¡Cambio De Planes!

Cap.48

Durante todo el camino a las instalaciones, nadie se dijo nada, era bastante incomodo para los cinco, en especial para México. El pobre estaba sufriendo física y mentalmente; aparte del gran dolor de cabeza que tenia, producto de la resaca, tenia el gran sentimiento de culpa recorriendo su espalda, lamentablemente, recordaba perfectamente las palabras que habían salido de su boca en su delirio de rabia, atacando sin piedad a quienes solo trataban de ayudarlo. Obviamente su castigo fue ser obligado a ir a la junta de ONU, castigo proporcionado por Azteca, quien se encargo de recordarle todo lo que dijo e hizo, remarcando lo inmaduro que se había comportado.

México paro sus pasos a pocos metros de poder llegar a el edificio, haciendo que los otros latinos que le seguían también se detuvieran y le miraran confundido.

- Oigan...lamento lo que dije ayer...yo...no sabia lo que hacia...- soltó sus palabras con la cabeza baja, siento como su rostro ardía en vergüenza.- Estaba enojado...Pero ustedes no tenían nada que ver con esto...¿me perdonan?...

- Ay mi causa, usted no tiene que lamentar nada.- Respondió el peruano abrazándolo de su costado izquierdo.

- Pero les grite bien feo...

- Si dolió un poco, pero entendemos que estabas hirviendo en rabia.- Chile se acerco desde el otro lado abrazándolo igual.

- Chicos, en serio lo siento...- sus ojos cada vez iban humedeciéndose más, aparte de que ya los tenia llorosos desde hace rato por su resaca.

- ¡Para eso son los hermanos!.- se le acerco Argentina de frente dándole un golpe amistoso en su pecho.- ¡Somos familia y nos apoyamos!

México sonreía con ternura, realmente se había sacado la lotería con esa disfuncional familia. Unos pasos alejados de ellos, aun estaba Guatemala viéndolos con melancolía. Esto hizo sentir a México abatido, seguramente el chapín no pensaba perdonarlo tan fácil luego de gritarle solo estupideces.

- Chapín...¿Me perdonas?.- mostro su rostro decaído, obviamente no estaría bien hasta que todos realmente le perdonaran lo que hizo. Guatemala se le acerco y le dio un pequeño golpe en la frente con sus dedos.

- Eres un cabezón idiota...- le hablo con una sonrisa.- Hasta crees que no te perdono...- México soltó pequeñas risas mientras sobaba su frente.

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China veía de reojo como su compañero no se molestaba en ocultar su nerviosismo, Rusia miraba constantemente al suelo, mientras que de su frente bajaban algunas gotas de sudor, arqueando su espalda, hablando entre dientes las cosas que planeaba decir, y jugando con el ramo de Dalias que tenia entre sus manos. El de rojo cerro sus ojos con fuerza, tenia el presentimiento de que lo que sea que este planeando en ruso sea simplemente ineficaz. 

Ambos entraron a la sala casi llena. Rusia inmediatamente se fijo en el asiento de México, estaba vacío.

- ¿En donde esta?...- no ver al mexicano en su respectivo lugar le desanimo, más de lo que ya estaba.

- Tranquilo...tiene que venir.- le respondió China poniendo su mano en el hombro de su amigo, para darle algo de apoyo.

- Señor Rusia.- ambos se sobresaltaron al escuchar a uno de los asistentes de ONU a sus espaldas.- ONU quiere verlo...- hablo con una voz tranquila y serena.

Ambos países se vieron confundidos, pero Rusia termino siguiendo al pequeño de tez blanca.

El asistente le guio por uno de los pasillos, hasta detenerse en una puerta blanca, como casi todo el edificio. El ruso miro la entrada cuestionándose para que seria el llamado de la organización a minutos de comenzar su reunión. Miro a su izquierda para preguntarle a el chico, pero este ya se había ido. Tomo fuerza y toco la puerta, escuchando como le permitían el paso del otro lado. Abrió y vio un escritorio, en él a la organización de la paz, frete a él, a ese tricolor que tanto anhelo ver ese día. Se acerco de manera lenta preocupándole lo que fuera a pasar después.