CAPÍTULO 70: NADA ES LO QUE PARECE.

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Llevo cómo diez minutos en el auto frente a la bodega sin poder parar de llorar, de por sí sentía que era un mal día y se puso mucho peor, pero...no, no pienso dejar que me afecte o por lo menos no tanto. Limpié un poco mi rostro antes de bajar del auto, caminé hasta entrar a la bodega frunciendo mi ceño al ver a Diablo y Tato acomodando las sillas, en cuanto me vieron se acercaron casi corriendo...no quiero darle explicaciones a nadie...

-Hola... ¿estás bien? Te ves bastante horrible. —levanté una de mis cejas mirando a Tato. —no lo quise decir de esa manera, pero pareces enferma. —dijo colocando su mano en mi frente, pero lo aparte.

-Creo que me dará un resfriado o algo así pero no es nada grave, ya se me pasará, ¿hoy hay pelea? —caminé hacia la oficina con ellos detrás de mí y arrugué mi nariz, de verdad siento que enfermare.

-Deberías ir a tu casa a descansar, de verdad te ves muy mal...y si la pelea empieza a las doce y apenas son las cuatro de la tarde, así que puedes ir a dormir. —negué entrando a la oficina, al sentarme en la silla saqué de mi escritorio una máscara bong, un encendedor, la botella de agua y una pequeña bolsa con cannabis.

-No...porque quiero hablar con ustedes de algo muy importante. —les pedí que se sentarán mientras yo trituraba el cannabis. —después de que terminé todo esto me iré...ustedes se quedarán con la bodega, mi departamento, la moto y mi otro auto. —los miré unos segundos y tomé la máscara para vaciar un poco de agua en el tubo. —si ustedes quieren seguir con esto pueden hacerlo y si no pueden vender todo y quedarse con el dinero...es lo mínimo que puedo hacer por ustedes. —coloqué lo que ya había triturado en la cabezota es la que tiene forma de embudo que está en la parte de afuera del tallo y los miré haciendo una mueca.

-No puedes dejarnos aquí cómo si nada, somos tus amigos, me niego a quedarme aquí. —dijo Tato evidentemente molesto cruzándose de brazos. —no me vas a aventar a la basura, que te pasa.

-Bueno...la otra opción es que se vayan con nosotros, pero...no podremos hacer nada ilegal, tal vez papá pueda hacer que trabajen con nosotros. —me encogí de hombros tomando la máscara. —piénsenlo, yo aceptaré lo que decidan...ahora déjenme sola que necesito relajarme. —tampoco es como que los quiera dejar, pero no quiero estar más aquí, en fin, me coloqué la máscara, acerqué la llama del encendedor, pero en cuanto empezó a salir el humo se hizo un sabor amargo en mi boca lo que me hizo quitarla de inmediato para salir corriendo al baño, comencé a vomitar y escuché unos pasos venir hacia mí sintiendo que sujetaban mi cabello.

-Mierda enana, quieras o no irás a descansar a la casa. —cuando terminé enjuagué mi boca y miré a los chicos frunciendo mi ceño. —no ha estado comiendo bien y el estrés que tienes no ayuda.

-No...tal vez ya no sirve esa cosa. —tragué saliva mientras regresaba a sentarme en la silla. —creo que me está dando un resfriado, siento que se me está congestionando la nariz. —me recargué en el respaldo de la silla cerrando mis ojos por unos instantes.

-Esto sabe bien, creo que es porque estás enferma, ¿desde cuándo te sientes mal? —abrí un poco mis ojos mirando a Diablo el cual estaba con la máscara en sus manos.

-No sé, desde anoche me empecé a sentir mal, tal vez me contagié por estar cuidando al id*ota de Matt. —rodé mis ojos...genial, ahora ya me enfermé por su culpa.

-Puede ser, deberías decirle a tu hermana que te revise, tengo entendido que es doctora, ¿no? —asentí al escuchar a Tato y bostecé tallando mis ojos. —anda yo te llevaré a la casa.

-Uhm...dormiré un rato a ver si así me siento mejor, me despiertan antes de que empiecen las peleas, quiero participar y no me miren así, se lo que hago, ahora fushi de aquí. —en cuanto se salieron me quité mis tenis para después tumbarme en el sofá boca abajo cerrando mis ojos, un sueñito es lo que necesito.

(Horas más tarde)

Unos pequeños golpes en mi mejilla me hicieron levantar de golpe frunciendo mi ceño, al abrir mis ojos Tato estaba sonriendo a mi lado con una botella de agua en la mano. Me estiré un poco y caminé al baño para lavar mi cara.

-¿Te sientes mejor? Sigues viéndote mal. —lo miré a través del espejo mientras secaba mi rostro con una pequeña toalla. —no me mires así, tienes que ver a un doctor, no es normal que enfermes.

-Solo me siento cansada, algo adolorida por el sofá, pero estoy bien. —ambos caminamos a mi camerino, al entrar él se sentó en el sofá mientras yo sacaba mi ropa.

-De acuerdo, pero si veo que empeoras no te dejaré pelear aún faltan diez minutos. —rodé mis ojos cambiándome rápido para luego agarrar las vendas, se las aventé y las atrapó sonriéndome.

-Sí papá, cómo digas...por cierto, me iré antes de lo planeado...dejaré que papá se encargué de Joel, no quiero estar aquí... —murmuré viendo cómo comienza a ponerme la venda en mi mano derecha.

-Entiendo, yo también lo pensé y...me iré contigo, eres mi hermanita, a donde vayas voy. —sonreí mirándolo y mordí mi labio inferior sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. —¿se puede saber por qué tomaste esa decisión?

-Sé que parece que no quiero afrontar las cosas cada que me rompen el corazón...pero no es así, simplemente quiero empezar de cero y tratar de cambiar para ser mejor o que se yo. —me encogí de hombros separándome cuando terminó de colocar las vendas —Matt se va a comprometer con la sanguijuela esa...así que yo quiero hacer mi vida lejos de aquí.

-Te apoyaré en lo que decidas, pero...déjame romperle la cara. —dijo frunciendo su ceño levantándose. —no es justo lo que te hizo, ni siquiera le has hecho algo a pesar de que se lo merece.

-No...está bien, de todos modos...no íbamos a estar juntos, si así me lo quitó de encima está bien. —salimos del lugar para hacia la jaula, mientras caminaba me estiraba un poco, hace tiempo que no peleó, pero me servirá para quitar el estrés.

Tato me puso los guantes al igual que el protector bucal...mi*rda me duele la cabeza y más por los gritos de la gente, en fin, entre más caminaba creo que más se movía el piso, subí las escaleras poco a poco hasta que todo comenzó a verse borroso, traté de sujetarme de la jaula, pero fue demasiado tarde ya que caí al suelo golpeando mi cabeza contra la lona haciéndome perder el conocimiento.

Un olor a, ¿alcohol? me hizo remover y abrir mis ojos lentamente sintiendo las punzadas en mi cabeza, traté de levantarme, pero una mano me lo impidió, al ver quién era, fruncí mi ceño confundida, ¿a qué hora llegó mi papá? ¿qué hacen todos aquí? Será que ya me voy a morir... ¡pero es solo un resfriado!

-¿Cómo te sientes, hija? llevabas mucho tiempo inconsciente, estábamos a punto de llevarte al hospital. —preguntó mi papá y me senté con cuidado sujetando mi cabeza dándome cuenta de que tenía una venda.

-Siento como si me hubieran dado una patada en la cabeza y me duele un poco el vientre. —los miré levantó una ceja ya que se veía algo nerviosos. — ¿qué pasa? Porque tienen esas caras... ¿pasó algo con Joel? ¿volvió a escapar?

-No...Jane desapareció...sus cosas no están en la casa ni en el departamento. —me levanté de golpe ante lo que dijo Frank lo que hizo que me diera un mareo, pero mi papá alcanzó a sujetarme.

-¿Joel la tiene? Mi*rda...tenemos que ir por ella, sé que te dije que iba a dejarte esto a ti, pero si tiene a Jane debemos hacer algo ahora. —mi*rda...si le pasa algo será mi culpa, quité la venda de mi cabeza ganándome un manotazo por parte de Carmen que me la volvió a poner.

-No iremos por ella porque antes de irse intentó acceder a las computadoras. —dijo Iván enojado. —recuerdas que te advirtieron que alguien te estaba vigilando. —mi respiración comenzó a agitarse cada vez más y el dolor de cabeza aumento. —estamos seguros de que es Jane...le dijimos que sabíamos que Joel estaría en un restaurante...adivina quien nunca se presentó en el lugar, además de que Pedro la vio entrando al almacén días después.

-No puede ser... —apreté mi mandíbula saliendo de la habitación para ir a la oficina y tomar mi celular, caminé rápido a donde estaba Alexey. —más te vale que me digas si ella trabaja para Joel...habla o si no te mataré junto a tu noviecita. —le mostré en mi teléfono una foto de Jane y cuando la vio asintiendo lentamente.

-Sí...es novia del socio de Joel. —cuando dijo eso sentí unas nauseas horribles y salí de allí lo más rápido que pude para tomar un poco de aire...todo este tiempo me estuvo mintiendo a la cara...

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora