"Solamente a ti..."

Capítulo 9

México se quedó mirando su reflejo en el espejo. Llevaba una camisa color negro, unos pantalones azul marino, un cinturón que hacia juego con su conjunto. Se movió frente al espejo para comprobar que no fuera tan obvio su forma de vestir, aun así tenía colgado un bello collar, era el calendario azteca, decorado con bellos rubíes, diamantes, zafiros y esmeraldas. El mexicano la tomo en sus manos y soltó un suspiro.

Cuando extrañaba a su madre.

En estos casos, aquella mujer con la gran corona de penachos coloridos siempre le animaba, le abrazaba cuando tenía muchas dudas acerca de la vida de gobernante, le regañaba mientras este corría sobre los campos de maíz, mientras Imperio Azteca la perseguía por sus grandes travesuras, del porque extrañaba su bello roce en sus mejillas cuando caminaban por los bosques o mirar las estrellas juntos mientras su gente bailaba de alegría ante su prosperidad y vida plena.

Siempre que estaba en una fea situación, trataba de recordar las palabras de su madre "Tras el cielo que admirábamos, allí estará esa luz de la libertad". Tenía que seguir adelante sin importar lo que le llegase a pasar. A partir de ese momento su vida no volvió a ser la misma, hasta llegar al presente.

México se limpió las pequeñas lagrimas que amenazaban por salir al momento de recordar su pasado, sin más volvió a mirar su atuendo, quería ofrecer una imagen formal pero sexy. Era complicado pero creía haberlo conseguido, se puso unos botines de cuero que también eran negros y giro. Comprobó que llevara su celular, gas pimienta, sus llaves y su tarjeta de crédito.

Estaba tan nervioso que se le paso por la cabeza abrir una botella de Tequila del minibar, pero si lo hacía no podría detenerse hasta encontrase en un estado de ebriedad extremo y en esa precisa noche necesitar en todas sus facultades mentales. Después de todo tenía que actuar como la pareja de una de las potencias más grandes del mundo.

Después de que el ruso lo besara frente a todos y correspondiera el beso, España cayó al suelo en un episodio de shock, mientras que Estados Unidos trataba de colgar su ira al ver la escena, para el nadie tenía derecho de besar a México, sin su más preciado consentimiento. Por otro lado sus hermanos trataban de aguantar la risa ante la cara de vergüenza que el mexicano estaba mostrando enfrente, todos excepto Chile y Argentina. El chileno estaba llorando del enojo y de la emoción, al fin su hermano había dado un paso importante en su vida, el argentino ladeo con la cabeza al no estar de acuerdo con todo esto. Solo habría lágrimas de por medio, aun así no dijo nada al respecto.

Aún tenía ese episodio en la cabeza:

-Quiero a México, sin duda no tengo nada que ocultar.- el ruso tomaba la mano del mexicano mientras le lanzaba una sonrisa falsa- Por ello no he dado ninguna aclaración a los medios.

-Gilipollas...- hablaba el español ya recuperándose y acoplándose a su realidad-¿Por qué México? ¿Puedes llevarte a Perú?- dijo España mientras el peruano estaba más que indignado por verlo como un objeto de canje que solo limito a jalar la playera de Estados Unidos mientras este transmitía un aura de energía negativa y miraba a México con recelo.

-Coincidimos en muchas cosas y compartimos muchas experiencias. Estaré ahí cuando lo necesite, soy muy buen partido para él.

-No lo creo...

-Amo a Rusia y vamos a estar juntos, a ti te vale lo que haga España- grito el mexicano para sorpresa de todos, dejando con las palabras en la boca a su padre y a sus hermanos. México abrazo a Rusia como si se tratada de un peluche y le dio un beso en la mejilla. Estados Unidos se levantó y lanzo un florero ante el más alto.

-Mexico, you're a fucking wretch! Forget the dealings with Canada and me- grito USA ante la declaración de Rusia, Perú trataba de tranquilizarlo pero el gringo se limitó a lanzar una mirada hacia la proclamada pareja y salió de la habitación- I hate you...- dijo mientras azotaba la puerta de la suite. Rusia solo sonría de oreja a oreja, mientras que el mexicano se sonrojaba a las muestras cariñosas que sentía por parte del más alto.