Capitulo Tres. 2021 04 de Noviembre
Atenea
El señor oscuro
— ¡Aire, por favor, aire! — exclamo a punto de perder el conocimiento, los pulmones me arden por la falta de oxígeno.
A lo lejos veo que alguien corre a toda prisa, y sonrío, porque no se acerca a ayudarme, él solo está corriendo en sentido contrario, escapando de mí, de mi cuerpo helado que empieza a perder la vida.
Mas aún, siento la necesidad de pedirle ayuda, el cielo ruge manifestando la tormenta que se acerca mientras que pequeñas gotas aparecen y mi último suspiro llega.
.....
— ¡AYUDA! — Abro los ojos con la respiración acelerada, toco mi pecho sintiendo como mi corazón late desesperado.
— ¡Atenea! ¿que sucede hija? — entran mis padres preocupados. Las lágrimas se me salen con el miedo a flor de piel.
Soy fiel creyente que si sueñas algo y quieres cumplirlo, debes guardarlo para ti y que nadie más lo sepa, pero esta pesadilla me ahoga porque la sentí tan real.
—Yo me quedaba sin aire— logro decir en medio de lágrimas, mientras mi padre me abraza consolándome —Nadie me ayudaba y podía sentir como mi cuerpo se volvía frío.
—Ya mi chiquita, estarás bien, papá está contigo— me besa la frente mientras toca mi espalda con cariño. —Me quedaré a dormir contigo, para que no duermas sola ¿quieres?
Asiento como una niña pequeña.
Apenas dos días han pasado desde que salí de la clínica, aún puedo sentir el sabor de la sangre en mi boca, el dolor en mi herida por la incisión abierta en mi pecho, siento la electricidad de cuando intentaban resucitarme y nadie puede explicarse cómo fue posible que logré sentir todo y más aún cómo es posible que lo recuerde todo.
Mis padres insisten que debo ir al psicólogo, pero yo no estoy loca, tampoco estoy deprimida por mi enfermedad. Todo lo que me pasa, pienso y siento se lo cuento a mi primo, así que él cuenta como mi psicólogo personal. Zeus Grey, el badboy del instituto que trae a muchas chicas babeando por él, me cuida como su hermana menor, debido a eso todos piensan que somos novios.
Me acomodo de lado, en medio de mis padres que decidieron dormir conmigo, y cierro los ojos a la fuerza para poder conciliar el sueño. La pesadilla sigue viva en mi mente y a cada nada siento que me quedo sin aire producto de mi propia imaginación.
—Atenea, buenos días hija— mi madre besa mi frente y deja una bandeja de desayuno encima de la cama —Arriba dormilona, que hoy tienes instituto.
—Buenos días Atenea primera, ¿a qué hora se fueron que no me di cuenta? — sonríe despeinándome, se da la vuelta y la veo sacar ropa del closet para mí.
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SOLO UN LATIDO MÁS © ✨ PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO✨
RomanceAtenea Grey, medidas perfectas, rostro de porcelana, ojos misteriosos, hermosa cabellera roja y las muchas pecas que adornan su cara. Va por la vida con una increíble sonrisa gritándole al mundo, que no le importa su baja estatura, porque es una chi...