Capítulo 22 "El último de los últimos"

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Capítulo 22 "El último de los últimos"

—No me trastes así, no es mi culpa. —Dijo encogiéndose de brazos, deje de caminar al instante que mi espalda choco con una pared de ¿vidrio? Si, de vidrio.

—Entonces, ¿Quién tiene la culpa? —Pregunte, cruzando los dedos para que el dejare de caminar. Lo único que deseaba era no tenerlo frente a frente.

—Tu tía, tu primita y tu padre.

Lo que acababa de decir, me sonó bastante estúpido, demasiado. Pero luego de unos segundos lo entendí, un poco, aunque sea. Siempre sospeche de que ellas tramaran algo contra mí, y luego de mi primer encuentro con mi padre, también pensé lo mismo de él, sobre todo cuando lo dijo. Pero aun así, sigo sin creerlo. No entiendo ¿Cómo o habrán hecho? ¿Cómo habrán engañado a Justin?

No entiendo y no entiendo.

—Explícate—Solté de una vez, no tenía ánimos de seguir con rodeos, solo quería que el fuera al grano y dijera todo lo que debía decir, de una vez por todas.

— ¿Por qué no hacemos las cosas más interesantes? —Bufe apenas escuche como decía aquello y se acercaba aún más.

No quería ningún rose más con él.

Pero... si eso requiera en que el soltara toda la verdad, ¿debía seguirle el juego? ¿Debía dejar que existiera algo físico entre nosotros? Realmente no sabía si ceder, no sabía qué hacer, no sabía que hacer cada vez que nos encontrábamos a esta mínima distancia.

— ¿Por qué no dejamos el pasado y continuamos con el presente? —Posó una de sus manos en mi cintura, un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando sentí la respiración de el sobre mi cuello.

—Este es el presente, quiero saber sobre nuestro presente, sobre el mío y el tuyo.

—Silencio, silencio —Poso unos de sus dedos sobre mis labios, a la vez que miraba directamente mis ojos —Eso es lo que quiero.

Rodee los ojos, mientras un bufido procedía de mi boca.

—Si me haces caso, puedes obtener muchas cosas, bebe —Saco sus dedos de mi boca, e hice algo que jamás hubiese pensado en hacer en estos momentos. Lo bese en el cuello.

Estaba dispuesta a todo, menos a un beso en los labios.

— ¿Qué quieres saber? —Preguntó impacientado.

—Tu sabes —Volví a llevar mis labios a su cuello, dejando besos bastante húmedos.

— ¿Tú crees que con tan solo unos besos cederé? —Su tono de voz de coqueteo cambio radicalmente, me dio un empujón, haciendo que mi cabeza se estrellara con el vidrio. Solté unas cuantas palabrotas, llevándome una mano a la cabeza.

Era un completo mal nacido.

—Suéltalo, maldito hijo de perra —Suspire tratando de buscar tranquilidad, pero no podía. Lo que había acabado de hacer, culmino la poca paciencia que quedaba por hoy. Ya estaba harta de hacer cualquier cosa por él, ya estaba harta de el —Dime que te dijeron esa personas, dímelo. Necesito que me digas, por favor.

Ahora yo era la estúpida ¿Por qué le había pedido por favor? ¿Por qué? Estaba completamente segura que lo que acaba de decir era una mala idea.

Se quedó callado, dio media vuelta y se fue. ¿Por qué no lo quería decir? ¿Qué le ocurría? No me iba quedarme con tantas dudas, así que me encamine, siguiéndolo por detrás.

Vete a la mierda, mi querido [j.b] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora