2. Carter POV

683 112 4
                                    


Carter.

Me preparaba para interrumpir accidentalmente la "cita de estudio" de Brice Sommer con June. Sabía a lo que él estaba jugando. Jamás se había interesado por June pero justo ahora, mágicamente estaba pidiéndole una cita de estudio a solas en la biblioteca. Ese el Modus Operandi de los que se quieren aprovechar de pobres chicas indefensas cuando saben que están atraídas hacia ellos; algo estaba tratando de conseguir Sommers con todo esto. Y no es que June fuera una de esas chicas, pero vamos, Sommers la ponía a girar un poco. No hay nada que me cabree más que eso.

Sin embargo, yo no consideraba a Sommers como una competencia. Primero porque si lo llegase a ser no iba a tener escrúpulos para sacarlo del camino y segundo porque Brice no es tan idiota como para meterse con lo que es mío. O tal vez lo subestimaba, no podía decir mucho ya que no lo conocía del todo.

Estaba listo. Me paré frente al reloj sobre la puerta de doble ángulo de la biblioteca y esperé que fuera la hora exacta que me había dicho Peterson. Cuando la manecilla se paró justamente en el número, entré.

Cuando entré a la biblioteca, él aun no aparecía, un punto a mi favor, al parecer yo era más puntual que él, y ni siquiera era mi cita. O quizá tuvo problemas para encontrar sus pantalones luego de su práctica de futbol, posiblemente porque yo tenía la llave de su casillero, pero no es cierto, no la tenía, estaba dentro del casillero. Tenía unos cuantos minutos antes de que él le pidiera a alguien ir por los pantalones de repuesto a su otro casillero. Solo quería ganar tiempo, no dejarlo desnudo vagando por el instituto, era una imagen que yo no quería registrar nunca y mucho menos le daría el privilegio a June de verla. Si va a ver a alguien sin pantalones, mejor que sea yo.

Me dirigí hacia el escritorio de la señorita Hampton. Quería aparentar que solo venía aquí a dar una vuelta. Puse mis brazos sobre la mesa alta y sonreí. La señorita Hampton rodó sus ojos y resopló. Yo solía sacarla de quicio normalmente, porque venía aquí e insistía en hacer conversación, si ella hablaba, no molestaba tanto con sus siseos.

-Dulce Mabelle ¿Cómo estás? -Si hay algo que la molesta en el mundo, es que la llamen por su nombre de pila.

-Oh Carter, ¿Qué es lo que buscas aquí? -Pronunció con tono despectivo.

-Lo preguntas como si estuviera invadiendo tu casa o algo. -Dije yo- Que yo sepa la biblioteca es de acceso público, así que mis razones podrían ser las que sean. ¿No es cierto, Mabelle? -Le guiñé el ojo. Ella volvió a poner sus ojos en blanco.

-Como sea, Carter ¿Vienes por un libro? -Me preguntó dejando una carpeta sobre un montón de libros apilados en un estante detrás de ella- Venga, que los conoces todos, pero tal vez si te lo doy, te vayas más rápido. -La miré enarcando una ceja. Suspiré y le di vueltas al bolígrafo sobre el mostrador con mi dedo.

-No. -Negué- Vengo por alguien. -La señorita Hampton me miró, examinó mi rostro cuidadosamente entornando sus ojos- No estoy de broma, en serio quiero hablar con alguien aquí. -Le aseguré. Mi cara la debió haber convencido, porque abrió los ojos sorprendida. Luego asintió.

- ¿Con quién?

Cabeceé hacia atrás- Carita de ángel, allá atrás. -Indiqué.

Ella sonrió ladina.

-Suerte con eso. -Se dio la vuelta, yo hice lo mismo y la vi allí sentada, al final del pasillo. Sola, como siempre. Me miraba con una mezcla de sorpresa y disgusto, que era tan usual y hermoso en ella- No hagan ruido. -Me dijo Mabelle antes de que empezara a caminar. No dije nada y me dirigí hacia June, sonriendo como sé que a ella le molestaba que lo hiciera.

Ella puso sus ojos en blanco. No sé por qué sigo pensando que todo lo que ella hace es adorable o sexy. Simplemente lo hace. Tomé una silla y le di la vuelta, me senté sobre ella de la manera incorrecta a la que mi madre siempre me había enseñado, pero ella no estaba aquí ahora y sospechaba que a June le gustaba un poco mi actitud de delincuente juvenil y sexy idiota. Chica extrañamente masoquista.

Quiero besarte ahora, quiero besarte tanto.

Si no me controlaba algo podría salir mal.

-Hola. -Sonreí.

-Hola. -Sorprendentemente ella también.

No esperaba que sonriera, en verdad me hacia débil y estúpido verla sonreír. Ella podría hacerlo y podría noquearme fácilmente.

- ¿Qué haces aquí? -Pregunté tratando de que ella no se diera cuenta de que sabía la respuesta.

-Espero a alguien. -Dijo.

- ¿A quién? -Sabía a quién. Pero ella sonrió tan satisfecha de decir su nombre que no pude evitar enojarme.

-Brice Sommers. -Fruncí el ceño con asco.

- ¿Por qué?

-Porque quiere que le recomiende un libro para un ensayo. -Ella parecía muy obvia.

- ¿Por qué? -Inquirí de nuevo.

-No lo sé, porque sí. -Se encogió de hombros tan ingenuamente.

-Pensé que él pensaba que eras mi novia. -Trataba de que se diera cuenta de cuánto me enojaba que hubiera accedido a estar ahí. Aunque fuese ridículo reclamarle por eso.

-Uh... Mmh, yo le dije que no era así. -Ella evadió mi mirada.

-Oh. -Sacudí mi cabeza tratando de que no me afectara demasiado- ¿Él te gusta June? -Pregunté. La miré esperando que su respuesta no fuese la que yo temía. Pero obviamente era así, yo lo sabía y fui tan estúpido en esperar que ella dijera que no.

Así que reí, porque eso era lo que hacía cuando no quería aceptar algo.

- ¿Qué es tan gracioso? -Preguntó, con esa linda arruguita formándose en su frente.

-No creo que él te guste en verdad. -Sacudí mis hombros con sinceridad en mi expresión.

- ¿Cómo puedes saber eso? -Estaba enojada, perfecto.

-Mira, tú eres una chica fuera de lo normal, que se siente como un pez fuera del agua en esta escuela de mierda, entonces crees que si te gusta el que le gusta a todas serás un poco más normal y... digámoslo así; aceptada. -Ella estaba estupefacta, algo me decía que no podía creer en mi palabras, pero en el fondo sabía que eran ciertas.

Yo tenía toda mi fe puesta en ella.

-Eso no es... eso no es cierto. -Movió su cabeza, parecía ofendida.

-Claro que lo es.

-Tú no puedes saber eso.

-Claro que puedo, ya lo sé. -Puse mis manos sobre la mesa y me incliné hacia adelante.

-Eso. No. Es. Cierto. -Puntualizó ella igualando mi posición. Parecíamos dos niños peleando por quién era adoptado y quién no.

-Sí. Lo. Es. -Le respondí acercándome.

Pero sus ojos fueron a mis labios, ella estaba mirando mi boca y yo me sentí como un ganador. Me sentí tan genial y justo en ese momento quería besarla más de lo que nunca había querido besar a alguien en mi vida. Ella no se movía y deseaba tanto que lo hiciera, porque si lo hacía ella no podría enojarse conmigo o golpearme luego, y si lo hacía luego, yo tenía un argumento y hasta un testigo (Mabelle, mirando la escena desde su escritorio) para defenderme.

-Hazlo muñequita, ambos lo vamos a disfrutar. -Sonreí porque lo sabía. Y ella tomó mi cuello y tiró de él para estampar sus labios contra los míos.

Me besó duro, duro y exigente. Y yo quería más. Pero ella no sabía qué hacer y me di cuenta de ello. Así que simplemente la guié con mis labios, moviéndolo y animándola a seguir mi ritmo. No esperaba que el primero fuera con lengua pero ella parecía ser una chica salvaje. Fue mejor de lo que hubiese imaginado nunca. Fue grandioso. Pero Sommers lo jodió.

- ¿June? -Preguntó como un completo imbécil. Ella me soltó tan bruscamente que caí contra la silla de nuevo. Estaba aterrorizada, pero le había gustado. Yo podía verlo, ella lo había disfrutado incluso tal vez más que yo.

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora