39.

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Jake se levantó para espantar al cerdo escaleras arriba. Por alguna razón a Pancho la pizza le caía terriblemente mal, según Jake. Nuestra pequeña reunión usual de dos se había convertido en una de seis y medio, si contamos a Sunny.

Lola estaba sentada en el piso, de espaldas al televisor y Jake cayó junto a ella, regalándole una sonrisa. Nat, Adam y Sunshine, que se habían ofrecido a darme un aventón hasta la casa de Jake, fueron invitados por Lola a pasar y ahora estaban en el sofá de Jake acomodados y se veían como una familia tan linda que me dieron ganas de llorar. Y por último estábamos Carter y yo, él en el sillón de orejeras de la madre de Jake y yo sobre su regazo. Él me sonreía de vez en cuando, mis piernas sobresalían del sillón por sobre uno de los lados y Carter mantenía un brazo rodeando mi espalda y su mano derecha en mi rodilla. Y la pizza tamaño- extra-familiar estaba en medio, en la mesa de café, esperando para ser devorada.

―No sé ustedes, pero yo me siento como en un episodio de Friends ―mencioné muy alegre. En el futuro jamás me había visto en esta situación, me refiero a tener un grupo de amigos. Era mi sueño.







―Y se supone que tú yo somos Chandler y Mónica, ¿no? ―inquirió Carter.

Solté una pequeña risa.

―¿Y nosotros Ross y Rachel... ―Adam miró abajo y acarició la cabecita de Sunny― y Emma?

―Supongo. ―Me encogí de hombros, sonriente.

―Y yo soy Joey. O sea que merezco más pizza ―intervino Jake, frotándose las manos con una mirada lujuriosamente hambrienta hacia la pizza de queso extra y peperoni.

―Genial, soy Phoebe. ¿Quién no ama a Phoebe? ―se felicitó Lola.

Jake atacó la pizza, llevándose dos pedazos grandes a su plato de una vez. Lola tomó uno y rio al ver como Jake se atragantaba. Adam tomó tres pedazos, dos para él y uno para Nat. Y yo me incliné y tomé tres también, puse uno en el plato de Carter y los demás en mi plato. Había despertado en mí un hambre inmensa.

―Bueno ―dijo Jake luego de tragar unos cuantos mordiscos más―, se supone que ustedes no tendrían que estar aquí hoy, porque tenía que decirle algo importante a June... ―añadió con una expresión de resignación.

―¿Nos estás corriendo? ―preguntó Carter.

―Oh, no ―negó Jake―. Bueno... ¿qué más da? ―Se encogió de hombros―. Yo... le he dicho a mi padre que quiero ser actor.

Todos nos quedamos callados. Cuando mencioné que Jake tenía dotes artísticas, lo decía en serio. Jake había heredado la capacidad de actuar de una de sus tantas excéntricas tías. Pero por otro lado, su padre, aborrecía la profesión. No sabía exactamente el por qué. Tal vez porque pensaba que era una pérdida de tiempo, que después de ello no hay nada que no sea dinero y victorias vacías, como me había dicho Jake. Yo no lo veía de esa manera, y menos Jake, aunque su padre le prohibió soñar con eso, él era parte del club de teatro en el instituto secretamente.

―Bien por ti ―atribuyó Carter.

―No ―susurré, negando hacía él.

Carter frunció el entrecejo confundido. Me bajé de su regazo, dejé el plato sobre la mesa de café y me senté junto al callado Jake que miraba su pizza.

―¿Y qué ha dicho? ―le pregunté.

―Él ha dicho... ―Hizo una pausa para suspirar y lo cito―: Has hecho tu elección y yo no voy a juzgarte, pero no esperes mi apoyo. ―Se encogió de hombros.

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora