Ema
Hice mi camino hacia la casa, dejando a Rose atrás de mí, mientras veía como sonreía un poco con picardía hacia mi dirección, la escena me pareció graciosa, pero hizo que me sintiera menos nervioso de lo que ya estaba, pasé mis manos por mi pantalón en un fallido intento de secarlas.
El sonido de la música a todo volumen me desconcentró un poco, era demasiado ruidosa, aunque era una fiesta, era obvio que iba a estar así, me regañé mentalmente por tan estúpido pensamiento. Matthew me tenía mal.
El sonido se entremezclaba con el olor a cigarro, el olor de cervezas tiradas en el piso y aromas a perfume de distintas formas, era un asco, pero era una fiesta... la mayoría o ya estaban borrachos o drogados, así que eso era lo de menos, yo aún estaba lo suficientemente consciente como para pensar que daba asco.
Mientras caminaba lentamente entre la multitud, lo distinguí entre las sombras y algunos tonos de luz de distintos colores que se reflejaban en su cabello, sostenía un vaso rojo de los típicos de fiesta mientras le sonreía a alguien, pero mantenían una charla amena.
Me fui acercando poco a poco hacia ese dúo, deseando dentro de mí ser lo suficientemente capaz de expresarle lo que sentía sin ser un idiota en potencia. Así que me fui acercando hasta que él me notó caminando hacia su dirección, me sonrió, justo directo hacia mi ya desestabilizado corazón, no pude sino devolver el gesto mientras metía mis manos en mis bolsillos, una forma de apaciguar los visibles nervios. Además que las tenía frías, algo típico que me pasa cuando estoy nervioso.
-Hey, ¿qué tal?- se acercó a mi oído, lentamente, sentí un soplido de su respiración en mi nuca, nunca me había sentido mejor.
-Todo bien, aquí en la fiesta- claro que acercarme a su cuello sólo me hacia sentir más tentado. Era ese aroma de cerveza y loción, me sentía una Lana Del Rey en aquel instante, cantándole Videogames a su gran amor.
-¿Quieres una cerveza?- se acercó a la barra que estaba a su lado, tomó uno de esos vasitos y me lo extendió.
-No, gracias- no quería depender de una bebida para tomar coraje- Sabes qué, dámela, sí la necesito- bueno, digamos que hasta el mejor cazador necesita un intensivo.
La extendió hacia mí, con una mirada de sorpresa, nunca me había visto así, supongo que mi comportamiento se estaba haciendo notar cada vez más. La tomé mientras mi mano rozaba sus dedos, tomar esa mano era lo que siempre había querido.
-Necesito hablar contigo- solté tan así de repente, con mi cara en preocupación, temía decir algo que no debería. Aunque ya lo conocía bien por las tutorías, era buen chico.
-Si es sobre las tutorías, no te preocupes, podemos hacer lo que quieras, yo contento con lo que decidas- todo era tutorías con este hombre.
-No, no... Es... otra cosa- bajé un poco mi rostro, me moría de la pena.
-Ya, dilo- me tomó del hombro, mientras yo levanté mi cabeza, tenía una sonrisa ladeada, como intentando darme fuerza para lo que sea que iba a decir.
El momento había llegado, no podía ser mejor, él me sostenía del hombro, intentando darme fuerza, mientras las luces de la fiesta hacían que en su rostro se reflejaran. Sentía que era el tiempo, me recompuse con todo lo que podía, me armé de valor, era ahora o nunca, además, ¿Qué era lo peor que podía pasar? De un rechazo y una pena, no. Así que sólo estaba alargando lo inevitable, porque no dejaría aquella habitación hasta decirle lo que tenía en mente.
Así que eso hice, fijé mi mirada directo al chocolate de sus ojos, me concentré tanto que parecía querer leer su mente y observar su alma. Aún me seguía sonriendo, eso me distrajo un poco, pero el objetivo seguía fijo en mi mente.
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𝗦𝗘𝗥 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗧𝗨 | 𝗖𝗵𝗮𝘀𝗲 𝗗𝗮𝘃𝗲𝗻𝗽𝗼𝗿𝘁
FanfictionRosie Borgens, una de las chicas más populares del instituto "Mission Creek High" se ve en la necesidad de pedirle ayuda para un trabajo escolar a Chase Davenport, el chico menos popular pero coincidentemente el más inteligente del curso, pero él es...