Por Christian.
Desde hace cuatro horas esperamos a Anastasia y a Gaby dando vueltas en el centro comercial. Fabián y yo estamos con nuestros hijos, mientras nuestras mujeres compran ropa de maternidad y nosotros hemos jugado maquinitas, paseado dos veces en el trencito, hemos comido helado, palomitas, pizza y ahora estamos en los masajes para bebés, lo sugerí en lugar de cambiar de pañal de Ted.
- ¿Nunca lo has cambiado?
- ¡No!
- Tendrás que hacerlo, sobre todo con el nuevo bebe.
- Puedo con la pipí, pero no puedo con lo demás.
- ¡Es tu hijo Grey!
- Eso dice Ana, pero siempre existe una forma de evitarlo. Les caerá bien el masaje.
- ¿Se quedarán en casa cierto?
- Sí, les toca a ella. Te invito una cerveza.
- Va, pero Gabriela está, de un genio. No me deja salir ni a la esquina. ¿Anastasia no te cela?Platicamos mientras nuestros hijos son consentidos por dos chicas que deben tener la edad de mi mujer, tal vez uno o dos años menos.
- ¡Mmmm! Ella jura que no. Lo sano dice, pero sí.
- ¿Y?
- ¡Mmmm! Yo soy celoso, casi la cago los primeros meses, pero supongo que ya lo manejo mejor.
- ¡Eso es un problema con Gabriela en este momento! Piensa que me voy a tirar a cuanta tipa me saluda.
- ¡Hormonas! ¡Embarazo!.
- No era así con Fabián, ella era sexy y sumamente caliente, con este nuevo bebé se molesta por todo y me cela demasiado.
- ¿Le has dado motivos?
- ¡No! Bueno, algo así. Tengo una nueva compañera de trabajo, sin embargo no ha pasado nada.
- ¿Te gusta? Detectan el menor motivo, la mínima señal, son nuestras mujeres güey.
- Me siento atraído, pero no me creo capaz de hacer algo, Gaby espera a mi segundo bebé. No soy tan mierda, o eso espero.
- ¿Y la cuarentena?
- ¡Viejo!
- Las mujeres saben lo que nosotros aún desconocemos amigo, eso dice el abuelo, Don Joaquín, así que nos toca demostrar que somos hombres.
- ¡No te entiendo!
- Sí amas a tu familia mantendrás eso dentro de los pantalones, sí no aprenderás a ser discreto.
- Amo a Gaby Christian, pero la vida. ¿No tienes tentaciones?
- ¡Uff! De todos sabores, pero Anastasia es mía, ella le da vida a mi apellido y le ofrezco igualdad, yo no soportaría que alguien más la toqué, me pongo en su lugar y no la lastimaría como no quiero que me lastime.
- ¿No le serías infiel? ¿Nunca?
- Nunca hay que decir nunca, pero yo amo a mi mujer, como se que ella me ama a mí.
- ¿La cuarentena de Ted?
- Fue un martirio, pero verla aprender a ser mamá, aprender a ser padre, abrazarnos rendimos por dormir poco, verla llorar como una niña cuando cometemos errores con nuestro muñeco de carne, también fue y es lindo, tanto que aquí vamos de nuevo. - le doy un sorbo a mi gaseosa.
- ¿Querías que se embarazara?
- ¡No! En realidad no, pero eres el culpable.
- ¿Yo?
- Anastasia no quería embarazarse, cambió de método a uno más seguro, pero nos descuidamos en tu cumpleaños. ¡Mmmm! Yo insistí, ella aceptó, culpa de los dos.
- ¿Eres un puto santo? ¡Yo culpo a Gaby! Tampoco quería otro hijo por ahora.
- Soy un hombre enamorado, no haría nada estúpido que me haga perder a Anastasia, o hacerla llorar, es la madre de mis hijos. Ellas saben todo lo que les dolerá, todo lo que sufrían y aun así Fabián, ellas deciden dar vida, para nosotros es muy placentero, pero ellas cargan nueve meses esa noche o día, fue madrugada creo.
- ¡Estás loco viejo! Pero gracias.
- No hay un manual, no vienen con instrucciones y nosotros tampoco, pero mi madre decía que un verdadero hombre es aquél qué se entrega a una mujer de la misma forma en la que desea ser correspondido, para mi Anastasia es el paraíso, se que no le gustan muchas cosas de mí y mira que también tiene lo suyo, pero ambos nos elegimos, amos decidimos poner lo bueno sobre lo malo de cada uno. Eso es estar enamorado.
- Quiero a Gaby Christian, pero no se si sigo enamorado. No me imagino una vida sin ella, pero no nos veo como ustedes o no la veo como antes.
- Creo que eres el problema amigo, esa mujer te quiere, te dará un hijo y está emocionada por ello, pero a veces uno es tonto y se deja deslumbrar por lo menos, piensa bien.
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Te quiero a ti.
FanfictionNos conocimos siendo unos niños, él 10 y yo 7 años. Me enamoré con todas sus letras y sentimientos en el verano del 2005, a mis 14. No regresar a la hacienda en los dos veranos siguientes gracias a las sospechas de mi madre casi me mata, pero regres...