butterflies, edmund pevensie

x. Kings and Queens

El palacio Cair Paravel estaba repleto de criaturas, hoy iba a ser la coronación de los cinco reyes de Narnia.

Las sirenas saltaban en el mar, los arboles bailaban y los animales festejaban, todos estaban contentos por tener por fin el reinado que querían.

Los centauros tocaron los instrumentos, mientras que los casi reyes y reinas de Narnia caminaban junto a Aslan, directo a los tronos.

Cada uno llevaba su vestimenta de acuerdo a
la ocasión, Lucy, un vestido celeste palido con una capa roja, Susan, uno celeste oscuro, con capa azul, Nailea, uno bordo, con su capa roja fuego, Peter, un traje verde oscuro con su decoración dorada y capa del mismo color, y Edmund, uno igual pero verde mas claro, con una capa blanca.

Los cinco tronos los esperaban, según lo que sabían, el primero era el de Edmund, seguido del de Peter, luego Susan, Nailea y por último Lucy.

Sonreían con orgullo y emoción, no podían creerlo, la semana pasada estaban burlándose de Lucy y ahora reinaban un pueblo adentro del armario.  Cada uno se paro delante de su correspondiente trono.

— en nombre del Océano del Oriente — habló Aslan — les presento a la reina Lucy, la valiente.

Nailea ahogo un grito y sonrió con felicidad, los castores junto con Tumnus se acercaron, los primeros con las coronas y el último iba a colocárselas.

El fauno camino hacia la pequeña niña, tomo la corona plateada y dorada del pequeño cojín donde estaban y con delicadeza, la coloco en la cabeza de Lucy.

— en nombre del gran Bosque de Occidente, el rey Edmund, el justo — siguió Aslan, luego de que el Fauno colocara la corona al chico.

Edmund sonrió muy feliz.

— en nombre de la Expectacular Naturaleza, la reina Nailea, la increíble — Tumnus tomo la preciosa corona color dorada con detalles plateados y la colocó con delicadeza en la cabeza de la niña pelirroja.

«« en nombre del radiante Sol del Sur, la reina Susan, la benévola. — continuó el león. »»

Tumnus camino hacia ella y le coloco la preciosa corona dorada.

  «« y en nombre de claro Cielo del Norte, les presento al rey Peter, el magnífico. — terminó. »»

Todos hicieron reverencias ante los nuevos reyes de Narnia, quienes tomaron asiento en sus tronos.

— una vez rey o reina de Narnia, serán rey o reina siempre — completó Aslan mirándolos — que su sabiduría nos guíe hasta que las estrellas caigan de los cielos.

   «« ¡Larga vida al rey Peter! ¡Larga vida al rey Edmund ! ¡Larga vida a la reina Susan! ¡Larga vida a la reina Nailea! ¡Larga vida a la reina Lucy! — gritaron todos aplaudiendo »»

. . .

La fiesta había comenzado, dos mejores amigos bailaban, más bien, hacían cualquier movimiento estupido en el medio del salón.

— ¡mira este! — llamó el rubio a la pelirroja, hizo un baile raro que termino en el suelo, ella soltó una risa.

— ¿magnífico? magníficamente tonto — se burlo ayudándolo a levantarse.

— cállate, niña increíble — rodó los ojos mientras sonreía — iré por jugo, ¿quieres?.

— obvio — Peter asintió y se fue de ahí.

— ¿disfrutando de tu reinado? — escuchó atrás, al voltearse encontró a Edmund, con una sonrisa divertida.

— si — hizo una mueca — ¿tú?.

— también — rasco su nuca algo nervioso — eh...yo, quería...yo quería, preguntarte si...si.

— ¿si? — pidió que prosiga.

— yo quería preguntarte si querías bailar — habló muy rápido.

— ¿qué? — alzo una ceja, claro que había entendido, solo quería hacerlo sufrir.

— que si querías bailar...conmigo — suspiró con la cabeza gacha.

— no te oigo — canturreo.

— oh, vamos, no me hagas repetirlo — bufó.

— esta bien, solo si después vamos a comer — lo señaló.

— seguro — sonrió extendiendo su brazo para que ella lo entrelace con el suyo, cosa que hizo.

Ambos se fueron a otra parte del salón riéndose, a los segundos, Peter salió de atrás de una columna con Susan.

— ¡face uno, lista! — chocaron puños.

[ • • • ]