Capítulo 15: Más que palabras

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Peter POV

'Soy tan idiota', es la cosa que se había estado repitiendo en mi cabeza durante estas últimas horas, 'Cometí un terrible error'.

Tal como fui un marido terrible. ¿Cómo me convertí en esto? Dejé que mi arrogancia y mis inseguridades se apoderaran de mí. La presioné demasiado. Me atreví a entrar en un juego peligroso y perdí las riendas. ¿Por qué pensé que lanzarle rabietas haría las cosas diferentes? ¿Hacer que Caspian se aleje? Eso también fue un error. Una mala jugada de las piezas de ajedrez. Ni siquiera sé por qué me esforcé tanto en ponerlo en una mala posición. ¿Qué estaba tratando de alcanzar al hacerlo exactamente? ¿Por _____? ¿Para mí y mi imagen de rey? ¿Ambas cosas? Cualquiera fuera la razón, y cómo sea que pensara que resolvería las cosas, estaba equivocado. Jugué tan mal este juego.

Y el precio fue ella. Un precio que me niego a pagar

'No quiero perderla', es todo en lo que puedo pensar. Todo lo que he estado pensando... porque es verdad. La decepción en sus ojos cuando me miró desde aquella plataforma en esta misma habitación todavía está fresca en mi mente. Repitiéndose una y otra vez. Sentado en la Mesa de Piedra y frente a la figura de Aslan, todavía puedo imaginarla mirándome como la reina que siempre ha sido. El hierro todavía en sus ojos, pero también el desagrado. Esa mirada solía estar reservada para sus enemigos, y dolía haber sido ahora yo su objetivo.

No podía culparla. Tenía derecho a enfadarse. No solo por la discusión que tuvimos horas antes, sino también por verme sucumbir a las palabras de la Bruja Blanca. No sé qué fuerza se apoderó de mí para hacerme vacilar así. No sé si fue mi reciente falta de fe o el dolor en el que estaba en ese momento. No es que sea una excusa. Nunca debí dejar que la Bruja me alcanzara así. Si no fuera por ella... por _____, realmente no sé lo que habría hecho. Estaría completamente perdido a estas alturas.

Y sé que la estoy perdiendo, poco a poco. Si no hago algo pronto, estoy seguro de que así será.

Dejo que mis recuerdos regresen a tiempos más fáciles, tiempos más felices, donde solo éramos ella y yo. Vuelvo a la noche en que le propuse matrimonio. Tenía una cena preparada para nosotros en los jardines. Lejos de los oídos del castillo. Nada había salido como lo había planeado. Yo debería haberlo sabido. Con ella, nada nunca lo hace. Es impredecible, como un huracán en primavera. Sin embargo, esa era una de las mejores cosas de estar con ella: nunca sabes dónde podrías encontrarte a ti mismo, qué locura podrías estar haciendo, haciéndote sentir vivo... tan afortunado de estar vivo en el mismo mundo y tiempo que ella.

Esa noche ella estaba radiante. Ella siempre lo era. Pero esa noche... esa noche ella me dejó sin aliento. Llevaba puesto un vestido rosa claro con mangas campesinas caídas y un bandeau alrededor de su cintura, resaltando la forma de su cuerpo. La tela superior era casi transparente, dejando expuestos sus brazos y parte de sus piernas. La mayoría de su cabello castaño caía sobre sus hombros como una cascada, su corona en lo alto, y no pude hacer más que mirarla.

Ella se dio cuenta y dejó escapar una suave risa.

–¿Perdiste la lengua? –bromeó, mirándome con esos ojos color miel.

_____ comenzó a caminar hacia mí... cuando se suponía que era yo quien debía saludarla.

–De verdad espero que no –siguió hablando–. Veo que mi vestido tuvo el efecto que esperaba. La forma en que me estás mirando en este momento me dice que deseas desesperadamente besarme.

Estaba a centímetros de mi cara, examinándome.

–Te insto entonces. Bésame.

Finalmente, salí de mi aturdimiento. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y la acerqué a mí. Ella me sonrió victoriosa.

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian (Peter Pevensie & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora