Papá despertó al poco rato, le dijo a Graham que debía ir a buscarla y hablar con los de la funeraria, él se ofreció a acompañarle, pero papá le pidió que se quedara conmigo, yo exigí ir, pero me contestó que no, que debía quedarme.
Tomó la agenda telefónica con las manos temblorosas, buscó un número y lo marcó, una vez, no contesto nadie (yo miraba atento), dos veces y jugueteaba con la repisa en donde estaba el teléfono, un poco desesperado, colgó y una vez más marcó, siguió esperando.
- Ah, ¿Wilem? – consultó nervioso con el rostro oculto, escondido contra la pared. El audio del teléfono siempre fue algo fuerte así que se alcanzó a escuchar una afirmación de fondo. – Habla, Habla Damon, el esposo de Justin.
- Eres el único Damon que conozco. – Rio divertido, a lo mejor.
- Yo... eh... - apartó su rostro de la pared, otra vez esa expresión de enorme pena, me pareció que la mandíbula le temblaba y buscó a Graham con la mirada, quien al verlo corrió hacia él, puso una mano en su hombro, acarició su espalda y se abrazó a su brazo. – Justine. – silencio.
- ¿Qué ocurre con Justine?
- Justine, Justine tenía cáncer.
- ¿qué? – dijo mi abuelo.
- Justine ha muerto. – dijo papá llorando desconsolado otra vez.
- ¡por favor, no mientas con algo tan serio!, este tipo de bromas no son para nada divertidas, ¿dónde está?, quiero hablar con ella.
- Es, es la verdad. – respondió con la voz apretadísima. – Me llamaron del hospital donde estaba internada y ahora debo ir a recuperar su cuerpo. – siguió llorando y del otro lado me pareció que simplemente colgaron. Yo también tenía ganas de llorar, pero llorar es para niñas, no para hombres.
Graham entonces se puso serio , como pocas veces lo hacía y terminamos yendo los tres, Graham conducía, papá iba de copiloto y yo detrás mirando el paisaje. Había solo silencio, ni música ni nada, solo silencio, de aquellos días lo que más recuerdo es el silencio.
Papá se bajó con la bolsa que contenía la ropa favorita de mamá y después de un tiempo, que se me hizo eterno, en el que Graham intentó sacarme palabras y me dio un discurso culero de que estaba bien estar triste y llorar, a pesar de que yo no le contestaba nada, llegó de vuelta papá, pasamos por una florería y como yo casi nunca le había visto hacer, le compró un ramo de rosas y flores de colores, uno muy grande y a mí me pasó un arreglo floral pequeño.
-Es para tu madre, me dijo. – yo lo tomé entre mis manos y me entretuve mirando cada pétalo, cada hoja, incluso la esponja verde en la que suelen enterrar cada ramita, le hundía los dedos y salía agua, no se por qué hacer eso se me hacía muy divertido. Luego llegamos a casa y algo así como una hora después los de la funeraria que reorganizaron el living corriendo cosas de aquí para allá junto con Graham y papá y pusieron sillas, el ataúd y un cajón ardiente, abrieron el féretro y papá me ordenó poner el pequeño arreglo sobre él, yo me dediqué a observarla, sus manos era pálidas, pero su rostro estaba maquillado con algo de rubor, se notaba lo artificial de todo, incluso se veía algo del pegamento, pero se veía tranquila, parecía que solo dormía a pesar de todo, no sé por que me esmeré en grabar ese rostro en mi memoria y no como la recordaba en vida, tal vez nunca vi su rostro con real detención antes, nunca tuve la oportunidad o nunca quise, tal vez, lo hice hasta que una lágrima rebelde se escapó y se me apretó la garganta y me ardió el pecho, entonces hui hasta mi habitación y lloré, era una mierda porque estaba lleno de mocos así que tuve que escabullirme al baño y seguir llorando para después limpiarme y lavarme la cara.
ESTÁS LEYENDO
El padrastro. Gramon
FanfictionLa historia de como Graham arruinó mi vida. "Papá lloraba tan fuerte y se retorcía de tal modo que sentí un miedo y una pena terribles"