"Solamente a ti..."

Capítulo 6

Los dulces rayos del sol empezaban a expandirse más y más en el lugar, poco a poco se observaba todo el desastre de la noche anterior. Botellas rotas, ropa tirada, una tele rota, una de las muchas fiestas normales que se suscitaban entre los países. México habría los ojos lentamente, estaba en la biblioteca, acostado en el escritorio de madera de roble fino, intento moverse pero un dolor agudo se hacía presente en todo su cuerpo. Con cuidado logro levantarse y sentarse en el escritorio, quedándose así un buen rato. Miraba a todas partes en busca de alguien que estuviera cuerdo. Después de llamar la atención, él y Rusia decidieron tomar unos tragos, sin importarles el murmuro de los demás, en especial de Estados Unidos, quien lanzaba una mirada demasiado molesta.

Cosa que le agrado en lo absoluto. Después de todo, fueron "algo" tiempo atrás.

Toco su cabeza, sintió como estaba empapada en cerveza, aun así no dejaba de pensar mientras recordaba como Rusia le había salvado. Seguía con la boca abierta. Era la primera vez que alguien le daba su ayuda de esa manera, exceptuando a sus hermanos, pero entonces no le habían afectado tanto sus acciones. Sin ataduras o conflictos de por medio, solo por caridad. Era comprensible, él fue testigo de cómo el padre de aquel país era consumido ante la tristeza por dentro, ver a su padre apagándose poco a poco.

En cuanto las acciones del ruso después de su mérito rescate... Le habría encantado ignorar todo el asunto. No podía dejar que le afectara de una manera emocional su ayuda ni la seriedad de sus ojos. Creía que era una trampa, Rusia era un engreído y superficial. En cuanto a los delirios de grandeza... Era una potencia de primer nivel, tenía que aspirar a ser el mejor. Además de cuidar su aspecto físico.

-Vuelve a la realidad México- susurro mientras movía los pies, como si se tratara de un niño pequeño, buscando la forma de arreglar sus problemas.

Soltó de golpe el aire que estaba conteniendo y se puso de pie, se acercó a la ventana y abrió de golpe las cortinas, lanzo una expresión humillada a un vampiro al ser expuesto al sol. La cruda le había pegado demasiado fuerte, abría los ojos repentinamente, para así poder acostumbrarse al sol. Ya mejor, se dio cuenta del desastre que se suscitaba en el jardín.

-¡No mames!- se dijo mientras ponía una mano en su vientre, tratando de aguantar las ganas de reír a mares- A la verga necesito tener esto en mi celular- mientras sacaba el celular de su pantalón, México se reía de toda la situación.

Australia estaba arriba de un árbol, abrazado del mismo como un pequeño koala, mientras que Tailandia estaba a su lado, colgando cabeza arriba. Las estatuas que yacían en el jardín estaban envueltas en muchas trampas y tenían pintadas varias caras y gestos graciosos. China estaba amarrado a una de ellas, mientras en sus ropajes se podía alcanzar a leer "Chinito quelel aloooz". Ecuador estaba en el suelo, junto con Hungría, Canadá y Ucrania, con montones y montones de sobrecitos de papel, tenía una idea de lo que podría ser, pero ¿Ucrania?

Por los comentarios en todas las reuniones, ella era más seria o discreta que Rusia o sus demás hermanos. México movió la cabeza, tratando de recordar que más había pasado a noche. Mientras intentaba abrir la ventana para que el aire empezara a fluir en la habitación, pudo notar que un coche estaba arriba de la acera. Era de Alemania.

Un recuerdo fugaz apareció en su cabeza, Alemania no había llegado a la fiesta, solo había mandado avisar a uno de sus empleados por teléfono que sus asuntos eran de "fuerza mayor" y no podría llegar a tiempo. Chile estaba un poco decaído y decidieron que la mejor manera de alegrarlo sería con unos tragos bien cargados.- ¿No que no iba a llegar? ¿Qué hace su carro afuera?- se dijo confuso

El mexicano siguió repasando en su mente. Además de ese momento, el ruso ya no estaba a su lado. México supuso que se había retirado temprano y siguió con la fiesta mientras bebía sin parar caballitos y mucho vodka que el antes mencionado había dejado sobre la barra. Una mala pero excelente combinación.