Capítulo 19 "Tú te metiste en esta mierda"

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Capítulo 19 “Tú te metiste en esta mierda”

Unas cuantas lágrimas caen sobre el teléfono, pero no me importa, realmente no me importa, deben imaginarse que aquella carita que he mandado, es con sarcasmo, total y fascinante sarcasmo.

Porque aquel vestido que elegiré, será horrible y ojala que le aprieten esas tetas estúpidas de silicona y que no pueda respirar.

Porque todo lo que he dicho es sarcasmo y nada de eso se cumplirá.

Nada, pero nada, se cumplirá, porque no quiero que se case, no quiero que se case con él, quizás piensen que estoy celosa, pero no lo creo, ¿Celosa de Justin? ¿Celosa por ese estúpido? Realmente no, no y no. Solo, solo quiero que su matrimonio se vaya a la mierda y terminen odiándose.

Y que por una vez, se fije en mí y diga “Oh, ella me amaba, pero la perdí”

Pero no, no creo que eso pase. Porque soy de ese tipo de personas que la suerte está de su contra y que todo lo que planea no resulta.

Me acuesto en la cama y cierro mis ojos, y por fin, puedo conciliar el sueño, sin imaginarme una vida con Justin.

Cojo mi bolsa, las llaves y mi celular, salgo de casa y me subo a mi Auto.

Estoy decidida que no me quedare encerrada en casa, porque ya se deben haberse dado cuenta que desde que termine mi gira, lo único que hago es quedarme encerrada en casa o simplemente ir a la casa de Justin, pero realmente como ya no iré a la casa de Justin, debo buscar otro pasatiempo, y mucho más divertido.

Debo parar ante una luz roja, pero luego de unos segundos sigo.

No tengo ni idea de lo que hare, seguramente comprare algún pantalón, blusa o camiseta y luego me comeré un helado.

O quizás me aburriré demasiado, que a la primera tienda que entre las encargadas de la tienda, cerraran la tienda por mí y me trataran como una princesa.

Pero eso me aburre, y me colma la paciencia, porque en verdad, a veces yo solo quiero tener un día normal, no un día como _____, la cantante.

Porque odio que me traten de una forma especial, porque odio que cierren la tienda por mí, porque odio que a veces no me cobren, porque odio todo eso. Uno quiere sentirse bien, normal, como la gente común, pero lo otros no entienden, que ser famoso es llevar una vida de mierda.

Una vida que todo gira alrededor de ti, que todos están pendientes de ti, que cada paso que des, ahí estarán ellos, con sus malditas cámaras.

Estaciono el carro, le pongo protección y me bajo. Cierro la puerta con llave y empiezo a caminar.

Los Ángeles, la ciudad más poblada de California, y que sus calles enteras, son tiendas y tiendas.

La gente actúa normal, no deben darse cuenta que soy yo. Ando desaliñada, con la ropa arrugada que me puse en la noche, con lentes y con mi cabellera tomada en una cola de caballo.

Entro a la primera tienda, tomo una polera acuadrille negro con rojo de mi talla y unos pantalones rasgados y sueltos, los llevo a la caja y la cajera que me sonríe.

Así de express era, tomaba lo que me llamaba la atención, encontraba mi talla y lo compraba, no era necesario probármelo, porque es algo estresante, sacarte la ropa y luego probarte la nueva y nuevamente ponerse la ropa de antes.

Y si, muchos me criticaban, que me vestía como la mierda, que no tenía una asesora de moda, que debía mejorar y blah blah, pero en las premiaciones, entrevistas y demás cosas importantes, me ayudaban a cómo vestirme, porque claro, no quieren que el bardo aumente más.

Vete a la mierda, mi querido [j.b] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora