Capítulo 13

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España estuvo tan ocupado al día siguiente con entrevistas, un acto benéfico para su persona y un estreno al próximo compromiso de su hijo Chile que no tuvo tiempo para pensar en México. Pero aun así se las arregló para mantenerlo en sus pensamientos durante todo el día. No podía olvidar la ira y la pisca de desesperación que había en su mirada cuando este le confesó que estaba en una relación con Rusia. Desde hace algunos años la relación entre él y el hijo del soviético estaba tensa y aun así se atrevió a meterse con su hijo.

Era una excelente jugada.

Estaba seguro que ninguno de los dos había tenido la determinación de confesar su relación, no era tan típico de México, no desde que era pequeño. Desde la muerte de su madre, el mexicano le había guardado un extremo rencor y desconfianza, España no tenía clemencia, después de todo él fue quien le arrebato la vida a Imperio Azteca.

"Solo era una piedra más en su camino a la gloria", tales pensamientos perjudicaron a su pequeño, volviéndolo inseguro y tímido en su niñez. México como cualquier niño buscaba el cariño de su padre pero él siempre lo alejaba de su persona con suma frialdad y dolor en el corazón del tricolor, cosa que no le importó en lo absoluto puesto que lo manejo a su manera, como si se tratara de una colonia común. Al igual que sus hermanos, el pequeño mexicano sufría los maltratos y la discriminación por parte de su progenitor, tenía que ser perfecto ante la mirada del español.

España al recordar esos tiempos, sentía un nudo crucial en su estómago, la paz ya no estaba en su corazón, pero veía el lado bueno. México se había hecho más fuerte ante los demás.

Por eso no entendía por que se había fijado en alguien como Rusia. El español dejaba de lado los papeles y decidió guardar el folder que estaba en su escritorio, en aquella caja fuerte que solo era testigo de todos los movimientos de aquel país. Se levantó de la gran silla de plata que había en la biblioteca y se acercó al mini bar que estaba escondido en la esquina del ventanal, un buen whisky le caería muy bien por todo lo que estaba pasando.

-Joder esto es un asco

-No tienes idea de cuánto...-el español dio un leve salto y giro en sus talones y solo bufo al ver a Argentina recargado en el marco de la puerta- México es un boludo, nos causa problemas

-No es del todo un problema, las tensiones comerciales entre todos nosotros están en un punto fijo y solo con las alianzas se puede remediar. Ya no eres un crio, deberías entenderlo

-¿Qué debería entender?- el argentino se acercó a su padre, dando a entender la diferencia de altura, su mirada era seria y de molestia- ¿Qué los latinos somos canjes para las demás naciones? ¿No podemos defendernos? ¿Somos boludos?

-No compliques las cosas Argentina- España miraba a su hijo mientras daba pequeños sorbos a su copa- ¿Crees que a mí me gusta verlos así?

-No lo das a demostrar

-Fui duro, pero eso los hizo lo que son ahora. Sin embargo estoy de manos cruzadas y no puedo mover los hilos como yo quisiera. Tuve una ventaja con Chile, pero México...- el español trago y trato de articular al menos una palabra que no desatara los reclamos de Argentina- Abrió mas puertas a las oportunidades que yo buscaba, es como su madre.

-¿Distraído y confiado?

-No...- España sonrió- Es más que eso

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México estaba jugando con sus manos, tratando de cuidar sus nervios y su temblor. Después de ver aquel mensaje, decidió que la mejor manera de hablar con Rusia era en persona y lo llamo. Después de unos diez minutos de silencio habían acordado en verse en la casa del mexicano en la tarde, el ruso de mala gana acepto y corto la llamada. Ciudad de México se quedó muda al escuchar las palabras de su padre y le exigió que le dejara quedarse, para evitar cualquier mal entendido. México se negó.

"Solamente a ti..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora