POV Peter
–Peter.
La vi correr en mi dirección primero, lo siguiente que sentí fueron sus brazos alrededor de mi cuello. Rodeé su cuerpo con mis propios brazos, abrazándola de vuelta con fuerza. Quería sentirla. Quería sentirla así de cerca de mí una última vez si había una gran posibilidad de que nunca la volviera a abrazar. Sin embargo, mi armadura pareció objetar. La estúpida armadura. Era esta pieza de metal lo que nos mantenía lo más lejos posible el uno del otro, de sentir su cuerpo contra el mío. Su calor.
Si tan solo pudiera...
Como si estuviera leyendo mi mente, se soltó un poco de mi abrazo y puso sus labios sobre los míos con una fuerza que me dejó asombrado por unos segundos antes de que yo le correspondiera con la misma energía. El beso era salvaje. Un nuevo tipo de hambre apoderándose de nosotros. Los movimientos feroces, nuestras lenguas chocando. Una necesidad desesperada de sentirla... sentir su piel, de repente se apoderó de mí...
No, este no era el momento. Necesitaba decirle. Necesitaba decirle antes de caminar hacia mi muerte. Pero por mucho que quisiera detenerme, no podía. No me atrevía a despegarme de su cuerpo, sus brazos, sus labios. Me aferraba a ella como una abeja a una flor. Sus manos se movían desde mi cuello hasta mi cabello, enredando los mechones alrededor de sus dedos. Me era imposible tocar su espalda: la parte superior de su cuerpo estaba cubierta por el material duro de su propia armadura... y me moría por hacerlo.
Ambos sabíamos que estos podrían ser nuestros últimos momentos juntos. Realmente juntos. Abrazándonos, besándonos, sintiéndonos. Quería que esto durara tanto como pudiera hacerlo posible. Segundos después, nos separamos por la necesidad de aire, nuestros rostros aún a centímetros el uno del otro, sus ojos aún cerrados.
–_____–la llamé en un susurro–. Si me sucede algo...
–Nada te va a suceder, Peter –respondió ella en tono seguro, abriendo los ojos de golpe–. No te atrevas a decirme adiós o a salir con algún estúpido discurso de despedida. Este no es el fin. No para ti. No para nosotros.
–Pero necesito... –presioné–. Necesito decirte...
–Cualquier cosa que quieras decirme ahora, puedes hacerlo después de que todo esto termine. No quiero escucharte decir ninguna otra palabra en este momento. Ahórrame ese dolor.
–_____, por favor...
–No, tú... –sus ojos se empezaron a cristalizar, pero las lágrimas no cayeron.
Ella no las dejaba salir. Estaba tratando de ser fuerte. Por mí, por los dos.
Tomó mis manos entre las suyas y me miró directamente a los ojos con súplica.
–Prométemelo, Peter. Por favor, prométeme que lucharás para volver a mí. Eso es todo lo que pido de ti. Todo lo que necesito de ti. Que vuelvas a mí. Por favor...
Un bajo sollozo escapó de su garganta. Aún así, seguían sin haber lágrimas. Por Aslan, era la mujer más fuerte que había conocido... y la única a la que amaré. Nunca habrá nadie más que ella. Y deseaba... no, anhelaba ese futuro con ella, un futuro de nosotros. Un futuro con el que los dos soñamos alguna vez, y uno que realmente quería darle. Hacerlo realidad para ella. Pero eso no sería posible si yo moría hoy. Me quedó claro entonces lo que tenía que hacer, con qué brutalidad tenía que luchar para ganar. No más resignarme a la muerte. No más discursos de despedida ni pensamientos depresivos.
Yo ganaría. Por mi familia. Por ella.
Junté nuestras manos y la miré a los ojos con determinación.
ESTÁS LEYENDO
Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian (Peter Pevensie & tú)
FanfictionHa pasado 1 año desde que los Pevensie y ____ cruzaron de vuelta el ropero, dejando atrás aquél bosque mágico. Con la esperanza de regresar a Narnia, intentan volver a llevar sus vidas normales... hasta que son misteriosamente enviados de vuelta al...