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Solo me metí en la pantalla azul y como desesperado busqué su nombre, había mucha gente con ese nombre, ninguno que fuera amigo de mis compañeros de curso o amigos, nadie con ese cabello irremediablemente rojo y los ojos azules. Bien , aquí tampoco había nada, así que decepcionado abandone la búsqueda tan rápido como la empecé y me dediqué a jugar un juego donde cuidabas a un perrito, le comprabas cosas y lo hacías interactuar con otros perritos de otras personas y le hacías casas y cosas así.

Hubo un día nublado en el que había ido solo de compras al centro, estaba a punto de llover cuando me pareció verlo, me acerqué muy acelerado y me le quedé viendo, se me quedó mirando con cara de "qué rayos te pasa".

-¿te conozco?- me preguntó. No era él, se me puso la cara muy roja, creo que jamás había pasado tanta vergüenza en mi vida, solo seguí mi camino e intenté olvidar lo que había pasado, pero aún cuando lo recuerdo me vuelve a dar vergüenza y me pregunto si ese sujeto me recuerda como un acosador o un loco.

Volví a casa apenado, al abrir la puerta, papá y Graham que estaban en el sillon de la sala de estar me miraron al mismo tiempo, no se como, pero solían estar muy coordinados así que me saludaron al unísono, con el tiempo ellos adoptaron toda clase de códigos y miradas cómplices, se comunicaban en un lenguaje complejo de silencio y parecían un circulo muy cerrado que daba vueltas donde yo estaba, pero del que yo no era parte, de cualquier modo me pregunté si Ed había encontrado a alguien así, alguien que aceptara eso de él y con quien pudiera vivir una vida así o si a mí me pasaría algo así, porque la relación de ellos era muy diferente al matrimonio de mis padres.

Yo seguía con la mala costumbre de vivir la vida en soledad, a pesar de tener amigos y un circulo social más o menos decente en cantidad (no en cuanto a lo actitudinal), recuerdo un día soleado en el que quería ir a ver a una banda que tocaría en un parque, pero que a nadie que conociera le gustaba así que no siquiera me molesté en consultarles, una vez terminado el show caminé un poco por los senderos del lugar mirando el suelo con mi capucha puesta, al levantar los ojos miré de frente y me pareció ver el cielo rodeado de llamas, sentía una especie de adrenalina y algo extraño en el pecho, como un presentimiento o una emoción, él me vio justo de frente e intentó evitarme, pero me interpuse a propósito en su camino.

-Hola, ed. – le dije y él intentó desviarse a la derecha y yo nuevamente me interpuse. – Ed, soy yo. – le dije.

- yo a ti no te conozco. – dijo sonando pedante.

- Pero tú eres Ed, ¿verdad? – entonces suspiró y pareció darse por vencido.

- ¿Qué quieres? – preguntó algo cortante, estoy seguro de que el recuerdo de lo ocurrido aquel día estaba fresco tanto para él como para mí.

- Yo... yo lo siento Ed, ese día... intenté llamarte, te extrañé muchísimo, yo...-

- No quiero hablar de eso, ni contigo, déjame en paz. – advirtió con tono exasperado.

-Pero yo necesito hablar de eso, todo fue... tú no comprendes.

"¡Ed, Ed, apresúrate!" se escucharon voces a las que miré dándome cuenta de que eran sus padres, pero no quise intentar saludar porque me daba vergüenza.

-Me llaman mis padres, debo irme. –

-Tengo Facebook. – Le dije. – Agrégame. – imploré, a lo que me miró por última vez.

- Adiós. – dijo marchándose a lo que yo escogí volver a casa caminando aunque me tomara un par de horas a paso lento porque necesitaba pensar.

Al llegar a casa Graham preparaba la cena.

-¿qué tienes? – me dijo como presa de algún sentido arácnido, por seguro eran claras para él (y no para papá) que estaba un poco triste ya que este ere uno de los tantos temas y recuerdos que me daban ganas de llora.

-Alguna vez, ¿Has querido ver a alguien que extrañas mucho, pero que no te quiere ver a ti porque te odia? –

Entonces él dio una especie de salto al vacío en sus pensamientos y papá lo miró con expresión de lástima – se te está subiendo la olla. – Dijo mi padre, incapaz, por pura flojera de ir a apagarla él y Graham corrió a la cocina y yo a la computadora a buscar nuevamente ese nombre y encontré, esta vez sí, un perfil sin ningún agregado, como recién hecho con una foto de él con el pelo desordenado, así que le envié una solicitud de amistad.

 – Dijo mi padre, incapaz, por pura flojera de ir a apagarla él y Graham corrió a la cocina y yo a la computadora a buscar nuevamente ese nombre y encontré, esta vez sí, un perfil sin ningún agregado, como recién hecho con una foto de él con el pe...

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El padrastro.  GramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora