CAPÍTULO 42: ATRAPADA.

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La noche estuvo bastante agotadora, pasarse toda la madrugada contando y repartiendo el dinero no es tan fácil cómo parece, además de organizar las malditas peleas de la semana sin poder participar es un asco. Lo único que alegró mi noche fue saber que Carlos perdió su dinero y su auto. En fin, después de darme una ducha en las regaderas de la bodega le pedí a Diablo que me llevará porque no tengo ánimos para conducir además de que el sueño me está matando, pero cómo la vida me odia justo cuando estaba mandándole un mensaje a Jane recibí uno de mi jefe pidiéndome que vaya a su casa. Así que tuve que pedirle a Diablo que me llevará.

Unas cuadras antes de llegar bajé del auto bostezando, pero antes tuve que darle mi arma a Diablo porque si el bab*so de mi jefe me ve con eso estoy segura de que no me salvo de su drama. Fruncí mi ceño al acercarme a tocar el timbre, odio caminar, pero más odio a mi jefe y lo digo porque me acaba de abrir la puerta con una cara de perro que me quiere morder.

-Ahora iremos por tus cosas, te quiero aquí y no estoy dispuesto a esperar más tiempo. —claro buenos días a usted también...lo odio. — ¿te encuentras bien? ¿descansaste? ¿cómo van esos golpes? —sus repentinas preguntas me asustan.

-Está bien...pero vine en taxi y sí, estoy bien. —él no dijo nada más solo se limitó a asentir y al salir de la casa, me abrió la puerta del copiloto. En cuanto ambos subimos al auto comenzando a conducir a mi departamento, ninguno de los dos habló durante el camino, yo me concentré en mirar el anillo...siempre quise uno...pero de un chico en especial, pero cuando él se fue ese deseo se fue a la mi*rda, al igual todas esas mi*rdas de amor, nunca más volví a pensar en la idea de casarme y mucho menos con alguien como Matt porque somos totalmente diferentes, él es demasiado cuadrado, todo tiene que ser como él diga, de seguro estuvo en los mejores colegios y eso a mí no me va, yo sé que tuve la posibilidad económica de terminar en ese tipo de colegios, pero con todos mis desastres muy apenas y pude terminar la universidad, de milagro y pasé con tantas faltas que tenía, pero en fin esto no va a ser nada bueno.

Al llegar le pedí que se quedará en el auto y bajé rápido sin esperar una respuesta de su parte. Al entrar a mi departamento corrí a mi habitación y fruncí mi ceño al ver las maletas hechas con una nota encima de una.

"Tu tonto amigo Tato y yo hicimos las maletas, espero que no te moleste, Tato guardó tus cosas peligrosas en la maleta mediana para que guardes eso sin que nadie lo vea, espero no haber olvidado nada.

PD: Estás loca por tener tantas armas, pero así te quiero.

Atte: Jane."

Bufé tomando las maletas cómo pude y al salir Matt ya estaba esperándome en la puerta. Rodé mis ojos cuando agarró dos de estas, después de cerrar bien la puerte ambos entramos al ascensor. Después de media hora ya me nos encontrábamos en la casa, Matt me dejó instalar en la habitación a lado de la suya, aventé las maletas en la cama en cuanto entre a está.

-Quiero que te arregles en una hora iremos a comer a un restaurante para hablar. —dijo recargándose en el marco de la puerta. —después puedes guardar todas tus cosas o pídele a una de las chicas de servicio que te ayude.

-Está bien, ¿es algo formal? Porque no tengo muchos vestidos para eso. —murmuré mirándolo y mordí mi labio inferior sintiendo un liguero escalofrío ante su mirada tan penetrante.

-Sí, tienes que estar presentable y ser educada...no te preocupes por eso, yo me encargo de eso, ve a ducharte, no tardarán en traerte el vestido. —cerró la puerta y se fue, esto será muy complicado.

-Un día...un día podré patearte el c*lo, Carpenter. —bufé quitando mi ropa, sonreí al ver una pequeña bocina así que enlacé a mi celular para después buscar una canción y entré a la ducha dejando el celular donde no se moje, ya no quiero más tragedias en mi vida.

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora