15.

734 133 14
                                    

Jake se sentó junto a mí en la cama y me sonrió. Había traído una pizza, así que supuse que había pasado por la pizzería de su tío. Puso la pizza entre nosotros y abrió la tapa. Tomé un pedazo entre mis manos para morderlo luego. Moría de hambre, papá dos había hecho la cena, pero estaba enojado por lo de Carter, así que dijo que debía hacerme la cena yo misma. Sorprendentemente, papá uno no estaba tan enojado como papá dos. Ian es mucho más sobreprotector conmigo. Incluso sospecha de Jake, razón por la cual no debemos hacer mucho ruido, puesto que no sabe que está aquí.

―Entonces lo besaste ―dijo Jake mientras probaba un pedazo de la pizza de peperoni y anchoas.

―Así es ―repliqué yo con la boca llena―. ¿Tú ya has besado a alguien? ―interrogué curiosa cuando la comida pasó por mi garganta (Teddy sofisticada).

―Sí. ―Se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa. Lo miré atónita.

―¿Sí? ―Alcancé mi almohada en forma de corazón que descansaba en mis piernas y la estrellé contra el brazo de Jake―. ¿Por qué no me lo habías contado? ―exigí saber, muy cabreada.

―No sé, no quería que te sintieras mal por ser la única desadaptada que nunca había besado a nadie.

Una vez más estrellé mi almohada contra su brazo, lo cual era inútil: mi brazo era muy pequeño y escuálido para hacer que el impulso de la suave almohada causara dolor en Jake.

―Oye, sí me siento mal ―informé.

―Y deberías, mira a quién besaste. Carter West es conocido por ser un psicópata. Dicen que mató a su padrastro. ¿Acaso eres sorda? ¿Qué nunca escuchas lo que dicen en los pasillos?

―inquirió él cruzando sus piernas sobre mi cama y girándose levemente para verme.

―Generalmente no lo hago, ya sabes, siempre hablan de mí. ―Me encogí de hombros―. Y Carter no es lo que parece... él es bastante dulce, la verdad. ―Puse una sonrisa idiota en mi cara mientras recordaba lo que había dicho acerca de ser bueno por mí. Que chicos que no te convienen te digan cosas como esas debería ser ilegal.

―¿Dulce? ―preguntó incrédulo. Lo miré.

―Sí, dulce.

―¿Qué pasa con Sommers? ―Alargó su mano para coger otro pedazo de pizza.

―Uhm... no lo sé. No creo que jamás pase. Ni siquiera es una opción. ―Me encogí de hombros.

―Si te soy sincero, me agrada más el psicópata. Volteé a mirarlo con un atisbo de burla.

―¿Qué clase de amigo eres?

―No lo sé ―respondió él con una mirada vacía y tono graciosamente enfermo.

―¿Por qué jamás te ha agradado Brice? ―interrogué curiosa.

―Sólo no me agrada. ―Hizo una mueca― Creo que es un presumido. Tiene hoyuelos, ¿y eso qué? Juega fútbol, ¿y eso qué? Tiene dinero, ¿y eso qué? ―repitió como si estuviera defendiendo su puesto para una presidencia―. Lo único que envidio es que tiene a la chica más hermosa de todo el instituto a sus pies.

Fruncí el ceño. Jamás había escuchado a Jake decir que Lily Jules era hermosa, ni siquiera bonita, ¿acaso le gustaba Lily Jules? ¿Cuándo pasó eso?

―¿Desde cuándo te gusta la perra Jules? ―Me crucé de brazos mirándolo.

―Me refiero a ti, idiota ―aclaró, pegándome con una de mis almohadas en la cabeza.

Sonreí e hice un puchero.

―Eres muy dulce. ―Me abracé a él muy fuerte―. Me darán caries, pero igual te quiero. ―Coloqué una de mis piernas sobre una suya.

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora