36 motivos para estar a tu lado
Atenea Grey
La tarde se está tomando la ciudad por completo, las avenidas están siendo despejadas luego de la fuerte tormenta que nos retrasó un día de nuestra boda, todos están corriendo de un lado ordenando la mansión para la gran boda del momento.
Alaska mueve sus manos de arriba abajo con gran alegría, me está atando el cabello delicadamente, me deja algunas hebras de cabello fuera del moño lo que me da un toque extra de sutileza, el maquillaje en tonos naturales junto al rímel que resaltan mis ojos me hacen lucir radiante.
—Por fin, termine— se sienta de forma dramática la hermana de Eros en el mueble de mi lado, me rio por sus tonterías.
—Ya está aquí, está aquí— Zeus entra con su regalo de bodas que no es más que un vestido de novias.
—Me tienes muy nerviosa ratoncito así que abre ese regalo yo o juro que vomitare de los nervios— mi primo del alma sonríe con ternura mientras rueda los ojos, no sé cómo carajos puede verse así.
—Tengo buen gusto no sé de qué te preocupas.
En eso tiene razón así que no soy nadie para contradecirlo, el día de ayer la boda por el civil donde los hermanos de eros fueron nuestros testigo todo fue súper sencillo acabando el día en una cena familiar dado que la tormenta de nieve no nos dejó para mucho.
Traen un maniquí el cual Zeus empieza a vestir dejándome embobada con la hermosa creación que está delante de mí, los ojos se me cristalizan pero no me permito llorar porque Alaska me matara si arruino su perfecto trabajo.
Tengo una sensación extraña en mis entrañas, esto está siendo muy rápido y aunque ame eso sé que algo me esconde mi futuro esposo.
Esto es mucho más de lo que alguna vez soñé, esto es más simplemente más y no sé cómo lo voy a recompensar, y es que a pesar de todo las personas a mi alrededor me conocen tanto como Zeus con la iglesia y el vestido, Mikhaelo con la ceremonia de ayer que por cierto como supo tantos detalles que ni Zeus sabia.
Cierro los ojos recordando cuando Eros se arrodillo a pediré que fuera su novia, la sonrisa más pura es aquella que te sale cuando lo que visualizas por tus pupilas son recuerdos basados en amor.
Alaska me ayuda con mis tacones los cuales relucen pequeñas piedras de diamantes que me aceleran el pulso.
—Miren se rompió una taza así que cada quien para su casa idiotas— Mikhaelo rueda los ojos comiéndose viva a Alaska.
—Vamos chicos que mi prima debe terminar de arreglarse.
Zeus sale dejándome solamente con Alaska y un sentimiento de ardor se apodera de mi estómago, la boda más perfecta del mundo la tendré hoy pero ¿Qué tan perfecta si mi madre no estará conmigo? Me causo tanto daño, pero aun así no puedo odiarla.
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SOLO UN LATIDO MÁS © ✨ PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO✨
RomanceAtenea Grey, medidas perfectas, rostro de porcelana, ojos misteriosos, hermosa cabellera roja y las muchas pecas que adornan su cara. Va por la vida con una increíble sonrisa gritándole al mundo, que no le importa su baja estatura, porque es una chi...