18. 𝗟𝗮 𝗳𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮

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(Rosie en multimedia)

Rosie

Abrieron la puerta y ahí estaba Chase. Se veía muy bien, vestía una camisa blanca abierta a la altura del pecho, un pantalón gris entallado, junto con unos zapatos cafés y un cinturón del mismo color.

-Hola Chase- lo saludé.

-Ho-hola, Rosie.

-¿Listos?- pregunté emocionada.

-Sí, sólo estamos esperando a Bree, ¿Quieres pas...- lo interrumpió Leo, quien bajó rápidamente por las escaleras.

-Estoy listo, nena. Leo out- dijo y salió de la casa con dirección al auto de Sarah.

-¿Nos vemos allá?- pregunté aún sin poder procesar que Leo ya estaba fuera y no esperaríamos a sus hermanos.

-Claro, pero... ¿Me p-podrías pasar la dirección de casa de Mathew?- preguntó Chase sacando su celular de su bolsillo.

-¡Cierto! Que tonta... - dije igualmente sacando mi celular para enviarle la dirección, ¿Cómo había olvidado enviarle la dirección?- Listo- dije una vez que se la envíe, y justo en ese momento sonó el claxon del auto de Sarah- Mierda...- susurré.

-Descuida, nos vemos más tarde- dijo Chase, yo sólo asentí apurada y regresé al Jeep.

-¿Coqueteando?- preguntó Sarah divertida en cuanto subí al auto, sólo negué divertida con la cabeza.

-¿Qué tiene, Rose? Es bastante lindo- habló Ema desde el asiento de atrás.

-¿Chase? ¿Lindo?- preguntó Leo.

-Lo es... - dije en seco y noté cómo Sarah había volteado a verme elevando ambas cejas con mirada pícara. Chase era lindo y agradable por el poco tiempo que llevaba de tratarlo, era cierto.

-Claaaro- dijo Leo y Sarah encendió el auto de nuevo con dirección a casa de Mathew.

A un par de cuadras de la fiesta, se podía escuchar la música y mi estómago dio un pequeño vuelco. 

La emoción me invadió por completo, iba a ser una excelente noche.

Dimos vuelta en la calle de Mathew y ésta estaba inundada de autos, lo cual hacía imposible que pudiéramos estacionar la Jeep cerca de su casa, así que la dejamos a una cuadra de distancia.

Nos bajamos y comenzamos a caminar. Al llegar, pudimos ver el patio de enfrente repleto de chicos de la escuela y unos más que se veían mayores, seguramente eran amigos del hermano de Mathew, al final de todo era una fiesta de fraternidad. Todos tenían vasos rojos en sus manos bailando al ritmo de la música, unos más hablando y otros devorándose sus bocas pegados en las paredes de la casa. Entramos al patio y nos adentramos a la casa. 

Al entrar a ésta notamos que la iluminación era totalmente purpura, gracias a cientos de tiras de luces pegadas al techo y otras en un par de paredes, todo se veía fenomenal.

-Voy a buscar a Mathew- dijo Ema inclinándose en mi oído para poder escucharlo, ya que la música estaba muy alta.

-Claro, nos vemos más tarde- sonreí y el asintió- ¡Suerte!- le grité cuando comenzó a alejarse, él volteó a verme, me sonrió y desapareció entre la multitud de chicos dentro de la casa.

-¡Vamos a buscar a Janelle!- gritó Sarah intentando hacerse escuchar por encima de la música. Asentí, tomé a Leo de la mano y nos adentramos más a la casa.

Llegamos a la cocina y vimos que Janelle estaba ahí con el equipo de porristas y algunas amigas nuestras.

-¡Vinieron!- exclamó en cuanto nos vio- ¡¿Leo?!- abrió los ojos como platos.

𝗦𝗘𝗥 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗧𝗨 | 𝗖𝗵𝗮𝘀𝗲 𝗗𝗮𝘃𝗲𝗻𝗽𝗼𝗿𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora