CAPÍTULO 58: TRAIDOR AL DESCUBIERTO.

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-¿Qué haces aquí? —la miré confundida y rodé mis ojos cuando se río. —no quiero comentario, por favor, ya metí la pata yo solita cómo para escuchar tus burlas. —murmuré cruzándome de brazos.

-Qué bueno que estás siendo obligada, creo que ya me arrepentí, me hubiera encantado despertar a lado de es de hombre tan... —levanté mi mano interrumpiéndola, mirándola con mis ojos entrecerrados.

-Cállate, ¿y dime qué haces aquí? Creí que a estas horas ya no habría nadie. —me entregó la ropa que estaba usando en la mañana. — ¿para que quiero esto? —la miré confundida.

-Pues sí, ya íbamos a medio camino cuando Pedro me llamó, dijo que habían entrado a la empresa dos tipos, ellos fueron y los atraparon metiendo el cargamento en los autos. —al escucharla sonreí emocionada. —pensamos que querías estar presente.

-Claro que sí, ya quiero todo esto acabe. —le pido que se voltee y me coloqué la ropa rápido y me hago una coleta. —pero si despierta y no me de seguro llama a la policía. —y si lo creo capaz.

-No te preocupes, siempre estoy preparada para cualquier situación. —sacó de su bolso una botella. —dale dos gotas nada más, porque van en agua, pero cómo no se la puedes dar así solo dale esa cantidad, no más, son para dormir, despertará hasta mañana en la tarde.

-De acuerdo, pero no hagas ruido y no salgas hasta que te diga. —al salir del baño me senté con cuidado a su lado, sentí el impulso de acercarme a darle un beso en sus labios y dejé el frasco abierto sobre el mueble, con mi mano libre abrí un poco su boca, agarré el gotero dejando caer tres gotas «¡idiota eran dos!» Cállate conciencia, le di tres por si acaso, no le pasará nada. Cerré el frasco mientras me levantaba y lo tapé bien antes de dar la vuelta.

-Eso fue lo más tierno que te he visto hacer. —bufé al ver a Carmen apoyada en el marco de la puerta. —en serio jamás pensé verte babeando así por alguien y menos alguien cómo él.

-No digas tonterías y vámonos. —ambas salimos de la casa con cuidado de que nadie nos viera, al llegar a la camioneta me acomodé en las piernas de Diablo, él frunció mi ceño al ver mi cuello...de seguro Matt me dejó marcas, que manía tiene de hacer eso, ¿no sabrá el daño que hacen? Después de varias horas llegamos, aunque yo aproveché para acurrucarme a dormir en los brazos de Diablo, sólo sentí cómo era llevada hasta que jalaron mi cabello lo que me hizo soltar un quejido y bajarme de sus brazos.

-¿Te estabas haciendo la dormida? —me dijo Diablo a lo que yo negué mientras me estiraba. —mmh...enana mentirosa. —sonreí levemente.

-No...bueno, poquito, cuando sentí que el auto se detuvo me desperté, pero es que me duele todo. —hice un puchero caminando detrás de los demás frunciendo mi ceño al ver que entramos a la bodega. — ¿por qué tenemos que hacerlo aquí? Es mi lugar de paz, una muerte aquí es más que suficiente.

-No seas llorona, es el lugar más cerca y nadie va a sospechar de que estén los camiones aquí, en cambio afuera de la casa sí. —hice una mueca al entrar y ver los dos camiones adentro y mis cosas arrumbadas en una esquina.

-Bueno ya que, pero muévanlas que yo tengo que regresar con Matt y es más de una hora de regreso. —reproché frunciendo mi ceño y caminando hasta los camerinos, al entrar saludo a los chicos y veo a los dos tipos amarrados a las sillas. —señores no tengo paciencia, así que o me dicen todo o les pasarán cosas malas. —me acerqué a la mesa tomando un trapo. —un momento...yo te conozco, eres el tipo que trabaja en el área de pintura.

-Yo creo que es mejor usar esto, no tenemos tiempo para tonterías. —dijo Jasón tomando un destornillador. —así hablaran más rápido y podré ir a dormir. —estoy de acuerdo con él, también muero de sueño.

-No, mejor este. —papá tomó un mazo acercándose a uno de los tipo y golpeó suavemente su rodilla. —les destrozamos las piernas y brazos, será rápido. —uno de los sujetos negó de inmediato y les quité la cinta de la boca.

-Sí, trabajo en esa área, me contrataron para que dejara abierta una de las puertas para que pudieran entrar. —dijo el tipo de camisa verde mientras el otro le decía que se callara, me acerque a él pidiéndole a Jasón que inclinara su silla hacía atrás y coloque el trapo en su rostro diciéndole a Iván que trajera agua.

-¡¿Díganme quien mi*rda los contrató?! —sujeté con fuerza el tapo y en cuanto llegó con el balde lo hecho en su rostro, esto obviamente no lo va a matar, pero si hará que hable. Al retirar el trapo él comenzó a toser intentado soltarse. —mira no tengo tiempo para esto, son casi las tres de la mañana y debería de estar en otro lugar, habla ya o te juro que ahora mismo te mato.

-Fue el señor Blake... —miré al otro tipo al escuchar lo que dijo. —él me contrató, si no me crees toma mi celular, marca el número dos. —fruncí mi ceño acercándome a sacar el celular de su pantalón.

-¿Ian Blake? Más te vale que no mientas, ¿cuál es tu contraseña? —en cuanto me la da marcó el número dos y observé al tipo antes de llamar. — ¿Qué hacen después de que el cargamento está listo?

-Lo llamó para que me diga en qué lugar tiene que parar, generalmente es algún lugar en el que pueda dormir o comer, lo descargan y él sigue su ruta hacia el lugar en dónde se van a entregar los autos, él tiene que llevar todo el cargamento. —miró al tipo que estaba a su lado que aún estaba tratando de respirar.

-Haremos esto...tú lo vas a llamar y le dirás que todo está listo, más te vale que no sospeche o les ira muy mal. —le pedí que le taparán la boca al otro, no quiero que se le ocurra gritar o algo, al marcar lo puse en altavoz acercándoselo. En cuanto contesto reconocí de inmediato la voz de Ian...que maldito cómo le puede estar haciendo esto a Matt. Él le dio la dirección en donde debía de parar y cortó la llamada.

-Estoy decepcionado de los jóvenes de ahora, apenas y les doblas un dedo y ya te dijeron hasta la hora en la que van al baño. —reí ante las palabras de mi papá y me separé dándole el celular.

-¿Se encargan de ellos? Tengo que volver con Matt antes de que despierte. —caminé con los demás detrás de mí. —estoy molesta porque viaje para nada, aunque ahora se que Ian está metido en todo esto.

-Yo te llevo, así me quedo a cuidarte, ahora que estamos tan cerca de ellos que pueden tratar de atacarnos. —miré a Jasón levantando una ceja y al salir subí al auto de Tato.

-¿A cuidarme o es por qué estás interesado en Alexa? —sonreí mirándolo cuando entró al auto y me despedí de los demás solo moviendo mi mano. —no creas que no me di cuenta de esas tontas miraditas.

No dijo nada solo se dedicó a conducir, pero lo conozco, sé que le gustó Alexa, lamentablemente en este trabajo no puedes tener una relación estable a menos que te salgas de esto y cómo lo conozco bien no arriesgaría a nadie. Después de algunas horas llegamos, en cuanto se estacionó entramos por la parte de atrás, caminamos hasta entrar a la casa con cuidado de que nadie nos viera, le dije que Jasón que buscará una habitación vacía y se quedará allí.

En lugar de caminar a la habitación decidí ir alviñedo, me senté debajo de un árbol pensando en qué pasará ahora, aunque no meguste reconocerlo y sea absurdo Matt me hace sentir cosas que ni yo misma séque son.

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora