Mamá me cuidaba mucho, desde que volví a reunirme con papá se volvió muy sobreprotectora y complaciente. Tal vez le daba miedo que por alguna razón yo prefiriera a papá, pero eso era imposible.
Ahora sé que muchas de las cosas que decían venían desde la rabia, la impotencia y el miedo, eran simplemente las supuraciones de heridas abiertas. Hubo un largo tiempo luego de la separación en que a veces la escuchaba llorar despacito, iba a su lado a tratar de consolarle, pero ella era reacia a eso, se limpiaba un poco las lágrimas con el dorso, fingía que todo estaba bien y me ordenaba ir a acostarme, algunas veces sin muchas explicaciones y otras con un tono particularmente hostil.
A veces me parecía que durante cierto periodo luego de la separación era dos personas diferentes, el trabajador eficiente y el humano automatizado y triste, pienso que encotró tanto refugio en su labor de empleada pública que a veces se llevaba sus labores pendientes a casa para enfocarse en ello y su afán en aquello, asear la casa, cocinar y otros hacían que el tiempo para mí fuera muy poco.
Yo de verdad que a veces me sentía solo y esa sensación en el cuerpo que con los años he descubierto que solo se quita con un abrazo, así que yo también me refugiaba ocupando mi mente en las caricaturas de la televisión hasta que se hacía bien tarde.
De deberes escolares y estudio mi rutina tenía bien poco, así que mi rendimiento comenzó a decaer. No hasta el punto de reprobar todo, si no hasta ese límite que permite que apruebes rozando el límite.
Por eso fue muy bueno y causa de mucha alegría para mí cuando comenzó a ser más alegre y a arreglarse, no solo para ir al trabajo si no para ella, era como si mi madre hubiese comenzado a volver de a poco.
Aún recuerdo muy vívído un día en particular. Mamá había comenzado a tener citas con un hombre que no sé dónde había conocido. Ella no usaba faldas casi nunca, pero ese día decidió ponerse una minifalda de mezclilla, observé sus piernas descubiertas y las vi llenas de moretones, le pregunté que había pasado, pero ella me aseguro que no sabía el por qué de aquellas marcas. Se puso brillo labial y me fue a dejar a casa de papá.
Otro día vi que sus brazos también tenían marcas, sentía ciertas molestias y dolor, y a veces le sangraba la nariz.
Un domingo, preocupado, le comenté a papá que esas cosas me tenían preocupado, el me fue a dejar a casa cuando ya estaba oscuro, yo tenía una llave y mi padre, a sabiendas de que ella no querría conversar con él la utilizó en vez de golpear la puerta.
Entramos a casa y no habían indicios de que hubiera alguien, ella solía esperarme con la cena servida y obviamente las luces encendidas, papá, que hacía tiempo no visitaba la casa comenzó a observar todo con cierta nostalgia, miraba su antigua casa con detalle y comenzó a caminar por los lugares que antiguamente habían pertenecido a su habitad, yo le seguí e inconscientemente llegamos al segundo piso, a lo que solía ser su habitación matrimonial, encendió la luz y allí encontró a mamá sudando, delirando, cubierta hasta el cuello.
-Damon. – dijo sorprendida.
- ¿qué está sucediendo? - inquirió papá
- Si hubieras llamado no me hubieses encontrado así.
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El padrastro. Gramon
FanfictionLa historia de como Graham arruinó mi vida. "Papá lloraba tan fuerte y se retorcía de tal modo que sentí un miedo y una pena terribles"