Capítulo 92. Amor

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Vamos camino a Guadalajara, mi exagerado esposo no me dejó opción. No dormí mucho anoche y no lo dejé dormir porque tenía unos calambres horribles en las piernas, me dolía un poco el estómago, mis huesitos de las caderas y allá abajo se siente raro. 

Leí que es normal, pero Christian no quiere tocarme hasta estar seguro, no puedo creer qué llore como magdalena por ser rechazada y el pobrecito no sabía qué hacer. Lloré y según él después me quedé dormida al instante. 

- ¡Llegamos! - Ahora muero de sueño y estoy molesta. - ¡No me veas así! ¿Te cargo?.
- ¡La cita era en dos días más Christian! 
- ¡Llame a la Dra., dijo que podía atendernos!
- ¡Es mi ginecóloga, tú no necesitas una! - lo señalo con el dedo. - él cabrón sonríe.
- ¡Vamos Ana! 
- Mmmm. 
- ¿Ahora que? - mis ojos se nublan y me quedo dentro de la camioneta sin moverme.
- ¡Me rechazaste! - digo ya con lágrimas.
- ¡Greñuda! Por eso venimos, para ver qué todo esté bien, no puedo esperar dos días.
- ¿Y si algo anda mal y tienes qué esperar más?
- No te entiendo y deja de verme así, vamos. 
- ¿Podrás estar sin sexo en la cuarentena?  - soy un mar de lágrimas - ¿y si algo va mal ahora y no podemos? 
- ¡Ana!, para la cuarentena aún falta. ¿Un paso a la vez no dices siempre? Y venimos con Grace para asegurar qué todo esté bien, deja de llorar. ¡Baja! - no me muevo y lloró aún más. - ¡Ana! - me observa y yo a él - Deja de verme así, ¡ven!. - dice y se acerca a ayudarme. Yo lo beso, meto mi lengua en su boca y soy demandante. Muerdo su barba de apenas dos días y me encanta. - ¡Vas a volverme loco! 
- ¿Prefieres que llore? - muerdo su mentón. 
- ¡Estamos en un estacionamiento Sra. Grey!.
- ¡Me gustan los estacionamientos! - digo jadeando en su boca. 
- ¡Greñuda! - muerde mi cuello. 
- ¡Ahhh! - acaricio su cabello. - así me gusta tu barba, pica. - digo mientras me besa. 
- ¡Rayos Ana! 
- ¿Qué?
- ¿Qué? ¡Vamos antes que te tome aquí! 
- ¡Nop!, yo pienso cobrarme tu rechazo Grey. Mi bichito y yo somos vengativos. - Lo hago a un lado y bajo de la camioneta. Lo escucho sonreír cuando camino, tengo que ir al baño.
- ¡Demonios Ana! - Vienes a la ginecóloga y estás húmeda, te voy a castigar Grey, si puedo. - ¿Sí, sí puedo? 
- ¿Algún problema Sra. Grey? ¿Habla sola? 
- ¡Camina!

Christian me espera paciente mientras voy al baño y me preparó para mi consulta. La enfermera nos pide entrar al consultorio y ponerme la bata mientras llega Grace. 

- ¡Te ayudo! 
- ¿A cambiarme? No, yo puedo. 
- ¡Anastasia! - me mira sonriendo. 
- ¡Te conozco Grey! 
- ¡Más bien no confía en sus hormonas Sra. Grey! Tienes sus orejas rojitas. 
- ¡Shhh! ¡Voy a cambiarme! Y me voy a vengar. 
- ¡Ana! No te rechace solo debo estar seguro, es por el bebé. 

Me ponen ese gel frío sobre mi vientre, Christian coloca su silla cerca de mi cabeza y me toma la mano. Observa atento los movimientos de la Dra. Grace y suelta el aire. 
 
- Platícame de tus molestias Ana. - dice mientras me acomoda en la cama y me abre las piernas, colocándolas sobre los soportes. 
- Lo más molesto son los calambres en las piernas Grace y me duelen las caderas, siento algo raro, aquí - señalo mi vientre bajo y estoy segura que me sonrojo. - y más abajo. - muerdo mi labio. 
- ¿Al tener relaciones? 
- ¡No tuvimos!, dijo qué tenía molestia y no. ¿Estuvo bien? 
- ¡Christian! - me suelto de su mano. 
- ¿Sientes esa molestia al caminar?, ¿todo el tiempo? o ¿solo al exitarte? - Tengo las piernas arriba y Grace me revisa. 
- Normalmente, digo no todo el tiempo, pero sí en algunos lapsos desde ayer. 
- No estás dilatada Ana, la sientes ahora si hago esto. - presiona un poco mi vientre bajo y siento como revisa allí. 
- ¡Aja! 
- ¿Eso es necesario? - pregunta Christian. 
- Todo se ve bien, tu útero aumenta de tamaño, los ligamentos y músculos de la pelvis se estiran. Puedes tener un ligero dolor o molestia por esto, pero siempre y cuando no sea muy intenso o tengamos sangrado es normal. 
- ¿Podemos tener relaciones? 
- ¡Christian! - lo reprendo. 
- ¡Sí, Christian! - Grace ríe. 
- ¿Normal? ¿Lento? - sigue preguntando. 
- Yo siempre recomiendo qué se comuniquen, pregunta que le es cómodo a Ana, conforme avancé el embarazo ella debe marcar el ritmo o debes estar atento y tener comunicación. 
- Mmmm, podemos con eso. 
- ¡Christian! 
- Bien, vamos a ver a este bebé. Solo dobla un poco las piernas, puedes bajarlas. 
- Ok. - me esparce el frio gel y mueve esa cosita sobre mi vientre. 
- Veamos, ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? - observamos ambos atentos la pantalla - ¡Aquí está!. ¡Vamos a acercarnos! ¿Listos? Ya no solo se verá como un puntito, ya mide 5 centímetros, exactos y debe pesar 7 o 8 gramos. 

Miramos atentos la pantalla pero no distinguimos nada, cuando de repente. 

- ¡Allí está Christian! - tomó de nuevo su mano - ¡Bichito!. - empiezo a llorar y él está inmóvil con su vista en el monitor. Sus ojos brillan y besa mi mano. 
- ¡Intruso! 
- ¡Tiene hipo! - dice Grace. 
- ¿Hipo? - pregunto. 
- Se trata de una preparación para la respiración del bebé fuera de tu cuerpo, este es su diafragma, estos son sus órganos, vamos hacer esto más grandes. 
- ¡Su cabecita! - digo emocionada - ¿Todo está bien? - pregunto. 
- Haré unas medidas Ana y quiero que escuchen algo. - un sonido como de tambor a todo golpe irrumpe en la habitación. 
- ¿Es? - no puedo decir más.
- El corazón de su bebé. 
- ¡Christian! - se acerca y besa mi frente, pero ni siquiera parpadea. - ¡Mi amor! 
- ¡Bebé! Nuestro bicho Ana - dice por fin. ¡Parece un tambor! 
- ¡Todo está bien chicos, haré solamente una medición más, se empiezan a separar sus codos. ¿Pueden ver? 
- ¡Se mueve! - digo emocionada. - ¿Por qué no lo siento? 
- Es muy pequeño aún Ana. - me dice Grace. 
- ¿Qué es eso? 
- Sus orejas, aún falta que se forme un poco mejor, irán a su lugar en solo algunos días. ¡Definitivamente tiene hipo! 
- ¡Pobrecito! - digo con ternura. 
- Esta es su boquita - Christian pasa saliva y se que contiene el llanto. 
- ¿Podemos saber que es? - dice. 
- ¿Quieren saber? - pregunta Grace y él me mira. 
- ¡Sí Grace! 
- ¿Haber?, es difícil estar 100% seguros, pero parece qué esto es. No, aún no, pero apostaría que es un varón. 
- ¡Un niño! 
- No puedo asegurarlo Christian, creo que eso lo sabremos con certeza entre la semana 18 y 22. 
- ¡Ana! - besa mis labios y una solitaria lágrima corre por su mejilla y se pierde en su barba sombreada. 
- ¡Su corazón! ¿Puedes creerlo? - vemos la pantalla. 
- Su barbilla - Grace nos señala. - Todo va muy bien, como puede ver el pequeñito tiene movilidad y su cordón tiene buena posición y tamaño. 

Grace nos deja contemplar a nuestro bebé por unos minutos más y me ayuda a limpiarme el gel. 

- Ana en cuanto a ti, necesitó ordenar un par de estudios, recomiendo que los hagan mañana temprano y podemos ver los resultados por la tarde, si todo anda bien solo nos podemos llamar por teléfono. 
- ¡Gracias Grace! 
- Tenemos que cuidar tú piel, cremas, protector solar y te recomiendo leas esto. También va haber un aumento en tu talla - señala mis senos - y mayor sensibilidad, tus aureolas oscurecerá un poco. - Christian sonríe - Cuidaremos tú alimentación, te enviaré tu dieta por correo de los alimentos que debes incluir y lo normal será que aumentes de 1 a 3 kg, en las próximas semanas. 
- ¿Las náuseas terminan? 
- Tiene que haber una mejora, pero ahora tendrás sueño y puedes sentirte cansada, entre muchas cosas habrá un aumento en tu flujo sanguíneo y debemos cuidarnos de las congestiones nasales eso puede ocasionar una ligera hemorragia por la nariz, así que la clave es la dieta y hacer ejercicio. 
- Gracias Grace. 
- ¿Alguna pregunta Christian? 
- ¿Le puedo hacer el amor hasta el fin del embarazo? - ruedo los ojos.
- Sí, se aconseja evitar las relaciones cuando hay un sangrado o contracciones antes de tiempo, pero esperemos que no sea el caso. 
- ¿No? Mmmm Leí sobre sexo oral, ¿Cuidar las formas? ¿Pero es seguro? 
- ¡Christian! 
- Es seguro Christian, el mismo cuidado bucal si no estuviera embarazada y leíste lo del aire. - asiente con la cabeza - alguna duda. - niega. 
- Mmmmmm eso no es problema, me hace lavarme los dientes mil veces al día y no soplar. 
- ¡Christian! No es por eso Grace.
- Nadie lo está diciendo Annie, y es mejor que pregunte greñuda. ¿Ella seguirá teniendo muchas ganas? 
- ¿Todas tus preguntas tienen que ver con sexo? - lo regaño.
- Ya nos dijo que tú y mi intruso están bien.
- Es bueno preguntar Ana.
- Mmmmm - dice Christian,  esperando la respuesta de Grace.
- Su libido irá en aumento Christian, cómo todas sus emociones,  así que evita hacerla enojar. 
- ¡Uuuyyy! - dice el cabrón y Grace ríe. 

Te quiero a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora