Capítulo 7: El castillo telmarino

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POV ____

Era casi el ocaso cuando nos encaminamos hacia el castillo. Peter estaba más tranquilo pero podía percibir que seguía un poco disgustado, no conmigo, si no con Caspian. Pero ahora, teníamos algo más importante que hacer, tendrían que dejar sus diferencias a un lado y enfocarse en lo que venía, ser un equipo, de lo contrario, esta batalla podría acabar mal.

Las águilas que nos transportarían a mí, a Peter, a Susan, a Caspian y a Ed hacia el castillo finalmente llegaron. Lucy se había quedado en el refugio, Peter no quería que su hermana más pequeña corriera peligro en una batalla como ésta, no ahora que era una niña de nuevo y no una adulta como lo había sido años antes, donde en su tiempo había aprendido a luchar y librar batallas junto a nosotros. Ahora era diferente.

Al sobrevolar sobre el bosque, podían verse los cientos de árboles que lo conformaban y la oscuridad de la noche sobre ellos, formando largas sombras con la luz de la luna y, a comparación de como se veía con la luz del sol en el día, se veía algo escalofriante. No es sorpresa que los telmarinos le temieran tanto al bosque que bordeaba su pueblo, especialmente con el rumor de las extrañas criaturas que habitaban allí. Era curioso como un lugar que antes conocías perfectamente había cambiado tanto que ahora parecía desconocido. Los Pevensie y yo habíamos recorrido esos mismos bosques por años y conocíamos los caminos como si fueran las calles de Londres, pero ahora incluso podría decir que podría perderme. No puedo culpar a Peter por haberse confundido en el camino al tratar de dar con Caspian y los narnianos en nuestro regreso. Me entristecía el saber que al abandonar este lugar hace más de 100 años, había cambiado tanto y no para bien, y no había estado presente para ayudar a mi propio pueblo, para librar las batallas como su reina debió de haberlo hecho. Y ahora de vuelta, espero hacer lo que debemos hacer como reyes y reinas de Narnia: luchar por la libertad de nuestro reino.

A lo lejos el castillo telmarino apenas y se podía vislumbrar gracias a que la oscuridad de la noche lograba pasarlo desapercibido de no ser por las pequeñas y distantes luces que el fuego de las antorchas emitían y, a como nos íbamos acercando, se hacían más presentes. Nos estábamos acercando a nuestro objetivo.

El águila que llevaba a Ed se desvió de nuestro camino hacia el objetivo de su misión mientras los cuatro restantes de nosotros seguimos volando adelante, ocultos entre la oscuridad hasta saber que Ed había echo su parte. A la distancia que estábamos, ya podía alcanzar a ver a los soldados que hacían guardia en las entradas superiores del castillo. Resplandeció una luz más brillante que cualquier antorcha que al instante desapareció y segundos después volvió a aparecer, y así sucesivamente. Ed lo había logrado.

Peter, Susan, Caspian y yo tomamos vuelo rumbo fijo al inicio de nuestro ataque. Sobrevolamos la entrada principal y nos dirigimos a la parte trasera del castillo. En nuestro paso, alcancé a ver a Ed en la torre con linterna en mano dándonos señal de que estábamos libres de aterrizar. Caspian y Peter se lanzaron miradas de complicidad en señal de acuerdo, y las águilas disminuyeron su vuelo. Me tranquilizaba saber que para la batalla que venía estaban unidos, ambos tenían un solo objetivo en común y a pesar de las diferencias entre ellos, podían dejarlas un momento de lado, porque me gustara o no, sabía que sus problemas todavía no acababan.

Justo antes de que tocáramos suelo, un soldado atrapó a Ed con la linterna encendida dando la señal y tuvo la intención de dispararle con su ballesta. Le apunté con una flecha y disparé. Nadie se mete con ese chico más que yo. El soldado cayó justo cuando Peter ponía los pies en el suelo con nosotros repitiendo la acción y las águilas se fueron. Seguimos con el plan y con la ayuda de una cuerda Caspian bajó al exterior de la ventana de la biblioteca donde se suponía que estaría el profesor que lo había ayudado a escapar y a llamarnos de regreso a Narnia. Lo alcanzó Peter, que con discreción logró bajar mientras Susan y yo esperábamos. Finalmente bajó Susan, luego yo y al final Trumpkin.

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian (Peter Pevensie & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora