que me hizo reír. Al colocarse de pie se acomodó comenzando a contar, al lanzar la liga cayó justo en las manos de Troy lo que hizo que a Matt se le borrara la sonrisa, eso que no sabe que lo conozco desde que éramos niños. La señora Ana me pidió que de una vez lanzará el ramo, porque ella sabe que estoy muriendo con estos zapatos y con el vestido, así que con ayuda de Matt me subí a la silla dándole la espalda a las chicas que se acomodaron.

-Yo tengo muchos hermanos por si alguna quiere uno. —reír mirándolas y coloqué mi mano libre en el hombre de Matt. — ¿Listas? Una...dos... ¡tres! —al lanzarlo la señora Ana fue jalada por su esposo impidiendo que lo atrapara, todos reímos ante su acto y por la cara de horror de Alexa cuando cayó en sus manos. Matt me ayudo a bajar y me arrastró hacia la casa, que estaba bastante lejos de la fiesta, lo miré confundida mientras él reía, ¿le habrá picado algo? Se acercó a mí pasando sus brazos alrededor de mi cintura y coloqué mis manos en sus hombros tratando de sonreír.

-No te preocupes, mi madre se encargará de los invitados mientras tú y yo nos desaparecemos, ¿qué dices? —dijo sonriendo, lo que quiero es irme porque eres mucha tentación, Matthew.

-No creo que debamos dejar a tu madre con todo eso, pero si quiero cambiarme de ropa y de zapatos. —hice un puchero y él me cargó cómo princesa. —tampoco es necesario que me cargues, puedo caminar.

-A ella le encanta, así que no pasa nada y sobre el vestido, con mucho gusto te ayudo a quitarlo. —caminó subiendo las escaleras hasta una habitación que estaba al fondo, al entrar cerró la puerta con su pie y me bajó frente a la cama.

La luna resplandecía a través de la ventana, podía ver su mirada sobre la mía. Él sujetó mis manos mirando con una enorme sonrisa el anillo puesto en mí anular. Podría tenerlo, podía tenerme y... ¿lo amaba? No lo sé, pero por esta noche quisiera que me amará cómo a la mujer de sus sueños, solo por esta noche convertirme en su amor y que él sea todo lo que siempre he soñado.

*Narra Matt*

Mis labios viajaron a su frente en un tierno beso, descendiendo cada vez más por sus pómulos hasta sus sobresalientes labios. Elevé el borde de su vestido hincándome frente a ella para quitar sus zapatos, la observé desde abajo sintiendo los latidos de mi corazón acelerarse, no puedo creer que me haga sentir estas cosas tan rápido. Quien diría que quiero ser el único hombre de su vida, al único hombre que ella ame.

-¿Estás segura de estar aquí? —sé que es tonto preguntar, pero esta vez quiero que ella pueda decidir. — ¿quieres estar aquí conmigo?

-Ahora solo quiero estar contigo. —ella me miró, sentí su tacto en mi mejilla, un roce que desplegó sobre mi rostro haciéndome sentir un sinfín de emociones mientras el eco de la fiesta retumbaba en la habitación cómo entrega fatídica a quien poseería mi cuerpo. Me puse de pie dándole la vuelta para desabrochar su vestido dejando besos húmedos en su cuello, mis dedos se deslizaban sobre su piel, aquella tinta permanente sobre ella.

-Quisiera ser parte de esa caligrafía en tu espalda. —murmuré cerca de su oído sintiendo cómo se estremecía lo que me hizo sonreír mientras bajaba por completo el vestido, deslumbrándome con ese magnifico cuerpo.

Dejé un camino de besos desde su cuello hasta su hombro antes de darle la vuelta lentamente, al verla, mi respiración se volvió más pesada, levantó sus manos quitándome el saco para después desabotonar mi camisa sin dejar de mirarme a los ojos. Relame sus labios acercándose hasta unirlos con los míos en lo que era un beso lento se volvió salvaje e intenso, su lengua entró a mi boca enredándose con la mía mientras la acostaba en la cama, me separé del beso para terminar de quitar mi ropa y la miré sonriendo ladino al ver que su mirada se desvió a mi erección, me acerqué lentamente hasta quedar entre sus piernas hundiendo mi rostro, al sentir su mano apretar mi cabello comencé a lamer su feminidad, ella jadeaba y arqueaba su espalda. Yo seguía devorando su sexo mientras ella seguía casi gritando, tras varios minutos de placentera agonía llegó a su clímax corriéndose en mi boca la cual recibió gustoso su líquido, al verla respirar agitada, su cuerpo con ese brillo sutil por el sudor, di un último lengüetazo antes de acomodarme entre sus piernas, apoyé mis manos sobre la cama dejándolas a los costados de su cabeza y entré lentamente en ella soltando un gemido al sentir lo apretado de sus paredes, sentí como sus manos se posaron en mi espalda acercándome más ella para así besarme desesperada. Comencé con el vaivén lento, separándome de sus labios para meter a mi boca uno de senos, chupaba, lamía y mordía suavemente su pezón mientras las embestidas se volvían más profundas, una de mis manos bajó hasta su pierna apretándola fuertemente, sin duda mis dedos quedarían marcados en su piel. Sus gemidos se volvieron música para mis oídos al escuchar cómo me rogaba por más...podría estar así el resto de mi vida con mi mujer.

*Narra Allison*

Sentía mi cuerpo derretirse ante cada caricia, embestida y beso que él me daba, nuestros cuerpos sudados se fundían entre sí al igual que nuestros gemidos, escucharlo gemir con una voz tan ronca que me erizó la piel, era el jod*do cielo. Enredé mis piernas en sus caderas evitando que se separa de mí, mis uñas se enterraron en su espalda al sentir un cosquilleo en mi vientre, una de mis manos subió hasta su nuca enredando mis dedos en su cabello tirando de este haciendo que me mirara, su sonrisa me hipnotizó por completo haciendo subir el rubor a mis mejillas. Las embestidas cada vez eran más bruscas dando justo en mi punto g, ambos logramos corrernos al mismo tiempo gimiendo nuestros nombres, dejó un beso tierno en mis labios antes de salir de mi interior y acostarse a mi lado, me abrazó por la espalda apegándome más a él.

-Descansa, mañana volveremos a casa. —dejó un beso en mis hombros y cerré mis ojos relamiendo mis labios tratando de recuperar la respiración. —te amo, Allison. —susurró haciéndome sentir una extraña sensación en el estómago.

-Buenas noches, que descanses. —murmuré sintiendo como me tapa con las sábanas y no tarde en quedarme completamente dormida, aunque me sentí un poco mal de no responderle ese "te amo."

Después de un rato sentí que daban unosgolpecitos en mi mejilla lo que me hizo tallar mis ojos y abrirlos lentamente,al ver a Carmen fruncí mi ceño, ella me hace una señal de silencio por lo queme levanté con cuidado cubriendo mi cuerpo con las sábanas, ambas entramos albaño cerrando la puerta con seguro.

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora