56. 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻'𝘀

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(Rosie en multimedia)

Rosie

Llegué al colegio un poco más temprano de lo normal e inmediatamente me arrepentí.

Un frío abismal se sentía en cada rincón de Mission Creek y en el cielo podían distinguirse unas enormes nubes grises, indicando que una tormenta estaba por caer en la ciudad; no podía haber elegido peor día para llevar falda.

El evento anual de porristas tomaría lugar el viernes de esa semana, por ello es que Sarah y yo habíamos acordado de vernos en el campo de futbol esa mañana. Ella se había encargado de reclutar a las chicas nuevas que estarían como extras en el equipo de porristas, y debíamos presentarlas ante el entrenador Reynolds y la directora Perry lo antes posible.

Atravesé el estacionamiento y caminé hasta una de las máquinas expendedoras que se encontraba a las afueras del campo para comprar algo de desayunar. Al llegar a ella analicé por un momento lo que contenía y qué era buena idea comprar, pero, como de costumbre, en ésta sólo había paquetes de rosquillas, cajitas de leche saborizadas y bolsas de frituras.

-Maldición... - más a fuerza que de ganas saqué un billete de mi bolso para introducirlo a la máquina y tecleé el código de mi "desayuno".

-Si comes eso estarás ansiosa todo el primer periodo- escuché que habló el novio de mi amiga detrás de mí, pero antes de poder voltear a verlo tomé el paquete de rosquillas que por fin había dejado caer la máquina.

-Culpa mía por no haber comido algo en casa- dije para después acercarme a él para poder saludarlo- ¿Desde qué hora estás aquí?

-Desde las seis– respondió Calvin y mi expresión de sorpresa no se hizo esperar.

-Qué horror- dije al mismo tiempo que abría el paquete de rosquillas.

- Rosie es en serio, no comas eso.

-Calvin, no desayuné nada en casa y no puedo estar así hasta el almuerzo- estaba por tomar una rosquilla, pero en ese momento Calvin me las arrebató- Eso no se hace, devuélvemelas.

-Vamos a los vestidores- habló el castaño- El entrenador estaba por preparar batidos de proteína, son mil veces mejores que ésta porquería procesada.

Estaba bastante cansada y en realidad no tenía nada que perder; asentí a regañadientes y nos dirigimos a los vestidores.

- ¡Borgens! - habló el entrenador Reynolds en cuanto me vio atravesar la cortina de los vestidores- Que sorpresa verte por aquí a éstas horas.

-Espero no importunarlos, pero Stewart me obligó a venir- volteé a ver a Calvin y éste sólo negó con la cabeza.

-Vea lo que quería desayunar- habló para después evidenciar mi estúpido paquete de rosquillas, el entrenador soltó un par de risas- La traje por un batido.

- ¡Por supuesto! - exclamó el entrenador y procedió a verter medio litro de batido de proteína sabor fresa en uno de los vasos oficiales del equipo de futbol, del cual por fuera se podía leer la leyenda "BEBIDA DE LOS DIOSES DE MISSION CREEK HIGH. ¡VAMOS DINGOS!". - Aquí tienes.

-Gracias, entrenador- respondí tomándolo entre mis manos y de sólo verlo se me hizo agua la boca- Dios, había olvidado lo bien que sabía esto- dije después del primer sorbo.

-Eso te pasa por terminar conmigo- habló la voz que menos deseaba escuchar en aquel día tan nefasto- De seguir juntos podrías seguir disfrutando de estos batidos.

-Cállate- respondí de golpe volteándolo a ver- Perfectamente podría haber seguido viniendo por batidos independientemente de que hubiésemos terminado, ¿no es así, entrenador? - ahora dirigí mi mirada a Reynolds y él sólo asintió, no sin antes dejar escapar unas risas.

𝗦𝗘𝗥 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗧𝗨 | 𝗖𝗵𝗮𝘀𝗲 𝗗𝗮𝘃𝗲𝗻𝗽𝗼𝗿𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora