Te quiero a ti.

Capítulo 1. Volver

Capítulo 1. Volver.

Estoy en el baño del avión, se que estamos apunto del llamado de aterrizaje después de un largo vuelo por más de once horas. Madrid, España – Guadalajara, México, de Air Europa.

- ¡Calma Anastasia! – me digo a mi misma al verme reflejada en el espejo y apoyo mis manos en el tocador. Estoy allí, mi reflejo es pálido y desalineado, me muestra a la escuálida chica de cabello claro, pecas en las mejillas y ojos azules, ojos que me salvan un poco, pero la chica del espejo hoy está más pálida que de costumbre.

Estoy nerviosa y me siento un poco irritada, intento no pensar en las razones de mi estado de ánimo, pero por un lado no era mi intención y mucho menos una idea que me pasara por la cabeza regresar a casa con Chris. ¿Mi novio? El novio perfecto si yo fuera mi madre. Bueno, no puedo negar que él es lindo, cuando se relaja, y es bastante atractivo, sin embargo, no es para mí, ya que no puedo enumerar más de cinco cosas que tengamos en común, excepto Madrid. ¿Cómo estoy en esto? ¿Cómo estoy con él? Mis gustos siempre han sido sencillos y ahora, a su lado parezco mi madre. ¿Es eso lo que me molesta de Chris? Imagino que sí, el príncipe de Pozuelo de Alarcón es difícil de complacer con la simpleza de un amanecer o tardes de lectura, no se le da el arte del silencio y no disfruta de contemplar los días de lluvia o de el siempre hecho de estar. - ¡Christian! – Sacudo mi cabeza. ¿En qué momento y como paso? ¿Cómo volver con Chris a mi país? ¿Estoy en un compromiso? ¿Mamá tiene un plan? – Eso es obvio - ¿Qué pensará papá? ¿Qué pensará mi abuelo? - ¿La abuela? ¿Christian? – a él seguro no le va a importar, pero son las preguntas que rondan por mi cabeza.

- ¡Los abuelos! – sé que ellos serán la clave para librarme de lo que mi madre tenga planeado con esto. - ¡Calma Steele! ¡Salgamos de aquí! – pero no puedo, no quiero pensarlo, pero tampoco puedo evitarlo. Christian, él estará allí y no queda nada de lo que fue tan importante para mí - Eso ya no nos molesta Anastasia, ya lo superamos, es ego. Lo hemos superado, como él a nosotros. - ¿o no? ¿Su olvido aún me duele? - ¡Steele! ¡Suéltalo ya! – lo que si suelto es un suspiro y golpeo mi cabeza contra el espejo, ya no más.

Aquí estoy otra vez, por años he enumerado las razones del porqué una relación juvenil no tiene futuro, por años escuche los discursos baratos de mi madre con respecto a las clases sociales, la educación y el lugar de cada persona en el mundo, pero aquí estoy, ansiosa, molesta, aterrada y muy nerviosa, y todo solo por la idea de pensar que puedo verlo. ¿Qué voy hacer? ¿Qué nos pasó? ¿Qué pasó? ¿Por fin me podrá dar una explicación?

- ¡Dios Steele, él te olvido! - ¿pero al menos seré un lindo recuerdo? - Soy la hija del jefe - ¿Algo que presumir? - La estúpida niña rica que se enamoró - ¿Estará casado? - ¿Conservará algo de nosotros? - ¡Basta! No, no, no, otra vez, no nos debe importar, él no nos importa.

- Steele, mi turno. – mi mejor amiga, Kate golpea la puerta.

- ¡Voy! - abro la puerta - No es el único baño en el avión, sabes.

- ¡Oye! ¿Estás bien?

- Sí, perdón Kate. Solo arreglaba mi cabello.

- ¡Mmm! Mientes tan mal, además tu cabello es horrible.

- ¡Lo sé! Soy un desastre.

- Estamos por aterrizar, así que sal y vete de aquí. – me empuja.

- Grosera, no es el único baño. ¿Qué hace Chris?

- Durmiendo. ¡Oye, espera!

- ¿Ahora qué? – me sujeta del brazo para impedir que me retire.

- ¿Sabes de que te hablo? Bomba la sorpresita, no es así.