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{El psicópata (8)}, BS {Crush «3} lo malinterpretó todo. Pero debo admitir que yo también tuve algo de culpa en todo esto. No debí haberme quedado muda, debí haber defendido mi posición.

La vida sigue. En realidad nada ha cambiado. Bueno sí, hay algo: pasé de ser la lesbiana a la chica del psicópata, LOL. :D Lo crean o no, es un gran avance. Como dijo Oscar Wilde: «Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie.»

*Teddy. :)





Oí unos nudillos estrellarse contra mi puerta con extraña calma. Miré hacia el lugar, la puerta se abrió lentamente y la cabellera pelirroja de mi padre Ian apareció. Me miró con sus ojos celestes y sonrió. Le devolví aquella sonrisa.

―¿Puedo pasar?

―Ya estás casi adentro. ―Me encogí de hombros.

Él soltó una leve risa y dio unos pasos dentro de mi habitación. Se acercó a mi cama y se sentó a mi lado. Cerré mi laptop y recosté mi espalda del armamento de la cama.

―¿Qué pasa hoy? ―preguntó con calma.

―Nada, la verdad... ―Suspiré.

―¿Segura? Se te ve un poco triste.

―Creo estar segura de lo que siento papá. ―En mi mente rondaba la palabra «mentirosa».

―Sí. Oye... ―vaciló papá, tratando de conseguir una manera fácil de abordar el tema que quería.

―Papá uno está enojado todavía ―afirmé en un suspiro.

―De hecho ―corroboró él―. Pero no es de eso de lo que quería hablar.

Enfoqué mi mirada en su cara y torcí mi boca.

―¿Entonces de qué? ―Sacudí mis hombros.

Él frunció sus labios y suspiró como si algo le doliera algo.

―¿Pasa algo malo? ―me adelanté.

―Eso te pregunto yo a ti: ¿pasa algo? ―Me miró―. Es que ya no hablas con nosotros como antes. ―Afligió su mirada y de pronto sentí una punzada de remordimiento en mi estómago.

Hubo un silencio.

En ese momento me sentía la peor hija del mundo. Ellos no merecían mi rechazo, son los mejores padres que alguien podría pedir.

―Lo siento, sé que me he alejado de ustedes, pero ya saben, no es fácil ser adolescente ―excusé.

Mi padre alargó su mano izquierda y la pasó por mi cabello.

―Lo entiendo. ¿Algo que quieras contarme? ―preguntó en tono condescendiente.

―Francamente no. —Creo que él sabía perfectamente que habían miles de cosas que quería sacar de mi pecho y yo sabía que si me abría con él, entendería bien cada una de ellas, pero simplemente no serviría de nada contarle, no quería enrollarlo en problemas sin pies ni cabeza.

―Está bien, sabes que estamos aquí para lo que sea, linda.

―Besó mi frente antes de dejar mi cama y desaparecer por la puerta.

Dejé mi laptop de lado, estiré mis piernas y me acomodé hasta quedar tendida en la cama. Y la soledad me invadió por completo.

¿Cómo es posible que con tres maravillosos padres aún me sienta sola? ¿No es la familia lo más importante? ¿Pero por qué no lo siento así? ¿Por qué aún me siento como si me faltara algo... o alguien?

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora