Lo sabias- le dijo Rusia a su compañero Inglaterra
Trato de controlar la ira que comenzaba a nacer en su interior y amenazaba con desbordarse en cualquier momento. Hizo puños con las manos e intento ahogar las palabras que asomaban sus labios, Decidió que era mejor tragárselas, como había hecho siempre.
Se limitó a dedicarle una sonrisa irónica, como si lo que el inglés le había revelado fuera algo divertido
-¿Cuánto tiempo hace que lo sabías?- le pregunto entonces
-¿Sobre el engaño de Estados Unidos?- repuso Inglaterra apretando los labios un segundo y encogiéndose de brazos- Unos... cinco años, desde el día en que entro en malos tratos con el pequeño Corea.
Rusia apenas pudo controlar su sorpresa, durante los últimos años había estado manejando una relación de negocios con el gringo, con el fin de obtener recursos y un buen lazo comercial y político con quien consideraba su rival. "Solo interés, era lo que siempre se repetía. Ese había sido el trato, una apuesta, cámaras y publicidad y fingir algo que no debería darse en todo momento, sin embargo llego a un punto medio en que todo aquello que firmo lo dejo a un lado y se decidió a estar de forma más íntima con él. Todo iba en viento en popa, su relación era estable, él le quería y bueno, el ruso estaba más que encantado por su pareja, por ello decidió dar el siguiente paso.
"Lo que el dinero no pueda comprar". Rusia sin importar los gastos o los araños que escuchaba de los demás, preparo la cita más romántica que podía existir, incluso el mismo Japón le había ayudado con algunas plantas y bellas flores de su exótica nación, cena a la luz de la luna, velas aromáticas, y él perpetrador listo para hacer de las suyas, tenía consigo una cajita de plata recién pulida, en su interior, había un hermoso anillo de oro puro incrustado de diamantes, especialmente hecho para Estados Unidos.
Todo estaba listo, solo faltaba que llegara la victima de esta ataque de amor, sin importar los problemas del pasado, solo quería vivir su presente sin más. Espero y espero...
Estados Unidos jamás llego. La luna, vieja amiga, trataba de consolar al infeliz del ruso.
Meses después de lo sucedido, una carta llego a las oficinas de Rusia, al cercioraba de quien era el destinatario, abrió los ojos de la sorpresa. "Estados Unidos", sin falta la abrió y solo se quedó mudo ante la falta de ética y sobre todo, avaricia que se plasmaba en aquel pedazo de papel:
Rusia:
El acuerdo preestablecido ha terminado, ya no necesito de tus servicios. La política no ha sido lo tuyo, así que no puedo depender de alguien que no sepa valorar más allá de las cuestiones accionistas de esta realidad. A partir de hoy declaro que las relaciones Estados Unidos-Rusia se han roto de forma cordial y verbal, no es que me haya divertido mucho... No supiste dar al blanco vaquero.
Espero y lo entiendas.
Estados Unidos.
P.D: No sabes mentir.
Desde ese momento la relación de Estados Unidos y el ruso se volvió tensa, volvió a tratar de manera fría y seria a su alrededor, incluso cuando fue el cambio de gobierno del gringo. Tuvo que aguantar los enojos innecesarios de su mascota con tal de no verlo más a la cara. Solo hacía que le hirviera la sangre.
Y ahora, después de que las cosas se calmaran un poco entre esos dos, Inglaterra lo cita en un restaurante cerca del Big Ben, a relatar un secreto que en palabras del inglés era "Inquietante"
Simplemente patético.
-Me gusta mucho este sitio- le dijo entonces el inglés.
Rusia no respondió mientras su acompañante miraba a su alrededor. Admirando el elegante comedor del mejor restaurante que ya hacía en su nación, había sido una sorpresa ver aparecer a Inglaterra en una de sus reuniones de estado con Alemania, Polonia e Italia de repente en la puerta mientras se quitaba su chaqueta y sombrero negros que llevaba sin ninguna falta a cualquier sitio, sin importar que fuera en una casa llena de cervezas, vodka y un olor penetrante a tabaco.

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"Solamente a ti..."
FanfictionEl peor infierno helado de la historia, un pequeño niño gimiendo de dolor mientras tomaba el único recuerdo de una vida amorosa, condenado a complacer un destino cruel. Preocupado por cosas superficiales, tratando a los demás como inferiores, Rusia...