Rosie Borgens, una de las chicas más populares del instituto "Mission Creek High" se ve en la necesidad de pedirle ayuda para un trabajo escolar a Chase Davenport, el chico menos popular pero coincidentemente el más inteligente del curso, pero él es...
-Entonces... ¿Qué le dirás? - preguntó Sarah antes de darle un largo sorbo a su café.
Esa mañana antes de ir al colegio decidimos pasar a desayunar, y, para sorpresa de nadie, optamos por pasar al Heaven's.
-No tengo idea- respondí y le di una mordida a mi bagel- Estoy nerviosa... ¿Y si decide terminar conmigo?
- ¿Por qué habría de terminar contigo, Rosie? - preguntó Sarah notablemente confundida- Quiero decir, mírate, eres bellísima.
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-No lo digo porque no sea bella, Sarah... - dije y ella soltó una pequeña risa para después darle una mordida a su rosquilla- A lo que me refiero es... sí su papá dice que interfiero mucho en su vida, posiblemente él ya se haya dado cuenta y por eso quiera terminar conmigo.
-Eso es absurdo, Borgens- por la manera en que había dicho aquello, me abstuve de responder ya que era más que evidente que me había regañado- Rosie, salen desde septiembre...
-No, en septiembre lo conocí, salimos desde diciembre- corregí.
-Bueno, diciembre... recuérdame en que mes estamos.
-Enero, casi febrero...
-Correcto- dijo ella- Ahora, responde... si fueses "una distracción" como dijo su papá, ¿crees que desde el principio habría permitido que pasaran todos estos meses juntos? Y estoy hablando desde septiembre.
Lo analicé por un segundo y parecía ser que Sarah tenía razón.
Desde la primera semana que nos conocimos hicimos "clic" al instante y pasamos bastante tiempo juntos, aunque hubiese sido en gran parte por mi proyecto de química. Si bien era cierto que hubo algunos momentos en los que "surgieron situaciones familiares" y Chase tuvo que atender a ellas, el señor Davenport jamás le reprochó nada por estar conmigo, al contrario, aún recordaba la vez que Chase dijo que su papá los dejaba salir conmigo porque le había caído bien.
-Creo que tienes razón.
-Obviamente- sonrió victoriosa y me guiñó un ojo- Ahora, una vez aclarado esto... ¿Qué le vas a decir? – sentí un pequeño vuelco en el estómago a causa de los nervios y me cubrí el rostro con ambas manos dejando que se hundiera en ellas.
-No... tengo... idea- mis codos resbalaban lentamente sobre la mesa hasta que mis brazos quedaron estirados de extremo a extremo.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que me había sentido así de nerviosa, para ser exacta, desde la vez que Chase me descubrió drogada en la fiesta en casa de Mathew.
• • •
No vi a ninguno de los Davenport durante el primer periodo, y no estaba muy segura de si eso me relajaba o ponía mucho más ansiosa de lo que ya estaba. Sonó la campana indicando que era hora del almuerzo y salí del salón de cálculo.
