CAPÍTULO 59: VERDADES...¿A MEDIAS?

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Me quedé dormida apoyada en el árbol, al despertar solté un quejido por el dolor de mi espalda, me estiré cuando me puse de pie, revisé mi celular y apenas eran las siete de la mañana, de seguro Matt ya está despierto. Bostecé entrando a la casa caminando directo a la habitación, pero antes de poder colocar mi mano en la perilla de la puerta se abrió dejando ver a un Matt adormilado, lo cual me hizo reír, ya que su cabello estaba despeinado, tenía un poco de baba en la comisura de su labio, además de que estaba desnudo.

-Buen día, cariño... ¿por qué te ríes? —se hizo a un lado dejándome pasar y me encogí de hombros sonriendo. —anda dime, quiero saber para volverlo a hacer y me regales esa hermosa sonrisa más seguido.

-Tal vez porque te ves chistoso con la baba. —se sonrojó llevando su mano a la boca, maldición, cada que dice esas cosas me hace sentir embobada, ¿qué demonios me está pasando?

-Nunca me pasa eso a menos que esté demasiado cansado, no sé qué pasó, pero siento cómo si me hubieran noqueado, me duele un poco la cabeza. —reprochó entrando al baño y lavó su rostro.

-Tal vez fue por la presión de ayer con todos los preparativos y eso. —me acerqué recargándome en el marco de la puerta y lo miré sonriendo, creo que si debí darle dos gotas.

-Sí, supongo que fue eso, ¿ya desayunaste? —negué tomando su mano cuando extendió la suya hacia mí. —dúchate conmigo, prometo no hacer nada más que ducharnos y después bajamos a desayunar.

-De acuerdo, ya que insistes. —reí sobre sus labios cuando me jaló hacia él dejando un pequeño beso en mis labios. Lo solté para quitar mi ropa mientras él abría la llave, se colocó debajo de la cascada de agua y mordí mi labio inferior al ver cómo las gotas recorrían su espalda.

-¿Vendrás o te me quedaras viendo? También puedes tocar si quieres. —rodé mi ojos al escucharlo y entré dándole un empujón con mi cadera lo cual lo hizo reír. —cuanta agresividad con tu esposo.

-No gracias, tengo hambre así que prefiero bañarme rápido e ir a comer. —al tener mi cabello húmedo agarré la botella de shampoo colocando un poco en mi cabello y sentí sus manos apretar mis caderas. —hey dijiste que te quedarías quieto.

-Estoy quieto, pero me ofende que prefieras comer y no a mí. —cerré mis ojos enjuagando mi cabello y me encogí de hombros. — ¿por qué mejor no me comes a mí?

-La comida es superior a todo. —sonreí cuando empezó a enjabonar mi cuerpo y al darme la vuelta me robó un par de besos. Coloqué shampoo en su cabello, aunque tuve que colocarme de puntitas, este hombre es demasiado alto. Al terminar de ducharnos agarré una toalla enredándola en mi cuerpo y otra más pequeña en mi cabeza saliendo del baño y caminando hacia una maleta que estaba en el sillón. —dime que trajiste ropa. —murmuré abriéndola y si, había ropa de ambos.

-¿Puedo preguntar algo? —lo miré mientras comenzaba a vestirme y asentí despacio. — ¿por qué tienes tantos tatuajes? Entiendo que te gusten, pero debe de haber otro motivo, ¿no? —hice una mueca secando mi cabello y me senté en la cama poniéndome mis tenis.

-Sí, lo hay, cada tatuaje representa algo bueno o algo que me marcó durante mi vida, aunque yo les di mi propio significado, por ejemplo, este...es un pequeño búho —le enseñé mi brazo, es demasiado pequeño y casi no se ve. —tú podrás pensar que es algún animal que me gusta, pero en realidad para mi representa todas esas noches que no pude dormir por tener que estar atenta a... —al percatarme de lo que estaba a punto de decirle fruncí mi ceño desviando la mirada.

-¿Atenta a qué? ¿Qué significa esa "L" que tienes en la muñeca? —me encogí de hombros tomando el cepillo de la maleta. —vamos...dime, quiero saber más de eso, más de ti.

-Cuando era pequeña le tenía miedo a...la oscuridad...tenía miedo a que los monstruos me hicieran daño. —susurré cepillando mi cabello y él comienza a vestirse. —y la letra es una inicial del nombre de una de las personas más importantes para mí...Liam, pero murió hace mucho tiempo. —me puse de pie para levantar el vestido del suelo dejándolo sobre la cama.

-Lo siento...no debí preguntar, no tienes que contarme si eso te hace sentir mal, yo puedo esperar e incluso no es necesario que me lo digas. —murmuró apenado y negué despacio sonriendo levemente.

-No pasa nada, son cosas de la vida que prefiero quedarme para mí, por lo menos por ahora, te espero en la cocina, ¿sí? —besé sus labios y caminé a la puerta. —por cierto, mi hermano se quedó a dormir aquí, espero no te moleste.

-No hay problema, puede regresar con nosotros si quiere, en unos minutos bajo. —asentí saliendo de la habitación y bajé buscando la cocina. Al encontrarla después de casi recorrer toda la casa me senté a lado de Jasón el cual tenía una cara de sueño, pero cuando entró Alexa hasta sus ojos se iluminaron, creo que ya lo perdimos.

En cuanto llegó Matt comenzamos a desayunar, casi nadie habló porque cada uno estaba en su mundo, por mi parte estaba pensando en que hoy en la noche me voy a ver cara a cara por primera vez después de tantos años con Joel...de solo recordarlo mi estómago se revuelve, pero tendré que contenerme para no hacer una tontería. La voz de los chicos me sacó de mis pensamientos y mordí mi labio asintiendo despacio cuando dijeron que ya iban a subir sus cosas al auto.

-¿Estás bien, cariño? —miré a Matt cuando me preguntó... ¿por qué unas simples palabras me están afectando tanto? —te he notado muy pensativa desde hace rato.

-Sí, lo siento es que estaba pensando en...Jane, ¿crees que podría salir con ella esta noche? quiero tratar de arreglar un mal entendido. —me levanté al igual que él y ambos caminamos a la habitación en cuanto terminamos de comer.

-Solo avísame cuando te desocupes así yo podrépasar por ti, yo me pondré a trabajar un rato ya que Ian me dijo que estaríaocupado hoy y mañana. —claro...ocupado dándote una puñalada por la espalda. 

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora