EODLBS #4

634 75 8
                                    

— ¿Muñequita…? —su cabeza se asomó lentamente por mi puerta entreabierta. Sonreí y me incorporé a la cama, sosteniéndome sobre las palmas de mis manos.

—Oh, pasa Carter. —Dije esperando que no notara cuan ansiosa estaba tenerlo dentro… en la habitación, me refiero.

—June, si solo tu padre te oyera pensar. —Finnick apareció, de brazos cruzados, rodeándome como siempre, como un león hambriento. Ella no había desaparecido, solo hacia acto de presencia cuando estaba realmente presionada o nerviosa; o sea, cuando menos lo necesitaba.

— ¡Ya basta! —Susurré.

— ¿Qué? —Carter estaba parado frente a mí, frunciendo el ceño y con los brazos en jarras.

—Que… amm ¿Por qué no tomas tu siesta aquí? —Me hice a un lado, dejándole el lado derecho a él libre. Palmeé el espacio sugestivamente.

Él miró hacia atrás y se pasó una mano por la nuca, su cabello aun estaba ligeramente mojado. Dejó caer sus hombros y resopló como una resignación.

—Está bien. —Musitó antes de echarse a la cama. Me reí porque por un momento pareció un gusano arrastrándose hasta mí. Cuando llegó a mi lado se colocó sobre su espalda y metió sus manos detrás su cabeza, con los ojos cerrados suspiró, estaba sonriendo— Dios, es cómoda. —Dijo.

— ¿Quieres un masaje? —Le ofrecí, tratando de iniciar como Lola lo había hecho con Jake el día anterior. Él abrió sus ojos y me miró.

—Mmh… creo que no. Lo tomaré luego. —Volvió a cerrar sus ojos. Resoplé irritada.

Supuse que era un desperdicio intentarlo de nuevo. Además, él estaba cansado, probablemente no quería lidiar conmigo justo en ese momento. Me resigné a los hecho ¿Qué más podría hacer? Basta de tratar June.

—Seguro. —Me arrastré fuera de la cama para volver a la sala y mirar algo de televisión mientras dormía.

Entonces su mano rodeó mi muñeca y tiró de mí antes de que me fuera. Lo miré, él estaba como desconcertado y me dijo—: ¿A dónde vas? —Lo miré atónita. Las palabras no me salían.

—Umm… pensé que querías estar solo. —Me encogí de hombros.

—No… no quiero que te vayas. —Tiró de mí con fuerza hasta que estuve de nuevo a su lado— ¿No vas a intentar seducirme de nuevo? —Preguntó con un dejo de tristeza.

Me dejó sorprendida—: ¿Quieres que lo intente? —Interrogué levantando una ceja.

—Sí, quiero que lo intentes. Me encanta cuando tratas de verte sexy. —Ronroneó en la base de mi oreja.

— ¿Tratar? —Inquirí y con mi mano en su pecho traté de alejarlo. Él tomó la mano que lo apartaba y la llevó cerca de su boca. Besó los nudillos esta vez y sonrió apoyado sobre su codo. Lo miré, escrutando su cuerpo, cada tatuaje de este me llamaba y decía “tócame”. ¿A quién engaño? Todo él decía “tócame”.

 —Digo que tratas, como si no supieras cuan sexy ya eres. —Él fue que hizo el primer movimiento. Se acercó a mí y alargó su mano para pasar su dedo a lo largo de la curvatura de mi cuello. Lo dejé caer hacia un lado y cerré los ojos, como de costumbre se me erizó la piel.

—Jamás me has dicho que soy sexy. —Le dije. Su caricia se detuvo, abrí los ojos y él estaba mirándome sorprendido.

— ¿No lo he hecho? —Se preguntó más a sí mismo que a mí.

Negué con mi cabeza. Él volvió a sonreír y se acercó aun más. Ahora estaba casi sobre mi cuerpo, lo que me recordaba un poco a la primera vez que habíamos estado los dos juntos en una cama. Solo que ahora no teníamos que preocuparnos por interrupciones. Papá estaba muy lejos, e incluso si llamara, yo no podría escucharlo porque mi teléfono había sido olvidado en el sofá. Así que nada estaba interrumpiéndonos… ¿Entonces por qué no?

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora