Capítulo 15. Adorable tormento.

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Los días pasan entre besos a escondidas cuando nos topamos en la hacienda, escapadas cada que podemos y noches de películas en mi habitación. 

Ha sido muy difícil convencerlo de dejar nuestra investigación por la paz, obviamente Angélica no nos dirá nada. Es tan necio e impulsivo, es un enojó y me desespera, aún así cada vez me siento más enamorada de mi terco hombre. 

La verdad investigamos muy poco sobre el tema, preguntar es poner nuestra reacción en evidencia y no lo consideró el momento, eso es tan difícil de entender para él. 

Intentó convencerlo de que es tiempo de estar juntos y no desperdiciar nuestra energía en el pasado, hablar de nosotros, construir el nosotros y confiar en la palabra del otro, parece entenderlo después de más de una pelea. 

Le cuento mis planes y él los suyos, hemos discutido por el hecho de que en algún momento tengo que regresar a España para terminar los trámites de mi titulación. Le tuve que prometer más de tres veces que eso no tiene fecha por ahora y cuando pase, me encantaría que fuera conmigo para ir a todos los lugares que soñé visitar con él, eso sería maravilloso. 

En estos días hemos trabajado en su proyecto con Eliot, ambos están muy ocupados entre los pendientes de la hacienda y el trabajo en sus tierras, así que yo voy por las mañanas a verlos y desayunamos juntos. 

Estoy contenta por saber que puedo ayudar y les aporto ideas, también me gustaría cooperar con inversión, pero se que debo tocar ese tema más adelante o ver qué se le ocurre a Kate para que Christian acepte. 

Ella también está bastante involucrada y todos estamos muy emocionados en darle forma al proyecto de los chicos. Christian es un genio y se que ha tenido visitas importantes en estos días de gente interesada por su cosecha, sin embargo nuestra idea, es hacerla llegar al mercado de forma directa. 

Regresamos por separado a la hacienda y nos vemos por las noches. Se que se va una vez que me duermo, no ha descansado mucho y a veces regresa. No se como rayos entra y sale sin que nadie lo vea, pero trabaja con la máquina que le presta mi padre. Eso nos provocó nuestra pelea más grande hasta ahora, yo pidiéndole tome las cosas con calma y él otra vez por el tema de ir a Europa y los costos del viaje. 

Está terco de que tiene que estar preparado, por mas que le digo que ese viaje no tiene una fecha pronto. 

Ha trabajado demasiado, tanto que esta mañana se quedó dormido y casi fuimos descubiertos por Rosita, realmente no estoy segura si lo alcanzo a ver salir cuando tuve que sacarlo por la puerta de la cocina. Menos mal que fue ella y no alguien más. 

A veces quiero matarlo, es tan orgulloso, sin embargo sus besos manipuladores me desarman. 

Hemos respetado nuestro acuerdo de ir lento, aunque la forma en la que me toca y la reacción de mi cuerpo a sus caricias me han hecho perder la cordura e ir un poco más allá de la segunda base. 

Lo he dejado sin camisa y él a mí, he sentido el calor de su piel y demonios ¿cómo va entrar eso en mí? Me asusta el dolor y el hecho de estar en casa o con el abuelo, tampoco me deja ir más allá. 

Cuando fuimos a nadar a los pozones pude verlo en ropa interior y excitado. ¡Dios! Esa cosa es enorme. 

- ¿Estás enojado? - pregunto al verlo rojo y respirar agitado.
- ¡No mi amor! Solo que tengo un problema aquí, necesito un minuto. - dice alejándose de mí, está encorvado sobre una roca. 
- ¡Christian! - estamos dentro del agua, iba ser un chapuzón inocente, pero eso no se nos da últimamente, terminamos por tocar y juntar nuestros cuerpos. Cuando mi resistencia era nula, él hizo una mueca de dolor, se puso tenso y no se si le pegue o que hice, pero sé que está así por mi culpa.
- ¿Te pegué? 
- ¡No! - pongo mi mano en su espalda y se estremece, parece avergonzado y está sonrojado. - Estoy bien Ana. 
- ¡Christian! ¡Eso! - señaló - ¿Te duele? - me atrevo a preguntar al ver que no puede enderezarse. 
- ¡No tienes idea!.
- ¿Puedo hacer algo? ¡Deberíamos irnos!. 
- No puedo así. ¡Ufff! No ayuda que me veas así amor. 
- ¡Lobito! 
- Nos estás matando. 
- ¿A ti y a tu? Te voy a dar un minuto, voy a cambiarme. - entre al agua en ropa interior y su camiseta. 
- ¡No! Ven. 
- ¡Christian! Te dije que esto no era buena idea. - me abraza. 
- Hace unos minutos, pensabas otra cosa. 
- ¡Pues sí! Por qué no me dejas pensar con tus besos y todo lo que me haces, pero alguien puede venir. - se ríe muy fuerte y hace que crucé mis piernas en su cintura.  
- ¡Ya! Deja de tocarme y… ¡Christian! ¡Descarado! Deja de tocarte.
- ¿Me quieres ayudar? 
- ¡Christian! No estoy bromeando, mejor vámonos. 
- ¡Ven!  - me safo, pero me vuelve a acercar. 
- Aleja eso de mí ¿Cómo puedes mantenerlo así todo el tiempo? - vuelve a reír - No es gracioso. 
- ¡Duele! Es risa de dolor y nervios, la verdad estoy un poco avergonzado. - lo veo confundida. 
- ¡Seguro! Tú no conoces la vergüenza, eres un descarado - golpeó su hombro. 
- ¡Ven! - me junta más a él, si eso es posible y coloco mis manos sobre sus hombros. 
- Eres un adorable tormento ¿Sabes? 
- ¡Ahh! ¡Qué amable! Gracias. 
- Se que prometí esperar, pero si me sigues dejando besarte así. 
- ¡Ya! ¿Ahora es mi culpa? ¡Christian te dije que no! Más de una vez. 
- Con tu boquita, pero con esos ojos - dice besando y mordiendo mi cuello. - ¿lo ves?. 
- ¡Christian! - quiero controlar mi cuerpo, pero no puedo evitar reaccionar a su contacto. 
- ¡Me necesitas! Como yo a ti. - me besa despacito y maldición estoy nuevamente temblando. 
- ¡Ahh! ¡No! ¡Yaaa! ¡Yaa! Nademos o vámonos. - digo alejándome de él - ¿A dónde vas?. - preguntó al verlo subir a la roca
- ¡Te reto! ¿Clavados?. - pongo los ojos en blanco - Dijiste nademos o vámonos, tengo calor. 
- Eres mas bipolar que Kate y yo juntas. 
- ¿No es un cumplido cierto? 

Jugamos un buen rato dentro del agua, clavados, guerras de agua, tocar el fondo o cualquier tontería. 

En las guerras de agua tenía todas las de perder y no tuvo consideración, este hombre me vuelve loca.  







Te quiero a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora