"Solamente a ti..."

Capítulo 11

*Atención: Este capítulo contiene ciertos momentos que no son aptos para todo público. Bajo su responsabilidad esta su lectura.

Sin más que decir, pueden seguir leyendo*

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Tumbado en la cama horas más tarde, revivió una y otra vez el maravilloso beso que habían compartido él y Rusia. Había sido increíble cómo le habían sujetado la cadera con las manos, como había deslizado la lengua en su boca. Se estremeció al recordar la ferocidad como cual el ruso lo había besado.

Se le hizo un nudo en el estómago al pensar que los demás habían logrado captar el empujón de Rusia, dando a entender que había un problema entre ellos. Su cuerpo se sentía caliente, sus brazos, labios, cadera, todo de él estaba casi a punto de colapsar, se dio cuenta que no iba a dormir esa noche, se levantó y fue al salón a ver la tele un rato.

Eran las once de la noche y no había ningún canal que opacara el idioma español, no se le dificultaba mucho el inglés pero no sabía nada de las palabras bélicas u otro idioma en especial, canal tras canal, no había mas que comentarios chismosos acerca de disoluciones o compromisos de conveniencia. Disgustado, apago la gran pantalla plana y se acercó a los ventanales. Seguía lloviendo y las gotas bajaban por los cristales como si se trataran de lágrimas.

No podía quedarse así nada más, tenía que saber porque Rusia le había aparatado de esa forma, tenían que hablar al respecto. Salió de la suite sin importar estar en shorts y usar una camisa con el logotipo del PRI. Dos minutos estaba frente a la puerta, México esperaba que siguiera aun despierto, llamo con los nudillos y espero.

Después de un buen rato oyó por fin a alguien gruñendo al otro lado de la puerta y esta se abrió. Apareció Rusia en el umbral, tratando de mantener el equilibrio mientras traía una botella de vodka en su mano derecha. Estaba despeinado y solo llevaba puestos unos boxers.

México se quedó sin aliento y se le olvido de repente porque estaba allí. Se quedó mirando su pecho y sus abdominales. Sintió una oleada de deseo que lo sacudió con fuerza como si se tratara de unos tacos recién hechos. México pensó las cosas con más claridad, no estaba ahí para hablar del disgusto, quería que Rusia la volviera a besar.

Rusia se pasó una mano por la cara y lo miro como si no pudiera creerse que de verdad estuviera allí. Decidió que lo mejor que podía hacer era ir al grano

-¿Por qué me empujaste wey?- le pregunto acercándose a él, el olor del alcohol ya estaba haciéndose presente

Rusia parpadeo y frunció el ceño.

-¿Cómo?

-No te hagas wey, fue después de que... después de que me besaste

-¿Por qué la mala cara cariño?- el ruso ofreció una sonrisa que intimido un poco al mexicano- Está más claro que te gusto- México vio entonces que Rusia lo miraba con un peligroso brillo en los ojos

-Y luego me aventaste como si se tratara de un pan echado a perder- continuo consiente de que estaba empezando a balbucear

Rusia movió la cabeza, el efecto de la bebida estaba cada vez más notorio- ¿Qué más da? ¿Por qué te importa tanto?

-Ponte serio cabron. Esto es serio, si alguien empieza a dudar...- el mexicano no pudo terminar de articular la frase ya que el ruso lo agarro por los hombros, y, durante un segundo pensó que lo iba a correr del lugar, pero de repente, lo atrajo contra él y lo beso como lo había hecho esa noche afuera del restaurante.

Lo estaba devorando con los labios y sus manos lo acariciaban de arriba abajo. Rusia tiro del cuello de su playera sin siquiera darle un respiro. México se quedó sin aliento al sentir sus manos en su trasero, el ruso lo metió a su habitación y cerró la puerta con el pie, tirando la botella en alguna parte de la suite. México apenas era consciente de lo que Rusia estaba haciendo, se limitaba a dejarse llevar por las sensaciones.